Internacionales

Santiago Álvarez Fernández Magriña, el “benefactor” del terrorismo

Por Raúl Antonio Capote* / Colaboración Especial para Resumen Latinoamericano.

Quien lo ve hoy transitar por las calles de Miami, dispuesto a “colaborar” con el “movimiento civil en Cuba”, proveer de cursos y entrenamientos en Miami a la contrarrevolución, o financiar bufetes de abogados que “defienden” a los “disidentes” cubanos, podría pensar que se trata de un simple anciano, un opositor “pacífico” al sistema socialista de la isla, pero no es así, las manos de Santiago Álvarez, están manchadas con la sangre inocente de sus compatriotas.

Santiago Álvarez Fernández Magriña, nació en el año 1941 en La Habana, Cuba. Su padre fue secretario dentro del gabinete presidencial y senador durante el Gobierno de Fulgencio Batista.

El señor Álvarez, ha organizado una cantidad significativa de desembarcos e infiltraciones de comandos terroristas en la Isla, en la década de los 60 participó en acciones violentas por la costa sur de la zona comprendida entre Cienfuegos y Trinidad

Dedicó gran parte de su vida al terrorismo contra Cuba, mediante el suministro de dinero a elementos contrarrevolucionarios, a través de la llamada Fundación de Rescate Jurídico, y de otras acciones, mantuvo estrechos vínculos con las organizaciones paramilitares Alpha 66 y Comandos L, con base en el sur de la Florida, bajo la supervisión de la Agencia Central de Inteligencia (CIA).

Participante del fallido atentado contra Fidel en Panamá y del ingreso ilegal de Posada Carriles en EE.UU., es considerado el “mejor amigo” y “benefactor” del antes mencionado individuo, uno de los peores asesinos de la historia de Cuba.

Las autoridades estadounidenses le ocuparon en 2005 el más grande alijo ilegal de armas de guerra de que se tenga noticia en Florida, delito por el que solo guardó prisión 3 años, Santiago le entregó a la policía, 30 ametralladoras automáticas, un lanzacohetes, varias grabadas, 200 libras de dinamita, 14 libras de explosivo C-4, 4000 pies de cable para detonaciones, etc.

El 12 de octubre de 1971, participó en un ataque terrorista contra el poblado de Boca de Samá; el asalto pirata cobró dos vidas, y dejó 4 heridos, entre ellos, a dos niñas de 15 y 13 años de edad, respectivamente.

El mejor amigo de Posada Carriles, en el 2001, en unión de Castro Matos, preparó, realizó y dirigió una infiltración armada por la costa norte de la provincia de Villa Clara, acción en la que fueron detenidos Máximo Praderas, Ihosvanny Suriz y Santiago Padrón, quienes pretendían sabotear objetivos turísticos, entre ellos el cabaret Tropicana. Álvarez fue uno de los que financió la compra del armamento para esa acción y violó las aguas jurisdiccionales cubanas, cuando traía en su lancha rápida, a los tres terroristas, capturados el 26 de abril de 2001.

Conservar la memoria es fundamental, no podemos olvidar jamás a quienes mancharon con sangre y lodo, su honor y sus vidas, quienes, al servicio de una potencia extranjera, trajeron dolor y sufrimiento a sus compatriotas, no podrán ocultar, tras el disfraz de corderos su esencia de feroces depredadores.

(*) Escritor, profesor, investigador y periodista cubano. Es autor de “Juego de Iluminaciones”, “El caballero ilustrado”, “El adversario”, “Enemigo” y “La guerra que se nos hace”.

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