Cuba y Eurasia: abrir nuevos caminos
Por José Ernesto Nováez Guerrero / Colaboración Especial.
El Bloqueo económico, comercial y financiero aplicado por Estados Unidos en contra de Cuba es, sin dudas, uno de los principales retos que la nación debe sortear cotidianamente. Esto obliga al país a una diplomacia económica tendiente a encontrar nuevos mercados para los productos nacionales que permitan generar los necesarios ingresos en divisas, pero también que suministren al país de una serie de productos y servicios claves para el funcionamiento de su economía. Esto incluye desde materias primas claves como el petróleo, hasta servicios financieros alternativos al sistema Swift.
La reciente participación presencial del presidente de Cuba, Miguel Díaz-Canel Bermúdez en el Consejo Supremos de la Unión Económica Euroasiática (UEEA) es un paso más en esta dirección. Aunque en principio pudieran parecer realidades muy alejadas la de una pequeña isla del Caribe y un conjunto de países intercontinentales a caballo entre Europa y Asia, lo cierto es que no solo hay vínculos históricos, sino oportunidades valiosas en este acercamiento.
La Unión Económica Euroasiática
Establecida a raíz de un tratado firmado el 29 de mayo de 2014, la UEAA es un bloque que hoy comprende cinco grandes países: Rusia, Bielorrusia, Kazajistán, Armenia y Kirguistán. Los objetivos principales de esta unión incluyen la modernización de las economías nacionales de sus estados miembros, aumentar su competitividad y promover la cooperación entre ellas, impulsando el desarrollo sostenible para mejorar la calidad de vida de sus poblaciones.
Las economías miembros de la UEAA comparten un mercado común. Sus órganos principales son el Consejo Económico Euroasiático Supremo, el Consejo Intergubernamental Euroasiático, la Comisión Económica Euroasiática y el Tribunal de la Unión Económica Euroasiática.
El bloque en su conjunto engloba una población de más de 200 millones de personas y tiene un PIB combinado de más de 2,5 billones de dólares. En su más reciente encuentro, en mayo, el presidente de Rusia, Vladimir Putin destacaba el crecimiento económico de la unión. Putin apuntó que el comercio de la UEAA con terceros países aumentó un 60 por ciento, pasando de 579 mil millones hasta 923 mil millones de dólares, con más de un 90 por ciento de las transacciones realizadas en monedas nacionales.
El mandatario ruso también hizo referencia a los vínculos crecientes de la UEAA con importantes organizaciones regionales y multinacionales, como la Comunidad de Estados Independientes, la Organización de Cooperación de Shanghái y la Asociación de Naciones de Asia Sudoriental.
Además de Cuba, también Moldavia y Uzbekistán participan como observadores en los encuentros del bloque.
Cuba y Eurasia
Las relaciones de Cuba con los países que componen la UEAA son, en muchos sentidos, una continuación de los vínculos sostenidos durante los años de la Unión Soviética. Numerosos profesionales cubanos se formaron en centros de altos estudios de las diversas naciones que componían la URSS y muchos soviéticos estuvieron en Cuba para estudiar, brindar asistencia técnica, pasar una temporada vacacional. Entonces, aunque lejanas, ambas realidades y pueblos no son desconocidos, lo cual facilita y viabiliza en gran medida las intenciones de la nación antillana de insertarse en el bloque económico.
Estas relaciones son también una continuidad del estrechamiento de las relaciones con Rusia y revisten un carácter estratégico para la isla. Los países de la UEAA son productores de materias primas fundamentales como los hidrocarburos, pero también pueden proveer a la isla de la transferencia tecnológica indispensable para modernizar sus propias capacidades extractivas y mineras, permitiendo un mayor aprovechamiento de los recursos naturales del país. Aunque desiguales en su desarrollo, de conjunto la unión ofrece también posibilidades para Cuba de acceder al suministro estable de alimentos, componentes químicos, acceso a nuevos mercados turísticos, etc.
También representa la posibilidad de operar en un sistema de pagos alternativo al sistema Swift y el dólar, así como servicios financieros que no estén mediados por la hegemonía norteamericana y su voluntad de aislar a la isla.
Cuba, por su parte, tiene para ofrecer los productos tradicionales de su industria, destacando rones y tabacos, pero también sus adelantos en la industria farmacéutica y la biotecnología, entre los que se pueden señalar el Heberprot P, medicamento para la cura del pie diabético, con una alta tasa de éxito validada internacionalmente y la vacuna terapéutica contra el cáncer de pulmón, ambos medicamentos únicos en su tipo a nivel mundial.
De la convergencia de intereses entre Cuba y la UEEA pueden surgir también inversiones que permitan aprovechar las capacidades instaladas en la Zona Especial de Desarrollo Mariel y que conviertan a la isla, con su posición geográfica privilegiada, en un punto clave para que los productos más competitivos de los países miembros de la UEEA puedan acceder al creciente y atractivo mercado latinoamericano y caribeño.
Además de lo material, hay una clara ganancia política, principalmente para la isla, que rompe a través de su inserción en alianzas como esta con la histórica política de aislamiento y persecución a la que lleva más de seis décadas sometida por el imperialismo norteamericano. La emergencia de un nuevo orden multipolar abre numerosas puertas para los países y proyectos diferentes al modelo único imperante. Ahí está la clave para la supervivencia y reinvención, de cara al siglo XXI que avanza, de proyectos como el cubano.
(*) Investigador y periodista. Coordinador del capítulo cubano de la Red de Intelectuales y Artistas en Defensa de la Humanidad. Es autor de los libros “Hijos del polvo” y “La ideología en el semanario Lunes de Revolución con respecto a la situación del intelectual y el arte en la Revolución Cubana”.
Foto: Gobierno de Cuba