Los errores del Imperio y su instinto de sobrevivencia
Por Raúl Antonio Capote* / Colaboración Especial para Resumen Latinoamericano.
En medio de la crisis general, que incluye un profundo desequilibrio estructural y de valores, el mundo se debate entre la destrucción total o el salto a una nueva era que esperamos sea diferente.
La fuerza telúrica de los acontecimientos, provocados por la crisis, genera espirales de muerte y destrucción, vivimos en un escenario donde, las grandes potencias hegemónicas occidentales, además, no cuentan, con direcciones políticas con la capacidad de otros tiempos.
La impunidad de Israel en su masacre al pueblo palestino, el apoyo al neofascismo ucraniano, los discursos descabellados de algunos de los líderes políticos occidentales, que más que rozar el absurdo, como mencionó un conocido politólogo, lo sobrepasan, debieran ocupar a la humanidad en acciones concretas.
El Presidente y Comandante en Jefe de las fuerzas armadas de la primera potencia mundial capitalista, Joe Biden, potencia dotada de armas nucleares suficientes para barrer de un solo golpe toda la vida del planeta, es conocido por sus frecuentes “errores” y “sorprendentes” decisiones.
Biden es célebre por cometer deslices verbales, mezclar palabras o hacer comentarios confusos. Estos errores, objeto de atención en los medios de comunicación, han generado discusiones sobre su capacidad.
El mandatario estadounidense, cambia de opinión con frecuencia sobre temas fundamentales de la política exterior o ha dado declaraciones contradictorias, que generan críticas sobre su coherencia y restan confianza a sus declaraciones.
En sus discursos confunde nombres y apellidos de presidentes, países, ciudades, hechos geopolíticos, etc.
No pocas veces ha dado cifras incorrectas o ha hecho afirmaciones que no se ajustan a los hechos verificables, lo que ha generado cuestionamientos sobre su precisión y conocimiento de los temas abordados.
En temas que pueden parecer de menor trascendencia, fantasea y miente, frente a residentes de Florida que habían perdido todo a causa del huracán Ian, compartió recuerdos sobre el día en que su propia casa estuvo a punto de quedar destruida, comentó que sabe qué se siente “que la casa se queme con mi esposa dentro”, algo que en realidad nunca ocurrió.
En otro momento, dijo que recordaba haber “pasado tiempo” en la Sinagoga del Árbol de la Vida, donde 11 personas fueron masacradas en 2018. La Casa Blanca admitió más tarde que nunca la había visitado, pero que había hablado con el rabino por teléfono.
Durante la Conferencia sobre el Hambre, la Nutrición y la Salud en la Casa Blanca, Biden llamó al estrado a la representante republicana de Indiana, Jackie Walorski, fallecida en un accidente automovilístico.
Los errores de Biden en público, son antológicos y van desde confundir guerras hasta equivocarse en la muerte de su hijo, quien falleció de un cáncer cerebral en 2015 en EE. UU, pero dijo que murió en Irak.
En otros lapsus, muy explotados por los medios, el presidente de Estados Unidos, confundió la guerra de Ucrania con la de Irak, también afirmó “Putin podrá cercar Kiev con sus tanques, pero no podrá ganar las almas y los corazones del pueblo iraní”
Otra historia salida de la mente “fantástica” del presidente, es su famosa fábula sobre cómo ha viajado con su homólogo chino, Xi Jinping, “por todo el mundo”, incluso a la meseta tibetana.
“Estuve en la meseta tibetana con Xi Jinping. He pasado mucho tiempo con él cara a cara cuando era vicepresidente, y desde entonces” aseveró.
“He pasado más tiempo con Xi Jinping […] que cualquier líder mundial. Viajé 17.000 millas con él, el presidente de China. Viajamos juntos por todo el mundo, en EE.UU. y China […] Volé mil millones de años luz con Xi” ha declarado en varias ocasiones en inquilino de la casa Blanca, cita The Washington Post.
Sin embargo, afirma el periódico, la única vez que Biden y Xi parece haber viajado juntos fue cuando visitaron la escuela secundaria china Qingchengshan en la ciudad de Dujiangyan.
En su última peripecia, el mandatario tropezó con una bandera gigante de Brasil en el escenario de la ONU, pero lo más grave fue que olvidó estrechar la mano del presidente brasileño Lula Da Silva y se fue, sin despedirse, de su colega político.
Las declaraciones erróneas y comportamientos inesperados del jefe de Estado, que además pertenece a una élite política guerrerista, imperialista, que está convencida de la predestinación de EE.UU. como hegemón del mundo, son, en los tiempos que corren, muy preocupantes.
Por otro lado, las opciones no son muy esperanzadoras, su rival fundamental en el camino a la Casa Blanca en el 2024, tiene record de mentiras en sus discursos públicos, sus adversarios no son mejores.
El Imperio intenta sobrevivir en medio de fuerzas que remueven las entrañas de un sistema mundial en deterioro, nunca ha sido más peligroso, ni peor comandado.
(*) Escritor, profesor, investigador y periodista cubano. Es autor de “Juego de Iluminaciones”, “El caballero ilustrado”, “El adversario”, “Enemigo” y “La guerra que se nos hace”.
Foto de portada: CNN.