Internacionales

El 7 de octubre, un pretexto expansionista (I)

Por José Luis Méndez Méndez */ Colaboración Especial para Resumen Latinoamericano.

El genocidio continua, pero ya se hacen planes para el futuro inmediato, se asegura que sobre el campo santo y la paz de los sepulcros, abonado con sangre fértil de miles de inocentes no combatientes, se asentaran laboriosos colonos israelíes y como frontera en el nuevo dibujo expansionista se construirá un parque de atracciones con la noria más grande del Oriente Próximo, donde se escuchará por siempre el llanto de los niños clamando por sus padres asesinados, por sus hermanos muertosypor todos aquellos, que ya no están, ultimados por la barbarie, el odio y la crueldad.

Los sionistas no han saciado la aparente sed de venganza por el lance palestino del 7 de octubre, pero ahora que el holocausto palestino cumple tres meses y se hacen planes victoriosos, que envuelvan la realidad de esta excusa expansionista, el horror se multiplicará cuando el pueblo hebreo conozca que sus más de mil víctimas mortales fueron la cuota de sangre calculada para comenzar el pretexto genocida, descubrirán que la Operación Muro de Jericó, era conocida de antemano, odiarán a sus agencias encargadas de preservar el orden, la vida segura y la tranquilidad ciudadana por el engaño homicida.

El Estado judío, durante décadas, se ha enorgullecido y se justiprecia de tener unos de los cuerpos de seguridad e inteligencia más tenebrosos, pero  a su vez eficientes del mundo, el Mosad, el Shabak y otras entidades de las Fuerzas de Defensa Israelí (FDI), han asestado a sus enemigos rotundos golpes, han asesinado de manera extrajudicial a cientos de oponentes de manera profesional, sin dejar sombra de huellas, con medios y métodos cada vez más novedosos en los más apartados confines del mundo. Han reprimido en el interior de Israel al menor asomo de oposición y disidencia.

Para obtener tan llamativos resultados,  sus redes de informantes integradas por hombres y mujeres de diversas nacionalidades están omnipresentes en decenas de países, dónde se mencione simplemente la palabra Israel, allí están ojos y oídos receptivos atentos al menor rumor, que los Katsa, operadores en el terreno encargados de recopilar información y dirigir a sus agentes, envían a la sede principal en Tel Aviv. De inmediato una respuesta contundente llega rápida y certera por medio de sus letales operaciones especiales, que castigan y disuaden cualquier nuevo intento.

No olvidar el decidido y entusiasta apoyo de sucesivas administraciones estadounidenses, que los han asistido con diversos medios logísticos, incluida una abundante y actualizada inteligencia para actuar. Han operado en el terreno, colaborado y trabajado de conjunto contra “enemigos” comunes.

¿Quién ha sido el enemigo principal de Israel, según sus prioridades? Palestina, sin dudas, desde antes de 1948, cuando emerge como Estado, y se crean los servicios especiales de seguridad israelíes para proteger de adversarios al naciente país. El Mosad o Mossad, creado en diciembre de 1949 por David Ben Gurion, entonces primer ministro, como una entidad coordinadora de las agencias especializadas ya existentes, mejorar su desempeño y centralizar acciones.

Su encargo estatal es recopilación de inteligencia, acción encubierta, espionaje y contraterrorismo en todo el mundo, salvo en Israel y en los territorios palestinos.  La inteligencia y el contraespionaje en Israel, en Cisjordania y en la Franja de Gaza están a cargo del Shabak, al menos en teoría es así, es una frontera difusa, con frecuencia en litigio por celos, interferencia, pero lo evidente es que una madeja de espías, colaboradores, informantes espontáneos, infiltrados y captados dentro de las organizaciones palestinas, mantienen a esos servicios al tanto de todo plan, intento o sueño palestino, para ello están los exigentes jefes a todos los niveles. En ello se empeñan sus estimados siete mil empleados, que consumen más de tres mil millones de dólares de presupuesto anual de los contribuyentes israelitas.

El Shabak o Shin Bet, como también se conoce, por su parte, no es menos, su hoja de éxitos desde su creación en febrero de 1948, es notable, gracias la eficiencia con que trabajan sus más de cinco mil funcionarios encargados de la seguridad interior de Israel, nada le es ajeno, por eso es una de las tres agencias de inteligencia más importantes del país. Su lema es Defensor Invisible. Su razón social fue ampliada a la vigilancia de los árabes israelíes y después a los territorios ocupados.

Se dedica a la inteligencia y contrainteligencia, depende del poder ejecutivo, mientras que el Mosad, es dirigido por la oficina del primer ministro. Aunque en momentos de crisis, ambos se controlan por el premier.

El Shabak, ha operado en el exterior de Israel, su razón orgánica, sobre en situaciones donde el origen ha sido el territorio nacional y se ha extendido a otro país de cualquier continente. El logro distinguido de ese cuerpo es la detención en 1961 del Dr. Israel Bar, quien era un militar retirado israelí amigo íntimo de Ben Gurion, quien trabajaba para los servicios soviéticos.

En momentos de tensiones explosivas en la Franja de Gaza, la jefatura de Shabak, ha concentrado la mayor parte de sus funcionarios y fuentes humanas y técnicas en ese territorio. Desde 1967, la tarea más importante y priorizada de ese servicio es el combate contra el “terrorismo” en los territorios palestinos y la cooperación con el Tzahal (Fuerzas Armadas de Israel) para combatir contra los grupos armados árabes, así quedó definida en su misión oficial: “El control de los territorios ocupados es, para el Estado de Israel, una misión del Shabak”.

Este servicio ha sido de manera letal muy eficiente, en 1996 una de sus unidades de operaciones especiales, asesinó al principal fabricante de bombas de Hamás, Yahya Ayyash, plantando un material explosivo en su teléfono móvil. Lo cual certifica el profundo nivel de acceso que tenían los israelíes en esa organización, como para poder acceder a ese medio personal de comunicaciones, prepararlo como arma explosiva y volverlo a poner al servicio del ultimado. Esta operación fue controlada en sus preparativos y autorizada su ejecución por el premier Shimon Peres.

Caso similar fue el acontecido en el Líbano, donde en los primeros días de enero de este año, cuando fue asesinado el comandante de Hamás, Saleh Al-Arouri, junto a un grupo de sus seguidores en una bien montada operación especial israelí.

Los directores del Shabak, son elegibles para cargos políticos después de retirarse del servicio activo, ocupan posiciones encumbradas en el gobierno.

Una conclusión de esta primera entrega, es sin lugar a dudas, que todo o casi todo, lo acontecido o por acontecer en los territorios ocupados palestinos es conocido, seguido y liquidado por los cuerpos represivos israelíes, sea Mosad o Shabak, nada o casi nada escapa a sus ojos y oídos. Si algún evento “escapó” a su control, es porque así debió ser, para alcanzar un fin superior en el cual los daños colaterales y necesarios no cuentan en los pronósticos. Más de setenta años de experiencia represiva dan fe de este proceder.

(*) Escritor y profesor universitario. Es el autor, entre otros, del libro “Bajo las alas del Cóndor”, “La Operación Cóndor contra Cuba” y “Demócratas en la Casa Blanca y el terrorismo contra Cuba”. Es colaborador de Cubadebate y Resumen Latinoamericano.

Foto de portada: Abed Rahim Khatib / DPA.

Foto de portada: AFP

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