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Argentina: las razones detrás de la masacre en la asamblea de la toma en González Catán

Por Santiago Brunetto.

Murió un adolescente de 16 años y ya son cinco los muertos por la balacera. No fue un enfrentamiento sino una emboscada por parte de un grupo que busca controlar la toma del barrio 8 de Diciembre.  Como los vecinos rechazaban sus pretensiones, les dispararon.

La venta de un terreno que los vecinos y vecinas querían destinar a la construcción de una plaza y la extorsión por el pago de tierras para vivir desencadenaron el conflicto que derivó en el ataque a balazos con cinco personas asesinadas en la toma de tierras del barrio 8 de Diciembre de la localidad de González Catán. Este lunes se confirmó la muerte de la quinta víctima, un adolescente de 16 años, mientras que otras seis personas continúan internadas. Los investigadores revisan los videos del momento del ataque producido en plena asamblea, pero hasta el momento no hay detenidos. Los vecinos y vecinas que participaban de la reunión denunciaron que los atacantes “tiraron a matar”.

En el borde de González Catán, partido de La Matanza, rodeada de campo y tosqueras abandonadas, atravesada por las vías del ferrocarril Belgrano Sur, se encuentra la toma del 8 de Diciembre. Tiene alrededor de un año de existencia y está conformada por un loteo informal de terrenos de unos 10 metros de frente por 30 de profundidad, delimitados por troncos y alambres. Se calcula que hay cerca de 70 casillas de madera con más de 400 personas. Allí, en las proximidades del cruce de las calles Vega y Claudio Debussy, donde la toma choca con el barrio 19 de Septiembre de Catán, al menos tres personas abrieron fuego con balas de plomo contra la asamblea que se desarrollaba este domingo por la tarde. 

Según pudo reconstruir este diario a partir de diversas fuentes de la toma y judiciales, a las 15.30 en la asamblea se discutían varias cuestiones álgidas para la vida cotidiana del lugar: los cobros requeridos por el grupo de autodenominados “delegados” que explotan el loteo vendiendo los terrenos, multas impuestas por ese mismo sector a los vecinos y vecinas, y principalmente el destino de un terreno en el que la asamblea de la toma buscaba realizar una plaza con comedor popular incluido para todo el barrio. El grupo de los “delegados” anunció entonces que iban a lotear ese terreno para venderlo y los vecinos y vecinas se resistieron. 

“Ellos vinieron y nos apretaron. Había tres pibes encapuchados que nunca vimos en el barrio y estaban del lado de las casas de los delegados. Cuando empezó la discusión, empezaron a amenazar a los vecinos y, cuando nos dimos vuelta, nos rodearon tres personas desde atrás y le empezaron a tirar a matar a uno de los vecinos”, contó a IP Noticias César, uno de los testigos del momento de la balacera, quien agregó que ellos mismos “corrieron” a los “encapuchados” del lugar cuando empezaron los tiros. En los videos se ve cómo repelen el ataque a balazos a fuerza de piedrazos, mientras van cayendo los heridos. “Sabé que te voy hacer mierda a vos, pedazo de gil”, se escucha decir a uno de los atacantes momentos antes de iniciar los disparos.

Según los investigadores hubo al menos cuarenta tiros, aunque desde la toma hablan de más de doscientas detonaciones. Fueron realizadas con pistolas 9 milímetros, y los peritos ya levantaron vainas servidas del pastizal, mientras que por la tarde del lunes se volvió a rastrillar el lugar. La investigación, a cargo del fiscal Carlos Arribas de la Unidad Temática Homicidios de La Matanza, busca reconstruir la secuencia de los disparos e identificar a los atacantes a partir de los videos y los testimonios recabados. Son al menos tres los que tiraron, y los vecinos y vecinas aseguran que no los conocían porque fueron traídos especialmente por los “delegados” a modo de “sicarios”. Por ahora, la causa está caratulada como quíntuple homicidio agravado y ocho tentativas de homicidio. 

Es que este lunes se confirmó la quinta muerte por la balacera. Hasta la noche del domingo eran cuatro las personas fallecidas, pero por la mañana del lunes se informó la muerte de Luis Fernando Bascope, un adolescente de 16 años que falleció en el Hospital Alberto Balestrini de La Matanza luego de recibir un disparo en la cabeza. Leonel Enzo Tapia, de 29 años, Waldo Velázquez Chávez, de 28, Gregorio Mamani, de 29, y Eduardo Rivera, de 23, son los otros cuatro fallecidos tras la balacera.

Otras seis personas siguen internadas con cuadros de diversa gravedad en los hospitales Paroissien y Simplemente Evita, también de La Matanza: Eber Bareiro, de 43 años, con un balazo en el tórax, Alex Choque, de 35, con un impacto en un brazo, Walter Escobar, de 40, con heridas en el tórax y una pierna, David Zárate, de 32 años, baleado en la cabeza, Rodrigo Arraigada, de 26, con una herida en el tórax, y Luis Lamas Caimán, de 33, con lesiones en el tórax y en un brazo. Algunos de ellos tienen pronóstico reservado. Las otras dos personas que habían sido internadas en un primer momento por heridas menores ya fueron dadas de alta. 

Según aseguran desde la toma, las amenazas del grupo de los “delegados” escalaron día a día antes de la asamblea, al punto de llegar a amenazar, el día anterior, con la posible balacera que en efecto finalmente se concretó. Es que los cuestionamientos al grupo, en su mayoría de nacionalidad paraguaya, fueron creciendo por parte de los vecinos y vecinas hasta plantearse en asamblea la posibilidad de organizarse para intentar desplazarlos de algún modo. Advierten que les obstaculizan los planteos de mejoras y hasta de urbanización del barrio de cara al futuro. Los vecinos y vecinas sostienen que el grupo tiene vinculación con una banda narco que opera en la zona. Después de la balacera, los “delegados” no volvieron a aparecer por el barrio. 

La toma está conformada por ciudadanos argentinos y otros de procedencia peruana, boliviana o paraguaya. Algunos de ellos participaron de la ocupación original de los terrenos por lo que no abonaron nada para poder construir sus casillas, pero buena parte de los habitantes fueron víctimas de la extorsión por parte del grupo de “delegados”, que se apropian de los lotes y les ponen precio, con la promesa incluso de contratar abogados para gestionar los papeles de propiedad. Los montos fueron subiendo con el correr de los meses: algunos pagaron, hace un tiempo, 20 mil pesos por el terreno, mientras que hoy se puede llegar a cobrar alrededor de 100 mil pesos.

Además, denuncian desde la asamblea, también se les imponen multas por cuestiones como el mantenimiento de los lotes o de las calles abiertas de manera informal. El terreno en cuestión alguna vez fue privado pero nunca se construyó nada allí y está abandonado desde hace décadas. Hace dos años y medio, cuando comenzaron las primeras ocupaciones anteriores a la actual, el municipio de La Matanza judicializó la situación al advertir que el terreno no es habitable por su estado de abandono y la cercanía con las tosqueras. La causa, sin embargo, nunca tuvo novedades ni avances en la Justicia.

Los obispados de San Justo y Gregorio de Laferrere se solidarizaron con las víctimas del tiroteo. “Hace algunos meses poníamos de manifiesto la situación de violencia que se vive en nuestros barrios. Violencia generada por los mercaderes de la muerte que desde organizaciones narco y delictivas tienen apresadas a nuestras familias y sobre todo a nuestros jóvenes”, señaló el texto firmado por Jorge Torres Carbonell y Eduardo García. “Queremos solidarizarnos con las familias que sufrieron la violencia y hoy lloran el asesinato de sus seres queridos por estas organizaciones del mal y del crimen que actúan impunemente en nuestros barrios y territorios aprovechándose de la necesidad de los más pobres y frágiles”, agregaron los obispos. 

Tomado de Página/12 / Foto de portada: Luciano Thieberger.

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