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“Assange demostró que es posible poner en jaque a los más poderosos desde la verdad”

Por Ricardo Pérez / Eduardo Bautista.

La liberación de Julian Assange es histórica porque el trabajo que hizo hace años en la plataforma WikiLeaks —donde fue publicada información clasificada de EEUU— fue un “punto de quiebre” en la historia contemporánea del periodismo, dicen en entrevista periodistas y analistas consultados por Sputnik.

Este 24 de junio el mundo se enteró de que, tras 14 años de persecución por parte de Washington, el activista y periodista australiano Julian Assange fue liberado de la prisión de máxima seguridad de Belmarsh después de haber permanecido cinco años tras las rejas.

La liberación ocurrió luego de que la defensa de Assange llegara a un acuerdo con el Departamento de Justicia de Estados Unidos, cuyos detalles aún no han sido revelados, aunque medios como CNN y NBC señalan que el activista asumirá una declaración de culpabilidad por un delito que implicaría una condena de 62 meses en Estados Unidos, es decir, los mismos cinco años que ya cumplió preso en el Reino Unido.

Más allá del proceso legal que todavía le aguarda en el país norteamericano —donde se ha pedido una condena contra él de hasta 175 años por revelar documentos de seguridad nacional—, su puesta en libertad es un triunfo para la libertad de expresión y de prensa, afirma en entrevista con Sputnik Rubén Darío Vázquez, maestro en Comunicación e Innovación Tecnológica por la UNAM.

“Exhibir a un Gobierno tan fuerte como el de Estados Unidos no es cosa fácil. Assange demostró que es posible poner en jaque a los más poderosos desde la verdad y la transparencia”, observa el también académico de la Universidad Iberoamericana.

Desde su punto de vista, WikiLeaks fue el precedente de muchas otras plataformas o proyectos que, años después, se dedicaron a publicar documentos clasificados o información delicada sobre asuntos de importancia global, como Guacamaya Leaks, los papeles de Panamá o los papeles del Pentágono.

“Con la aparición de WikiLeaks en 2006 se sentó el precedente de lo que hoy entendemos por periodismo de investigación. Su forma fue sencilla: una plataforma donde se pudieran subir documentos que estuvieran a disposición de todo el mundo y que pudieran ser revisados por otros periodistas. Esto implicó un trabajo de arquitectura informática muy profunda, pero sobre todo una visión muy clara de la libertad de expresión y del acceso a la información en el siglo XXI”, dijo Vázquez.

Con su trabajo, Assange no fue solo en contra de los intereses de Washington, sino de las narrativas oficiales dictadas desde el Gobierno estadounidense hacia los medios corporativos globales, señala el experto.

“Los gobiernos de todo el mundo tienen intereses ocultos que contradicen muchas veces sus propios principios domésticos e internacionales; eso lo demostró Assange. Su libertad hoy implica el entendimiento de una nueva manera de entender el alcance del concepto ‘acceso a la información'”, afirma.

“No podemos negar que, con el uso de las nuevas tecnologías de información y la IA, la forma en la que la gente se informa ha cambiado rotundamente. Esto nos recuerda que el gran conglomerado de medios corporativos globales ha monopolizado durante mucho tiempo los contenidos que ven millones de personas y los conceptos que tenemos sobre el periodismo, el conocimiento y la cultura. Porque si una plataforma, un medio o un comunicador se salen de esos cánones, prácticamente desaparecen, son invisibles”, indica.

El factor Assange en las elecciones de EEUU

La liberación de Julian Assange en el Reino Unido sucede en momentos de amplias tensiones políticas en Estados Unidos, donde el presidente Joe Biden busca su reelección ante un Donald Trump que luce fortalecido, según varias encuestas de preferencias electorales.

Según Vázquez, Biden podría resultar afectado porque, finalmente, su papel —ya sea como presidente o vicepresidente— en las guerras en Irak o Afganistán lo convierten en blanco fácil de críticas en su contra por las filtraciones de WikiLeaks, donde se revelaron varios crímenes de guerra y diversas irregularidades relacionadas con esos dos conflictos.

“Biden es una figura que no ha tenido el peso que sí han tenido otros presidentes. Incluso a Trump, que era señalado por todo el mundo, lo amaba ese Estados Unidos profundo. No dudo que el caso Assange juegue en contra del Partido Demócrata [rumbo a las elecciones de noviembre]. El caso puede ser aprovechado por la derecha norteamericana favorable a Trump y tomarla como estandarte de la libertad de expresión”, considera el especialista.

“Una señal de que la injusticia puede remediarse”

Assange atravesó durante 14 años uno de los procesos legales más engorrosos de los que se tenga registro contra un periodista a nivel mundial. La Justicia estadounidense tenía 18 cargos en su contra por espionaje y pedía hasta 175 años de cárcel. Además, estaba preso en una cárcel británica desde 2019, donde cayó gravemente enfermo, según dijo su defensa varias ocasiones.

Además, de 2012 a 2019, permaneció refugiado en la embajada de Ecuador en Londres, hasta que el país sudamericano decidió dejar de darle asilo bajo la Administración de Lenin Moreno. Todo el tiempo siempre estuvo bajo la amenaza de ser extraditado a Estados Unidos.

Por todo ese acoso judicial y diversos problemas de salud mental y física que experimentó a lo largo de los años, su liberación puede ser interpretada como “una señal de que la justicia puede llegar o que la injusticia puede remediarse”, dice en entrevista con Sputnik Paula Mónaco Felipe, periodista, escritora, activista y productora argentina radicada en México, y ganadora del Premio Nacional de Periodismo en 2019 y 2021.

“El mundo y las instituciones le deben años de vida a Julian Assange, a su familia y a todos los periodistas del mundo, que tenemos que tener el derecho de ejercer nuestro trabajo sin presiones y sin poder ser perseguidos de esa forma”, asegura la autora del libro Ayotzinapa, Horas eternas.

Para ella, Assange fue uno de los impulsores de “un nuevo modelo que ha aportado muchísimo al periodismo y a la transparencia para develar mecanismos oscuros y caminar hacia mundos más justos”.

Además, considera que la liberación de Julian Assange no es del todo justa, ya que se tiene que declarar culpable ante las autoridades estadounidenses por delitos que “no cometió”.

La lección del castigo

Aunque su liberación es positiva para él y su familia, tampoco se puede cerrar los ojos ante una realidad innegable: que Estados Unidos y sus aliados ejercieron “un castigo ejemplar internacional, principalmente para periodistas, basado en la tortura psicológica”, asegura en entrevista con Sputnik Daniela Pastrana, directora del portal de periodismo de investigación Pie de Página y fundadora de la Red de Periodistas de a Pie en América Latina.

“Es una forma de recordar, en el siglo XXI, que cualquiera que se oponga a los poderes dominantes puede sufrir lo que él está sufriendo”, observa.

“Pero además, ese castigo ejemplar que se manifestaba en no poder salir a la luz del sol, el aislamiento, la incomunicación, la imposibilidad de acceder a sus vínculos amorosos, o tener solo una hora a la semana para hablar por celular con su esposa, son una manifestación visible de un modelo de democracia occidental que está en crisis y que en esa crisis ha puesto en evidencia su peor cara”, agregó la reconocida periodista mexicana.

Foto de portada: AFP.

Fuente: Sputnik.

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