Gilo Fezzo: El personaje de YouTube que defiende a Cuba desde su gacela
Por Angélica Arce Montero.
Si con frecuencia hace el trayecto Playa-Regla, es posible que haya montado alguna vez en la gacela de Gilo. Al subir, recibe los buenos días, hace el recorrido con buenas vibras y de pronto puede ser que sea parte de una directa o alguna transmisión en vivo para su canal de YouTube.
Varios clientes están ya adaptados y han pasado el susto de las primeras veces. Al bajar, casi siempre, son dadas bendiciones para Gilo y hasta recibe elogios como “Esto no es lo tuyo. Naciste para brillar. Te esperan cosas mejores”. Así le han dicho alguna vez, he sido testigo.
Pero Gilo, a sus 43 años, sigue apostando por su gacela, la 220 de la ruta 10. Y de pronto –en medio del recorrido– pone voz de locutor. Y como quien está en un set de grabación, le cuenta a sus clientes –con lujo de detalles– cómo adquirió su vehículo, de dónde viene su nombre y por qué ha sido este su destino.
Es un micro ruso de marca Gaz, modelo elle. Entonces, al unir los dos se le dice GAZelle. Es bastante resistente, permite cargar 13 personas, más el chofer.
“Hace unos años fueron adquiridos 400 para La Habana y los distribuyeron en 23 rutas, desde la 1 hasta la 24, omitiendo la 23, porque estaba en discusión cómo sería.
“Ya yo trabajaba en la empresa Cubataxi, hoy extinta. Al llegar estos carros, se dio la posibilidad de arrendarlos. Y aquí estoy, dando servicio en la ruta 10 de la capital, cubriendo el trayecto Regla-Playa.
“Comienzo a las 8 a.m. mi primera salida, pero teniendo en cuenta que es en Regla y vivo en el Cerro, salgo antes. Literalmente, doy rueda desde las seis y media de la mañana hasta las nueve de la noche”, dice mientras se detiene para recoger a una señora de unos 70 años, a la que monta gratis, “porque en la gacela 220 no se le cobra a ancianos, estudiantes ni a personal de la salud. Esas son reglas de Gilo”, comenta entre risas.
¿Cómo llega un taxista a las redes sociales y al mundo de los youtubers?
–Mi padre, ya fallecido, fue profesor universitario y mi mamá es bibliotecaria. Pero sus formaciones llegaron tardías. Fueron universitarios con treinta y pico de años. Recuerdo a mi mamá llevándome chiquitico a la escuela de trabajadores.
“Con un pedagogo y una bibliotecaria en la casa, crecí entre libros. Siempre he sido adicto a la lectura. De niño, me gustaba mucho participar en los vespertinos, en los actos. Luego, en los centros de trabajo, cuando había que comunicar algo, ahí estaba yo.
“También soy graduado de técnico medio en Electrónica. Eso me ha ayudado en el manejo de las redes. Y hay una experiencia que guardo con mucho cariño, que igualmente debe haberme aportado.
“Resulta que al concluir el servicio militar hice las pruebas para Artes Escénicas y fui el único entre los de la Orden 18 que aprobó. Aunque no estudié la carrera, porque en ese momento no quise, siempre ese ‘bichito de actor’ ha estado en mí.
“Seguramente, ha influido el hecho de que consumo mucho audiovisual y radio mientras trabajo en la gacela. Eso deja un acento al comunicar. Y sin estar exento de errores, se hace lo que se puede.
“Lo otro, soy taxista hace unos ocho años. Y esa movilidad me ha facilitado las cosas en el manejo de las redes. Como que me da ritmo”.
¿Cómo surgen Gilo Fezzo y el canal En la Esquina Roja?
–Ahora se usan mucho los nicks. Y este, Gilo Fezzo, responde a mis iniciales. Me llamo Gilberto Ferrás Cobas.
“Te explico cómo fue todo. Cuando no tenía canal ni otro recurso para exponer mis puntos de vista, defendía la Revolución por las redes. Al abrir el canal, luego de adquirir los conocimientos mínimos para hacerlo, administrarlo, decidí poner mi nombre.
“Las escasas personas que conocían lo que hacía, me dijeron: ‘Con tu nombre no tienes pegada, debes mantenerte el Gilo’. De hecho, en la actualidad muchos me llaman así, hasta compañeros de trabajo, porque para colmo quedó el Gilo.
A mi canal le puse En la Esquina Roja. El nombre hace alusión al boxeo, uno de los deportes de combate que más nos identifica y ha aportado medallas a Cuba internacionalmente.
“Y se trata de eso, de defender la Revolución, pero sobre todo en las redes, desde la posición roja. Lo rojo define en el mundo a todo lo que tiene que ver con progresismo, a los revolucionarios, a los comunistas, los socialistas… Desde esa visión global surge el personaje de Gilo Fezzo, cuya esencia es defender la Revolución.
“Una de esas maneras es mostrar la realidad en tiempo real, ya que ando en un medio de transporte público, al que acceden personas de cualquier estrato social y modo de pensamiento. Aquí, todo el mundo baila conga, salsa y reguetón, y escucha ópera.
“Eso yo lo proyecto al mundo, porque vivimos en una isla y la Revolución está bloqueada. La parte mediática, comunicacional, no escapa de ese bloqueo.
“Hay una gama de fake news, proyección falsa que hay que eliminar, que crea estereotipos y conceptos que no son.
“Lo que hago es enseñar lo que está pasando en el momento en que hago mi transmisión. Es tan sencillo como abrir una cámara, recorrer la ciudad y que a la vez se escuche de fondo lo que se está pasando.
“Por ejemplo, esa costumbre del cubano de decir muerto de la risa que va para una cola y que ya le marcaron. Y luego, que se oiga la voz de una persona que le está ayudando.
“Otra ventaja en reflejar la realidad cubana es que trabajo por la noche. Mis transmisiones son una manera de demostrar la seguridad con que se trabaja en este país, teniendo en cuenta que la mayoría de las ciudades en América Latina son inseguras. Incluso, ni en horas del día los taxistas pueden viajar con tranquilidad por algunas zonas. Son altamente peligrosas.
“Una de las cosas que más me gusta de este servicio popular y económico para la población es que uno interactúa constantemente con el cubano de a pie.
“No hay parada oficial. Entonces, el taxista no solo es la persona que conduce y lleva al cliente, sino que nos convertimos en guías. Muchas veces somos los causantes de alegrarle el día a la población, mediante los buenos días, la cortesía.
“Son actitudes que el cubano agradece, porque siempre ha sido un ser social, apegado a principios. Y eso no lo podemos perder”.
Eres productor, guionista, director, locutor… ¿Cómo te las arreglas para lograr ese todo incluido?
–Comencé con un móvil en la mano, tratando de hacer trabajos de edición, cortar videos. Después, empecé a hacer cosas más complejas. Soy el que lo hace todo. Tengo una especie de estudio en mi casa. Mis conocimientos de electrónica me han ayudado también.
“El día dos de diciembre cumplió un año el canal y el día 3 fue el aniversario de la primera publicación. Gasto alrededor de 500 pesos semanales para investigaciones que hay que hacer dentro de la plataforma consultando blogs, descargando audios… Pero ese esfuerzo no me pesa. Lo hago a gusto.
“Los seguidores me han ido colaborando, donándome equipos que no utilizan, pero que son actuales, y eso me ha permitido mejorar la calidad de las entregas.
“Uno me dona una cosa, otro, otra. Por eso tengo laptops con colores distintos, pero lo importante es que funcionan. La mayor cantidad de visualizaciones que tiene el programa son de EE.UU., Canadá y Europa.
“Tengo formato podcast. Lo hago como si fuera un locutor de radio. Cualquier tema que se me ocurra en una conversación, en un artículo que lea y me parezca interesante, pienso en la manera de llevarlo a esta modalidad y acercarlo a las personas.
“Recuerdo con mucho cariño uno que hice sobre la conga. Pero, en general, hago temas sobre Cuba y doy respuesta a shows mediáticos de personajes. Todo con base en el respeto, nada de chanchullo.
“Mi canal está libre de chismes, difamación, ataques personales. Nada de eso lo he aprendido de cómo se defiende la Revolución.
“La gran protagonista de En la Esquina Roja es la Revolución cubana. Y no ando buscando protagonismo, aunque sea el gestor total”.
¿Tienes referentes?
–No conozco a ningún taxista youtuber, pero por lo rápido que es todo esto, no descartaría que surja alguno en un momento y que cree su canal.
“Por otra parte, sigo a Daniel Palencia, un cubano que vive en Argentina, defensor de nuestra revolución y fidelista hasta la médula. Me siento muy identificado con él. Tenemos una relación de amistad.
“También tengo afinidad con Daniel Raúl Capote, el agente Daniel, jefe de redacción de Granma Internacional. Tuve el gusto de conocerlo hace poco y que me dedicara su libro.
Con estos dos referentes me identifico al ciento por ciento. En cuanto a los sitios, hay muchos que defienden la Revolución, sería injusto mencionarlos y que se me quede alguno.
“Me mantenido también como corresponsal en La Habana de Europa por Cuba, un canal de YouTube que refleja la realidad cubana, desde España”.
De regreso, tras hacer una directa en la gacela, Gilo me muestra su estudio casero, donde se confirma que es de esos cubanos emprendedores que siempre hallan el camino y no dejan de hacer y aprender.
Sobre la mesa, libros referentes a importantes capítulos de la historia cubana, todo un kit de trabajo que le han regalado (laptop, cámaras, micrófono, móvil para grabar…) y un vasito por cada peña de la Pupila Afilada a la que ha asistido.
Y es que Gilo es mucho Gilo. A él no lo para nada. Disfruta cada directa, el diálogo y la comunicación, lo mismo en las redes que cara a cara en la calle y en su micro.
Siempre desde la esquina roja, asegura que de la gacela no se baja. “Es la que me dio a conocer, me distingue. Soy el taxista youtuber”.
Tomado de Cuadebate / Foto de portada: Angélica Arce Montero/ Cubadebate.