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Javier Milei en defensa del capitalismo y la propiedad privada

Por Julio C. Gambina. *

Nunca había leído un libro ni artículos de Milei y eso que él señala que publicó muchos, varios de ellos denunciados por plagio. Incluso, ahora, la editorial Planeta retiró de circulación uno de esos libros en España porque incluía una biografía falsa, en donde se enunciaba que se había doctorado en la UBA. Ninguna editorial publica sin verificación del propio autor los datos incluidos en la edición, por lo que suponemos que no se trata de un “error de imprenta”. 

En rigor, Milei no se doctoró en ninguna Universidad, ni pública ni privada, solo obtuvo el “honoris causa” del Instituto Universitario ESEADE, ámbito de culto liberal en donde no existe pluralidad ideológica o teórica, solo liberalismo. 

En fin, comentaremos un libro de un personaje muy cuestionado por sus prácticas literarias y más allá. Solo presté atención a discursos y escritos de Javier Milei desde que irrumpió en la política como legislador nacional en 2021 y mucho más desde el acceso a la presidencia en diciembre del 2023. 

De hecho, el libro que se presentó públicamente, reúne los principales discursos realizados en el país y en el exterior durante su breve mandato, precedidos por su alocución al recibir el honoris causa de la casa universitaria liberal en diciembre del 2022. Las palabras preliminares están datadas en Olivos, sede de la residencia presidencial, en abril del 2024. Nada más nuevo, por lo pronto, en el pensamiento del autor que comentamos.

Se trata de un panfleto de 375 páginas con muchísimas reiteraciones, algunas prácticamente calcadas y otras apenas matizadas de un artículo a otro de los que integran y abultan innecesariamente el volumen. Los artículos son discursos oportunamente leídos o escritos preparados al efecto, en donde se reitera no solo la línea argumental esencial, de sustento y promoción del capitalismo y una despiadada crítica al socialismo, sino la reiteración de ejemplos que circulan de un discurso a un escrito en reiterada vocación repetitiva.

Influencia libertaria
El libro permite identificar el trayecto de la formación profesional de Milei y su descubrimiento en torno de 2014 de la obra de Murray Rothbard, especialmente Monopolio y competencia, dice él mismo, de donde obtendrá sus convicciones para una prédica sin objeciones a la defensa del accionar monopólico, asumiendo el carácter heroico de los empresarios que acceden producto de la competencia a la dominación del mercado. 

En general, muy pocos conocen al maestro inspirador de Milei, personaje de la ultraderecha estadounidense, con vínculos antisemitas, un negacionista del holocausto y vinculado a grupos promotores del racismo y la discriminación, caso del KuKluxKlan. 

Rothbard, fallecido en 1995, fue fundador del partido libertario en EEUU y el padre de una de las ideas en campaña electoral relativa al derecho de los padres a desentenderse de los hijos, incluso incluirlos en la esfera mercantil, por solo mencionar uno de los grotescos de las propuestas del teórico liberatorio que inspira al presidente de la Argentina.

La realidad es que Rothbard es parte de un camino intelectual asociado a las reaccionarias concepciones de la tradición de la Escuela Austríaca de Economía, la EAE, especialmente sus referentes, entre los que Milei destacará a Ludwig von Mises (1881-1973) y a Friedrich von Hayek (1899-1992). Ambos protagonistas activos del conservadurismo al final del imperio austro-húngaro al final de la primera guerra mundial. La Viena socialista de 1920 tendrá a esos referentes de la EAE como acérrimos enemigos, defensores del conservadurismo del imperio fenecido. 

Vale mencionar que ese será el antecedente intelectual para que Hayek sea convocado a comienzo de los treinta del Siglo XX a Cambridge para confrontar con la novedad que suponía el incipiente desarrollo de la influencia de John Maynard Keynes (1883-1946) en Gran Bretaña. 

Recordemos que Hayek, Nobel en 1974, escribe en 1944 Camino de la servidumbre, en que la tesis principal es que el rumbo de la política económica hegemónica en el sistema mundial desemboca en el socialismo, adjudicado al destino de las políticas de bienestar en boga a fines de la segunda guerra mundial. 

Mises y Hayek son los abanderados de la prédica en contra del socialismo, no tanto en consideración a Marx y su tradición posterior en la era de las revoluciones desde octubre del 1917, sino y muy especialmente en contra de Keynes y el keynesianismo reinante desde mediados de los 40 del siglo XX, que perdurará hasta la emergencia del neoliberalismo instalado a la salida de la crisis capitalista de los 60/70. Un neoliberalismo esbozado como proyecto en Mont Pelerin, Suiza, en 1947.

Milei en la tradición “cuantitativa”
En su discurso de diciembre del 2022 en ESEADE, Milei describe su lectura de un “árbol genealógico” del pensamiento económico, tomado de un texto de Axel Leijonhufvub, que curiosamente no se cita como correspondería a un texto académico, siempre y cuando imaginemos al autor como un académico, cuando en rigor, apenas si es un divulgador libertario de la ultraderecha. 

Es importante el “árbol genealógico” porque le permite escindir a la EAE de la tradición neoclásica, y desde allí esbozar la crítica que incluye en el subtítulo del libro como “la trampa neoclásica”. 

Leijonhufvub deriva de la teoría cuantitativa una rama que desemboca en Irving Fischer (1867-1947), quien sistematiza la teoría cuantitativa formulada en el siglo XVI, y finalmente en Milton Friedman (1912-2006), Nobel por el Banco de Suecia en 1976; y otra rama que inicia en KnutWicksell (1851-1926), con interpretaciones diferentes a las de Fischer. 

De Wicksell despliega tres derivaciones, la escuela sueca, la de Cambridge (incluye a Keynes y dos derivaciones, una de las cuales identifica a los keynesianos “neoclásicos”), y la tercera son Mises y Hayek, tercera generación de los austríacos.

Esa descripción de las ideas de la “macroeconomía” dejan afuera de la evolución del pensamiento a la crítica de la Economía Política, o sea a Carlos Marx (1818-1883) y su tradición hasta el presente. Una lectura diferenciada a la de Milei sobre la historia del pensamiento económico, encuentra el parte aguas, precisamente en Marx, ya que la escuela clásica, sistematizada desde Adam Smith desde 1776, tendrá desarrollo hasta la crítica de Marx, que habilita el parte aguas de la evolución de la crítica en la diversa tradición de Marx hasta el presente, por un lado, y por el otro, la deriva neoclásica, incluido Keynes y su ruptura epistemológica y debate con los monetaristas y austriacos propiamente dichos. Esta descripción es asumida, incluso, por manuales tradicionales de enseñanza como los de Paul Samuelson (1915-2009). 

Milei pretende en sus discursos y escritos desvincular a la EAE de la corriente neoclásica y por ello, la esencia de su crítica a la corriente principal en el capitalismo contemporánea se denomina “la trampa neoclásica”, subtítulo de su libro y de algunos escritos en este volumen. En su práctica política cotidiana discute cada vez más con los principales referentes “profesionales” que adscriben a la corriente principal y ya no queda nadie sin que confronte, quedando cada vez más aislado de socios ideológicos, pero él, se asume como un cruzado de la liberalización a ultranza.

Defensa del capitalismo
Los escritos o discursos apuntan a una estrategia ideológica de defensa del orden capitalista y, por ende, de la propiedad privada de los medios de producción, la libertad de mercado y la concentración monopólica. La hipótesis es que la corriente principal de teoría y política económica, la “neoclásica”, influye en las decisiones asumidas por los decisores en los principales estados del capitalismo actual y lo hacen sobre la base de los “fallos del mercado”, induciendo así a la intervención estatal, rémora derivada de la influencia keynesiana en la lógica normativa de la economía mundial contemporánea. 

Por eso el título que remite a la confrontación entre capitalismo y socialismo y a la trampa neoclásica. 

El título se arrastra como argumento en su discurso en ESEADE 2022 y en varias conferencias o artículos incluidos en el volumen que comentamos. Es un argumento constituyente de sus mensajes en el país y en el mundo, ahora más activo desde su posición institucional en la Argentina, por lo que insisto no debe subestimarse al Milei propagandista de la versión ultraderechista de una imaginaria estrategia de defensa y relanzamiento del capitalismo ante la crisis contemporánea.

Su visión del capitalismo remite a la imagen de la “pipa”, explicando la expansión de la producción y la disminución de la pobreza en sentido histórico gracias al orden capitalista. Claro que omite el proceso violento y expropiatorio de la acumulación originaria del capital, sujeto dominante en el capitalismo. El descubrimiento, conquista y colonización de lo que hoy llamamos América, genocidio mediante, es parte de ese mecanismo de constitución de relaciones monetarias mercantiles que organiza la sociedad contemporánea, en la región y en el mundo. Sin genocidio y saqueo no hay proceso de revolución industrial en territorio europeo. La revolución en el transporte y las comunicaciones favoreció el proceso de explotación y saqueo, esclavización mediante para la emergencia de la idílica sociedad capitalista.

Milei explica la gran expansión productiva de los últimos 250 años sustentados en gráficas de estimaciones extrapoladas de evolución económica y productiva que explicitan una gigantesca evolución de bienes de consumo, de producción y de la riqueza. En rigor, la tesis que motivó la sistematización del nuevo tiempo histórico fueron los estudios económicos de Adam Smith quien escribió acerca de la causa de la riqueza de las naciones. La pregunta para la investigación de Smith fue a propósito de la riqueza, en tanto novedad civilizatoria. Su aproximación lo llevó a la teoría del valor, que para Milei, constituyó el “error” de Smith. Milei destaca de los clásicos solo a Smith, negando su aportación sustancial y ordenadora de los debates posteriores con base a la teoría del valor trabajo, potenciada por David Ricardo (1772-1823).

Es Marx quien llevará a fondo el estudio de la ley del valor, especialmente con la especificidad de la “fuerza de trabajo” como mercancía que genera mayor valor en el proceso de producción, formulando el origen del excedente económico con su teoría de la plusvalía. Con Marx se inicia la crítica a la Economía Política y esta potenciará su carácter apologético del capitalismo, e incluso reniega del apellido para constituirse en “Economía” a secas, entre 1871 y 1890, para así desentenderse de lo social y correr sus objetivos y motivaciones a la mejora de las ganancias empresarias y a la reproducción de una lógica naturalizada de explotación de la fuerza de trabajo y saqueo de los bienes comunes. 

Por eso, en el texto de Milei siempre se enaltece al “empresario” y toda la lógica de la escritura apunta a exaltar al sujeto “empresario”, nunca al trabajador.

Crítica a la crítica
La confrontación a la crítica de Marx da inicio la corriente neoclásica con todos los matices hasta nuestros días. Serán los austríacos, quienes en 1871 comienzan esa deriva, con Carl Menger (1840-1921) en 1871, a pocos años de publicado el Tomo I de El Capital (1867) y hasta 1890 con Alfred Marshall (1842-1924) y su identificación de la disciplina bajo la denominación extendida hoy como “Economía”.

Cuando Federico Engels publica los Tomos II y III de El capital, sobre borradores de Marx, un austríaco, Eugen von Böhm-Bawerk (1851-1914) lleva a fondo una crítica referida a las contradicciones de estos volúmenes con el Tomo I, incluso, aduciendo que Marx no los publicó en vida por las contradicciones que se conocen como los “problemas de la transformación de los valores en precios”, una polémica que involucró a marxistas desde entonces hasta el presente.

Desde allí es que Milei descalificará a Marx en pocas líneas, repitiendo que los aportes de Marx corresponden a Johann Rodbertus (1805-1875) y sus obras de los 30 y 40 del siglo XVIII. Engels responde a Rodbertus, quien acusaba de plagio a Marx. Es una amplia respuesta en el prólogo a la edición del Tomo II en 1885, en donde Engels señala que los antecedentes del plusvalor ya están en Smith y en Ricardo, que Rodbertus no va más allá que ellos, pero que la importancia de los estudios de Marx permitieron avanzar en la construcción de la teoría del valor (marxista), y más precisamente en precisar la mercancía “fuerza de trabajo” y la relación mercancía – dinero y la transformación del dinero en capital, en un recorrido conceptual de categorías que se despliegan en el Tomo I. En ese prologo anticipa se completará la elaboración compleja de Marx con la publicación del Tomo III publicado en 1894, dando por completo el proceso de producción y circulación del capital con la esencia de la tasa media de ganancia. 

Claro que pedirle a Milei el estudio de Marx es mucho y apenas repite una vieja y desechada polémica entre Engels y Rodbertus.

Milei es parte de la crítica a la crítica y por eso argumenta desde la Economía y apenas reivindica a Smith y su “mano invisible”, no la teoría del valor trabajo, una de las bases esenciales del debate teórico, aun con la crítica neoclásica de mutar del valor objetivo al subjetivo, a las preferencias del consumidor, a los empresarios y nunca a las trabajadoras y los trabajadores.

Había que leerlo
Algunos colegas y amigos me decían que perdía el tiempo leyendo el panfleto que desde la tapa contrapone, sin mencionar a que ciudades pertenecen, pero que imaginamos. Por un lado, la urbanidad artificial de las modernas ciudades del capitalismo ostentoso, con la urbanización deteriorada producto de sanciones unilaterales y el boicot genocida por la vanguardia del imperialismo. 

La foto del retiro de tapa es la pose de un pensador, que hasta ahora destaca como comentarista de la televisión, animador de las redes sociales que generó una gran ilusión social para acceder a la primera magistratura en la Argentina y desde allí irradiar “ideas fuerza” del libertarismo, muy alejado de las concepciones de la libertad como aspiración social para la disputa por la igualdad y la emancipación social. 

No es un tema menor, porque en el presente sigue en campaña, local y global, que lo diferencia de otros derechistas, que junto a conservadores y cultores de la restauración conservadora se presentan como “nacionalistas”, caso de Trump, Bolsonaro o Meloni, Le Pen y otros. 

En ningún lugar del libro, ni en su práctica política emerge un mínimo de nacionalismo. Su prédica es universal en defensa del régimen del capital y de la dominación monopólica sobre el mercado y el Estado. Por eso pregona junto a la liberalización en interés del capital, la necesidad de un fuerte estado para asegurar la represión contra las demandas asentadas en el conflicto social por mejorar la vida de las clases subalternas.

No es necesario leer el libro para conocer la avanzada de ultraderecha que difunde Milei y su equipo para reestructurar regresivamente el capitalismo local. Lo sustenta como una muestra de lo que imagina para superar la crisis mundial contemporánea, que desde 2007/09 se expresa con un crecimiento débil. Según relata y escribe, su especialidad en promover el “crecimiento”, algo que brilla por su ausencia en una cruda recesión llegando al primer semestre de gobierno, apunta a resolver el crecimiento de la economía capitalista mundial, aunque en el camino, millones queden afuera, ya no solo de la reflexión de un escriba o hablador, sino ahora, de un personaje que decide los destinos de un país con pretensión de ser “influencer” en la política mundial.

Cada vez más aislado, el resultado es profundamente regresivo y empobrecedor, habilitando un vacío político que requiere de alternativas en sentido contrario a la apología capitalista y sobre la propiedad privada que pregona en su nuevo libro Javier Milei.

* Economista argentino, autor de “La globalización económico-financiera: su impacto en América Latina”.

Tomado de Perfil / Foto: AFP.

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