Israel destruyó el 36% de la Franja de Gaza para ocuparla con bases militares
Por Bruno Sgarzini.
Para la doctora Amal Saad, académica de la universidad de Cardiff experta en Hezbollah, en el último año, Israel ha creado lo que denomina la “Doctrina Gaza” que apunta a la limpieza étnica y genocidio de una población particular que forma parte de la base social de una fuerza que considera “enemiga”. En su opinión, “es una doctrina mucho más extrema, un nuevo modelo de guerra que no tiene precedentes en su brutalidad”.
Para Saad eso se comprueba cuando en El Líbano, Israel apunta, de forma deliberada, a las ciudades, aldeas y barrios de mayoría chiíes por ser la base social de Hezbollah. Además, al criminalizar, por ejemplo, los establecimientos y miembros de gobierno no militares por “terroristas”, Israel obtiene “una excusa para desdibujar la distinción fundamental que el derecho internacional establece entre combatientes y no combatientes, lo que le permite actuar con impunidad”.
Esto justifica un patrón de destrucción generalizado de infraestructuras básicas y bombardeos indiscriminados. Incluso, en algunas ocasiones con el uso de sistemas de inteligencia artificial, como Hasbara, que no distingue entre miembros armados de Hamas y civiles desarmados.
Para Forensic Architecture, el bombardeo, como los ataques indiscriminados, en Gaza tienen el fin de posibilitar una ocupación al largo plazo y una limpieza étnica a través de la destrucción de todos los elementos necesarios para posibilitar la vida civil en algunas regiones en Gaza.
La organización Forensic Architecture es un grupo de investigación multidisciplinario con sede en Goldsmiths, Universidad de Londres que utiliza técnicas y tecnologías arquitectónicas para investigar casos de violencia estatal y violaciones de los derechos humanos en todo el mundo.
En su informe “Cartografía de un Genocidio”, que fue presentado por Sudáfrica como prueba de su caso contra Israel frente a la Corte Internacional de Justicia, Forensic Architecture sostiene que “Israel destruyó el 36% de la superficie de Gaza solo para construir puntos militares y carreteras para su invasión”.
Para la organización hay varios elementos claves del actual sistema de control espacial del Ejército Israelí en Gaza: una “zona de amortiguamiento” de 1 kilómetro de ancho a lo largo del perímetro oriental de Gaza, donde la mayoría de los edificios y todas las áreas agrícolas han sido devastadas, el corredor de Netzarim, que corre de este a oeste y divide Gaza en dos al norte de la reserva natural Wadi Gaza, compuesto por una carretera de 6,5 km de longitud con 3,5 km de márgenes despejados en su lado sur y 3,5 km en su lado norte, dentro del cual se encuentran la mayoría de los edificios y la infraestructura agrícola destruida, y el corredor de Filadelfia, que corre de este a oeste a lo largo de toda la frontera sur de Gaza con Egipto”.
También hay dos puestos de control permanentes en las intersecciones del corredor de Netzarim, con los dos principales arterias de tráfico norte-sur, Salah al-Din Road y al-Rashid Road y cuatro puntos de control temporales, operativos en diferentes momentos, y trece rutas de incursión que van desde bases militares israelíes fuera de Gaza hacia Gaza, que “implicaron el aniquilamiento de la mayoría de los edificio y todas las tierras agrícolas a su paso”.
El grupo considera que el área total “despejada” para establecer estas bases, carreteras y puntos de control fue de “131,7 kilómetros cuadrados, lo que constituye el 36% de la superficie total de Gaza”. Por ejemplo, para la zona de amortiguamiento en el norte de Gaza, la superficie alcanzada ascendió 55 kilómetros cuadrados, mientras que para el corredor Netzarim fue de 35 kilómetros cuadrados, un 9,6% de Gaza. Según la organización, la limpieza del terreno para “el corredor provocó la destrucción de cinco edificios universitarios, un juzgado, un hospital, dos complejos turísticos, un parque y una instalación de tratamiento de aguas residuales”.
“La campaña militar de Israel en Gaza entre el 7 de octubre de 2023 y el 30 de junio de 2024 implicó la remodelación del entorno cultivado y construido de la región mediante actos de destrucción y construcción. Se limpiaron grandes extensiones de territorio, incluidas zonas agrícolas y edificios. En su lugar, el ejército israelí construyó carreteras, campamentos temporales, bases permanentes, líneas de fortificación y puntos de control”, según Foresnic Arquitecture.
La dimensión quizás se comprenda con un repaso de las cifras citadas en su informe sobre el patrón de devastación en estas áreas territoriales.
El 83% de “la vida vegetal” en Gaza fue destruida. El 70% de las tierras agrícolas de Gaza ya no existe: un total de150 kilómetros cuadrados de campos y huertos. Más de 3.700 estructuras de invernaderos en Gaza, el 45% del total, también fueron destrozadas.
Más del 47% de los pozos de agua subterránea y el 65% de los tanques de agua quedaron destruidos o dañados. Ninguna de las instalaciones de tratamiento de aguas residuales de Gaza ha permanecido intacta o en funcionamiento.
31 de 36 hospitales de Gaza fueron atacados por Israel. 35 de 36 quedaron fuera de servicio una o dos veces. 11 de 36 fueron asediados, cinco sitiados dos veces. Diez de 36 fueron invadidos por soldados israelíes.
El 75% de las escuelas de Gaza fueron atacadas: 334 dañadas y 91 destruidas. El 81% de las universidades fueron atacadas: 18 dañadas y 18 destruidas.
De 341 instituciones religiosas en Gaza, 143 resultaron dañados y 130 destruidos. El 91% de los sitios del patrimonio cultural en Gaza fueron atacados: 10 dañados y 30 destruidos.
El 47,3% de las carreteras principales fueron dañadas en el norte Gaza. En el sur, la cifra es de 33,7%.
Para la organización, el asedio a hospitales, como la devastación de áreas agrícolas y de recursos hídricos, coincidieron con las áreas de avance de las fuerzas militares israelíes. Y la construcción de los puntos de control, como el corredor Netzarim, fue dispuesta para posibilitar el desplazamiento masivo de norte a Sur en la Franja de Gaza con patrones claros de ataque para fomentar esto. Por eso, por ejemplo, el 70% de las 346 escuelas, usadas como refugios, fueron atacadas.
También se aumentó los ataques a los lugares de entrega de alimentos y medicinas en los periodos que más ayuda humanitaria entraba a la Franja, y se bombardeó los comercios, como panadería y mercados, durante los horario de mayor afluencia de civiles. Toda esta conducta sistemática se repitió y profundizó durante la actual campaña militar israelí para desplazar, de forma masiva, a los 400 000 palestinos del norte de Gaza.
En los últimos meses, en este contexto, el partido de gobierno Likud ha convocado a un encuentro del movimiento Nahal para planificar la reocupación de Gaza y miembros de gobierno han mantenido conversaciones con la compañía Global Delivery Company (GDC), dirigida por el empresario israelí-estadounidense Mordechai Kahana, para que asuma los servicios de seguridad en el norte de Gaza. Según Dropsite News, GDC, conocida como un “Uber de las zonas de guerra”, armaría “burbujas humanitarias” dirigidas como jefes locales para que sustituyan las instancias de gobierno de Hamas, y distribuiría ayuda humanitaria con un sistema de identificación biométrica. Para la periodista israelí Noa Landau; “en la práctica, el plan de Netanyahu para la Gaza de posguerra consiste en: ocupación militar, mercenarios y asentamientos”.
Por eso, para Foresnic Arquitecture; “la reorganización territorial de Gaza es coherente con las declaraciones formuladas por los líderes israelíes que piden una presencia militar israelí a largo plazo y la construcción de asentamientos permanentes”.
Tomado de Diario Red.