Lecciones del sufragio en Ecuador a favor de la vida
Por Liset García (*) / Colaboración Especial para Resumen Latinoamericano
Los aprendizajes que han dejado las elecciones del pasado 20 de agosto en Ecuador ponen sobre la mesa varias disyuntivas en la que el pueblo está diciendo la última palabra de lo que quiere para bien del país. Además de votar en mayoría por la opción progresista de la Revolución Ciudadana que gobernó durante la llamada década ganada (2007-2017) y empoderó a los más humildes, también se vio cómo quedaron descalificadas las otras alternativas de clara inclinación derechista, defensoras del neoliberalismo.
Los escasos resultados en las urnas del partido del candidato asesinado, Fernando Villavicencio, quien se creía favorito, ofrecen una lectura social que indica lo claros que andan muchos acerca de su quehacer furibundo contra el expresidente Rafael Correa, y de “Construye 25” –nombre de su fuerza, antes denominada “Ruptura 25”–.
“Construye” lo que quiere es destruir, al decir de la ex-asambleísta y candidata a la Asamblea Nacional por Guayas, Ana María Raffo @anaraffo1 , en sus redes sociales. “… no hace gala a su nombre, todo lo contrario, destruye, y lo hace con base a odios, resentimientos y se lo puede palpar en cada comunicado que publica”. Y alerta que aunque no totalizaron votos para disputar la presidencia, sí tendrán presencia en la futura Asamblea Nacional.
Bajo el brazo deben tener ya su lección, que habrán llevado de tarea para la casa, los otros candidatos también creídos predilectos, como Yaku Pérez, Javier Herbaz y Otto Sonnenholzner, quienes recibieron mínima cantidad de votos.
Otra clara lección que percibe cualquier observador es el reclamo de repetir el sufragio de los ecuatorianos residentes fuera del país. Falló la conexión digital pero no la voluntad de ejercer ese derecho, por lo que ya fue anunciado, dados los llamados que por fin fueron escuchados, de acoger el pedido de nulidad del voto en el exterior y disponer la repetición de las elecciones, al menos para los asambleístas nacionales.
Quizás el más llamativo resultado de la pasada jornada comicial del 20 de agosto, ha sido el voto de los ciudadanos a favor de la vida. Una clara mayoría de los ecuatorianos se pronunció por proteger el Parque Nacional Yasuní, lo que no pocos especialistas lo califican de hecho sin precedentes y ejemplo para la región y el mundo.
En una urna paralela a la presidencial, un 58% del electorado se declaró contra la extracción de petróleo en esa zona de alto valor medioambiental. Tal plebiscito marcará un nuevo rumbo. Triunfaron las poblaciones originarias que durante más de una década han venido alzando su voz, y fueron ninguneadas con todo tipo de estratagemas políticas.
Pero los magistrados del Tribunal Constitucional ecuatoriano dieron luz verde a la consulta y establecieron que proteger la selva tropical no es asunto que pueda esperar. Y con el Sí que dio el pueblo ganó toda la humanidad.
Pero al propio tiempo que se diera a conocer el aplastante resultado, la agrupación @Yasunidos advirtió en sus redes sociales que el gobierno de Guillermo Lasso no acatará la orden de cerrar los pozos de la reserva de petróleo crudo más grande de Ecuador, que a la vez abriga a más especies animales que en toda Europa y más variedad de árboles que las existentes en toda América del Norte.
“Nos pronunciamos ante las desafortunadas declaraciones del ministro de @RecNaturalesEC, sobre un posible desacato del mayor consenso nacional”, afirmó.
Bajo el supuesto de que extraer el combustible fósil sería beneficioso al pueblo, lo que se ha visto es engordar las arcas de los políticos y de las megas empresas extranjeras, mientras se han empobrecido cada vez más las poblaciones indígenas que viven en esos territorios ancestrales, como el del Parque Nacional del Yasuní, del bosque Amazonas, catalogado en 1989 Reserva de la Biosfera de la Unesco.
Por decisión popular se le ha puesto freno al modelo extractivo. Pero, la consulta contó con una réplica local en la capital del país, Quito, donde los ciudadanos (el 68%) votaron a favor de prohibir todo tipo de minería en el llamado Chocó Andino, una superficie de más de 124 mil hectáreas, apetecida por las multinacionales por su riqueza mineral.
El petróleo y los minerales bajo tierra, esa es la decisión popular, cuyo cumplimiento deberá impulsar la próxima presidencia y la nueva Asamblea Nacional.
Como de Lasso nada bueno se podrá esperar, impulsar tamaña tarea quedará en manos de quienes triunfen en la segunda vuelta de los comicios, en octubre venidero. Y si los electores siguen siendo sabios volverán a votar por la Revolución Ciudadana, que lleva como candidatos a la abogada Luisa González y al economista Andrés Arauz, una dupla comprometida con su pueblo, con la vida y con evitarle al planeta un colapso climático.
(*) Periodista cubana. Colabora con Resumen Latinoamericano.
Foto de portada: Reuters