Cuba

A 48 años de un crimen evitable

Por José Luis Méndez Méndez * / Colaboración Especial

Resumen Latinoamericano

Ha pasado casi medio siglo de un crimen evitable, está impune además, un largo proceso judicial por más de once años en Venezuela no hizo justicia a las 73 personas, que perecieron en el derribo en pleno vuelo de un avión civil cubano en las costas de Barbados.

Cincuenta y tres cubanos, once guyaneses y cinco ciudadanos de la República Popular de Corea, perdieron la vida.

En la conjura criminal participaron decenas de terroristas, los dos mercenarios venezolanos asalariados del agente de la CIA, Luis Posada Carriles, autores materiales del acto de terror, fueron condenados, dos de los intelectuales, el citado Posada Carriles y el asesino Orlando Bosch Ávila, ambos cubanos murieron años después impunes de este crimen. El primero en tres ocasiones escapó de cárceles de alta seguridad en Venezuela, en el tercer intento la CIA lo protegió en El Salvador, fue parte de la guerra sucia de esa Agencia en Centroamérica y continuó participando en actos terroristas, nunca fue extraditado a Venezuela, donde tenía causas pendientes por delitos cometidos en la década de los años sesenta del pasado siglo contra ciudadanos de ese país y de otros cuando ocupaba elevados cargos dentro de los servicios represivos de ese país, enviado por la CIA, junto a otros agentes de origen cubano. El delincuente Orlando Bosch por su parte, después de once años de dilatado proceso judicial en Venezuela, fue declarado no culpable, ingresó a Estados Unidos, en cuyo país había violado la libertad condicional al “fugarse” en 1974. En 1987 fue declarado una amenaza para la seguridad nacional estadounidense, se propuso su deportación, pero el Presidente George H.W. Bush, quien había sido Director de la CIA, cuando se derribó el avión en 1976, lo indultó. Permaneció protegido en Estados Unidos hasta su muerte en fecha reciente. Continuó conspirando para ejecutar actos de terror contra Cuba.

Este abominable crimen se pudo haber evitado por la administración republicana de Gerald Ford: La CIA, su agencia especializada en labores de espionaje tuvo conocimiento anticipado del plan el 22 de junio de 1976, tres meses antes y nada hizo para evitarlo. De fuente privilegiada obtuvo detalles de la conjura ejecutora en desarrollo, el nombre del gestor, la forma en que se haría y otros aspectos reveladores de la trama criminal. Años después, para vergüenza de Estados Unidos, se desclasificaron documentos secretos estadounidenses y sin una simple tachadura se conoció lo acontecido y con ello la posibilidad de haber salvado la vida a más setenta personas. No se alertó a las autoridades cubanas, tampoco se disuadió a los conjurados, fichados en su mayoría por haber empleado el terror como método habitual para alcanzar sus objetivos políticos.El proceso de aproximación al crien fue constante, el 9 de julio una boba fue colocada en una maleta que iba a colocarse en el avión después siniestrado, por motivos de demora en la salida hizo que explotara en la pista de un aeropuerto de Jamaica, el 3 de octubre una bomba fue colocada en un ala del avión, cayó sin estallar y fue retirada, finalmente el 6 de octubre, lo conocido tres meses antes se hizo realidad.

El terrorista Orlando Bosch, desde la prisión ordenó repetir el acto terrorista, esta vez el avión elegido fue de una línea aérea de Méjico, cuyo origen era Miami con escala en Mérida, Yucatán y destino final La Habana.El terrorista Frank Castro, segundo de Bosch a cargo del grupo terrorista expresó el 27 de mayo de 1977, apenas transcurridos apenas 7 meses del crimen: “Para que todo aquel que intente viajar a Cuba, se atemorice”.

Esta revelación no se conoció de manera irregular resultado de un lance de espionaje, la fuente es un informe resumen del FBI, sobre su seguimiento del accionar de terror de los extremistas de origen cubano, de fecha agosto de 1978. Tampoco este plan en curso fue informado a las autoridades cubanas ni a las mejicanas.

Décadas después la CIA, entidad que tiene un programa histórico de revelaciones titulado: “Programa de revisión histórica de la CIA”. Allí se encontró en siguiente documento:

Distribución 22 de junio de 1976.INFORME CLASE SECRETA AVISO DE ADVERTENCIA- SENSIBLE. Fuentes y métodos de inteligencia involucrados – No divulgar a nacionales extranjeros. No distribuible entre contratados o consultores contratados.

País: Cuba/Panamá/República Dominicana.21 de junio de 1976.

Fuente: Un hombre de negocios con vínculos estrechos con la comunidad de exiliados cubanos. Habitualmente es un informante confiable.

1)- Un grupo extremista de cubanos exiliados, del cual Orlando Bosch es un líder, planea colocar una bomba en un vuelo de la aerolínea Cubana que viaja entre Panamá y La Habana. Los planes originales para esta operación planteaba que se pondrían dos bombas en el vuelo del 21 de junio de 1976, número 467, el cual estaba programado para salir de Panamá a las 11:15 a.m. de la hora local de Panamá.

2)- Bosch está actualmente residiendo en la República Dominicana, (Comentario de la fuente: Bosch fue detenido en Costa Rica en febrero. No se sabe cuándo fue liberado)

3)- La distribución por el terreno enviado a (16 – 7 – 10)

Copia transmitida a: Departamento de Estado, Dirección de Inteligencia del Ejército, Ejército, Armada, Fuerza Aérea, FBI, CIA y otras. Ninguna entidad cubana fue alertada, se dejó correr la información, ningún terrorista fue disuadido ni molestado y la conspiración siguió su curso homicida.

Quedan asesinos impunes, autores intelectuales invisibles, fue un castigo innecesario en represalia por la presencia internacionalista de Cuba en África, una acción punitiva execrable, sigue vital la expresión, cuando un pueblo enérgico y viril llora, la injusticia tiembla.

(*) Escritor y profesor universitario. Es el autor, entre otros, del libro “Bajo las alas del Cóndor”, “La Operación Cóndor contra Cuba” y “Demócratas en la Casa Blanca y el terrorismo contra Cuba”. Es colaborador de Cubadebate y Resumen Latinoamericano.

Foto: Archivo Cubadebate

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