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Cómo se crea una guerra con noticias falsas

Por Hedelberto López Blanch/ Colaboración Especial para Resumen Latinoamericano.

La ofensiva comunicacional lanzada por Estados Unidos con apoyo de la Unión Europea contra Rusia, confirma cómo se pueden crear las condiciones para que un país sea condenado o demonizado sin mostrarse pruebas reales.

En la mayoría de las ocasiones esas campañas se realizan con datos antiguos o falsos publicados en medios de comunicación hegemónicos o por voceros y funcionarios de Estados occidentales para crear un ambiente contra gobiernos que no le son afines.

Aunque en esta ocasión los medios hegemónicos se lanzaron contra Moscú, al que culpan de lanzar una posible invasión armada en Ucrania, en muchas otras se han atizado similares artimañas contra Cuba, Nicaragua, Bolivia, Venezuela, Siria, Libia, Irak por solo citar algunos ejemplos. 

No es posible olvidar la enorme y mendaz maniobra esgrimida contra el Irak de Saddam Hussein antes de ser ese país bombardeado e invadido al acusársele de poseer armas de destrucción masiva las que después de la ocupación no aparecieron por ningún lugar.

El resultado fue destruir esa nación árabe, ocupar sus grandes reservas de petróleo y tratar de controlar toda esa rica y estratégica región.

Con Libia sucedió algo parecido cuando el presidente Moummar el Kadaffi propuso a los líderes árabes no utilizar el dólar en la compra-venta de petróleo.     

Medios de comunicación de Occidente titulan constantemente que Rusia acumula sus tropas cerca de la frontera de Ucrania. Un ejemplo fue el de la alemana SRF News que publicó una foto de tropas rusas “cerca de la frontera con Ucrania”, cuando en realidad se trababa de los preparativos para las maniobras defensivas ruso-belarrus.   

La agencia Reuters divulgó el 29 de enero: “Moscú envía suministro médicos y de sangre a sus soldados cerca de la frontera con Ucrania” lo que fue desmentido por el propio gobierno de Kiev al demostrar que eso no era cierto y que “tales noticias son elementos de guerra psicológica”.

Desde la Casa Blanca son constantes las declaraciones en ese sentido por parte de todos los funcionarios de la administración estadounidense que inmediatamente son resaltados por los medios de comunicación.

En la obsesiva operación mediática, la cancillería del Reino Unido divulgó que “Vladimir Putin planea instalar a un líder prorruso en el gobierno de Ucrania”, a la par que desde Moscú instaron al Ministerio de Relaciones Exteriores británicos a dejar de difundir falsedades.

El portavoz del Kremlin Dimitri Peskov afirmó: “la histeria desatada por Washington realmente lleva a la histeria en Ucrania, donde la gente ya casi esta preparando sus mochilas para la primera línea, es obvio y es un hecho. Este es el reverso muy pernicioso y dañino, de la campaña que ahora lleva a cabo Washington”.

A todas vistas, Washington y el Pentágono persiguen varios objetivos en esta desaforada campaña: que la opinión pública mundial considere a Rusia como el principal agresor y enemigo de los pueblos; debilitar económicamente a Moscú para luego arremeter contra China y tratar de mantener la hegemonía mundial que ya han perdido; exportar a Europa al gas de esquisto que produce en detrimento del hidrocarburo de Moscú; que antiguas regiones de la ex Unión Soviética se acerquen más a Occidente; vender más armamentos procedentes de sus empresas militares y levantar la imagen del presidente Joe Biden que ha caído en picada.

La historia de Estados Unidos esta plagada de agresiones, invasiones, golpes de Estado contra gobiernos democráticos para lo cual siempre ha utilizado a los medios hegemónicos para demonizar a cualquier supuesto enemigo. El caso de Ucrania resulta otra de sus artimañas, pero Rusia es un hueso duro de roer.  

 

(*)  Periodista cubano. Escribe para el diario Juventud Rebelde y el semanario Opciones. Es el autor de «La Emigración cubana en Estados Unidos”, «Historias Secretas de Médicos Cubanos en África» y «Miami, dinero sucio», entre otros.

Imagen de portada: Adán Iglesias Toledo para Resumen Latinoamericano.

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