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Pronóstico difícil para Argentina

Por Clara Lídice Valenzuela García

El próximo día 22, Argentina celebrará una de las elecciones presidenciales más esperadas de las últimas décadas, en medio de un ambiente caldeado por las insuficiencias asumidas por el actual gobierno y los cambios ultraliberales anunciados por uno de los tres candidatos a la Casa Rosada.

No es secreto que a la administración del presidente Alberto Fernández le tocaron momentos muy difíciles, entre ellos la pandemia de la Covid-19 y la sequía que dio un tirón en reversa a la economía, pasando por la negociación de la multimillonaria deuda con el Fondo Monetario Internacional (FMI), heredada del anterior régimen de Mauricio Macri, y la visible separación política entre los máximos detentores del poder.

En esas condiciones, en general, se celebrarán los comicios con una evidente inclinación en los posibles votantes –según se comprobó en las primarias del pasado 13 de agosto, en las que resultó el más votado un controvertido político ultraderechista que promete arrasar con el Estado, entre otras ideas que podrían, si ganara, llevar a Argentina y su pueblo a la ruina absoluta.

Los candidatos que obtuvieron más votos fueron el oficialista de Unión por la Patria (UxP) Sergio Massa, ex jefe de la Cámara de Diputados y actual ministro de Economía; Patricia Bullrich, ex ministra de Seguridad que representa al derechista partido Juntos por el Cambio (JxC) –que hizo el fallido gobierno de Macri–; y Javier Milei, de La Libertad Avanza, (LLA), economista y ex diputado nacional que usa como símbolo de campaña una motosierra “para acabar con todo lo establecido”, como afirma en sus mítines.

Milei, a quien llaman El Loco desde sus años juveniles, propone, entre otras medidas, la dolarización de la economía argentina en etapas, la reducción de gastos estatales y la privatización de empresas públicas. También el fin de las indemnizaciones por despido para reducir los costos del trabajo. Sin embargo, dos de las estipulaciones que más controversia generan son la desregulación de la tenencia de armas y la militarización de cárceles.

Una reciente encuesta del Centro Estratégico Latinoamericano de Geopolítica (Celag), realizada de modo presencial entre 2 500 personas de todo el territorio nacional, considera que persiste un escenario de tres tercios, con leves diferencias entre el candidato con mayor intención de voto y la tercera fuerza.

La intención de voto la lidera Milei, con el 33,2%, sobre Massa, que figura segundo con el 32,2%. De suceder estos resultados, ambos avanzarían hacia un balotaje, pactado para el 19 de noviembre. En tercer lugar, y a escasa distancia de los favoritos aparece Bullrich, con el 28,1% pero que se espera sea eliminada en la primera vuelta.

En las elecciones Primarias, Abiertas, Simultáneas y Obligatorias (PASO) el partido de Milei ganó los sufragios con el 29,86%, seguido por JxC (28%) y en tercer lugar UxP (27,28%). Según el Celag, el 79,7% repetirá su simpatía en las generales respecto a las PASO, mientras que el 15,9% todavía está indeciso, el 2,6% no asistirá y el 1,8% no sabe o no contesta.

CAMPAÑA CALIENTE

La campaña electoral está muy caliente en Argentina. Una gran parte de la población se dice decepcionada del actual gobierno y se inclina peligrosamente por el ultraderechismo. Esta situación pudiera cambiar si Massa lograra convencer de que seguirán, si ganara la presidencia, las últimas medidas adoptadas que favorecen en especial a la clase trabajadora.

El ministro de Economía tuvo que hacer frente a acuerdos negativos para el país suscritos por su antecesor, tragar hieles y evitar –lo que no pudo– que se sintiera el impacto de pagos millonarios al FMI que solo cubren los intereses de los 45 000 millones de dólares solicitados por Macri y gastados no se sabe en qué todavía.

En las últimas semanas, Massa adoptó importantes resoluciones, como la devolución del Impuesto al Valor Agregado (IVA) que se paga en cada compra, y llena en parte el bolsillo de la gente y el plan Precios Justos de combate a la inflación – muy alta–. Esta acción también da un respiro a los asalariados.

Durante el fin de semana, la devolución del IVA alcanzó altísimas cifras. Hasta el viernes pasado se habían regresado a 3 300 millones de personas cerca de 7 700 millones de pesos, defendieron en Página/12 ideológicos del llamado “plan de salvación” del ministro.

El alza en las compras fue mayor en el interior del país en Pymes (pequeñas y medianas empresas) y supermercados regionales, incluidas las grandes cadenas. Además, se duplicaron los pagos con tarjeta de débito, medio que permite el reintegro del 21 % del IVA.

Ante la posibilidad real de una victoria de Milei, el candidato-ministro sigue buscando formulaciones de beneficio a grandes sectores, como el de los trabajadores informales. Es así que recibirán un bono por 47 000 pesos  en octubre y noviembre próximos, mientras los desocupados recibirán un beneficio por 20 000 pesos. El político solo podrá hacer anuncios de gestión hasta este miércoles, de acuerdo con el Código Electoral Nacional.

En su plan de campaña, Massa tiene el objetivo de fortalecer las dos regiones que mayor caudal de votos le dieron al peronismo en los comicios de 2019: el norte grande y el conurbano bonaerense (229 localidades y barrios, dentro de los 24 municipios que lo componen, en la provincia de Buenos Aires. Este último domingo estuvo con nueve gobernadores en Salta, donde anunció un plan de obras energéticas, y el lunes se mostró con intendentes del conurbano y con el gobernador Alex Kicillof, de UxP.

Un espaldarazo recibirá el viernes de la Central General de Trabajadores (CGT) durante un multitudinario acto frente al Congreso Nacional. Este órgano sancionó la reforma del impuesto a las ganancias, tributo considerado injusto que diezma los ingresos. Massa es el artífice de estos cambios.

En un documento dirigido a las bases sindicales, los dirigentes de la CGT indicaron que sus afiliados darán el voto al ministro, único orador del acto de Massa, mientras criticaron la posición de Milei respecto a la justicia social.

También en su reciente reaparición pública, la vicepresidenta Fernández de Kichner hizo un llamado a la población argentina a apoyar al postulado del oficialismo. Tras finalizar una conferencia magistral en la Universidad Metropolitana para la Educación y el Trabajo (Umet), se reunió en la vía pública con cientos de personas que demostraban gran cariño por la lideresa del peronismo. En un inesperado gesto, esta mujer contra la que atentaron el 1ro. de septiembre del pasado año y anunció su retiro de cualquier cargo público, pidió disculpas al pueblo por los errores del gobierno nacional.

“Yo entiendo, dijo, porque hubo mucha ilusión, mucha expectativa, y no se pudo cumplir. Y quiero, en ese sentido, pedirles perdón si no pudimos cumplir, pero créanme que lo intenté muchas veces. Pero no vale la pena, hay que meterle para adelante porque necesitamos que la sociedad argentina sepa cuál es realmente el problema que tiene nuestra economía”, con lo que respaldó a Massa, a quien propusiera como ministro en agosto de 2022.

Mientras, voces consideradas expertas alertan contra los planes del aspirante Milei, quien, motosierra en alto, prometió acabar con el peronismo, en tanto colocó al Estado como el origen de los problemas actuales, por lo que propuso su reducción y desplazamiento, y colocó al mercado como el centro organizador de la actividad productiva y la distribución del ingreso.

El solterón libertario, como le llaman sus detractores, recibió una contundente respuesta del Grupo de economistas de la Facultad de Ciencias Económicas-Universidad de Buenos Aires a sus aires fascistoides. “El énfasis puesto en contra de los derechos ciudadanos, de género y de diversidad y de la propia noción de justicia social de las propuestas ultraliberales imita tendencias racistas, xenófobas y otras que provienen de posiciones extremas sostenidas por algunos grupos neonazis en los países desarrollados”, afirmó el análisis firmado por esos expertos.

En otra parte del texto, consideran que “los seguidores vernáculos del anarcocapitalismo sostienen posiciones extremas y a contramano de las tendencias históricas”. Al negar la existencia de problemas ambientales, cierran la posibilidad de políticas públicas para responder a los impactos de los cambios climáticos que están ocurriendo.

La solución que proponen, añadieron, para la cuestión ambiental, pasa por establecer la propiedad privada de los recursos naturales (ríos, lagos), por lo que todo conflicto sería resuelto entre privados.

Estas válidas reflexiones, y otras ya conocidas de especialistas, no impidieron, sin embargo, que las propuestas ultraliberales de Milei encontraran espacio en una porción de la población, debido al descontento social manifestado tras años de crisis y la responsabilidad que atribuyen al Estado, sin pensar en condicionamientos externos y de los grupos de poder económico.

La candidata Bullrich, por su parte, no es considerada hasta ahora –pues la sorpresa siempre es una incógnita– una rival de peso para ninguna de las otras postulaciones, ya que siempre aparece en encuestas relegada al tercer lugar.

Al parecer, la suerte está echada entre el también exfutbolista Milei, quien vive con su hermana y cinco perros mastines, y Massa, ex intendente del municipio Tigre, una voz respetada en el Congreso Nacional y que lucha a brazo partido para sacar a la economía de su actual estancamiento.

Como vicepresidentes, el aspirante por LLA lleva a la diputada Victoria Villarruel, blanco de críticas cuando defendió hace pocos días a los esbirros de la dictadura militar; en tanto, Massa propone a Agustín Rossi, jefe de Gabinete del actual gobierno.

Tomado de Cubahora/ Foto de portada: Reuters

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