El show debe continuar
Por Francisco Delgado Rodríguez.
La euforia predomina por estos días en el ecosistema mediático, que adversa a la Revolución cubana en el sur de la Florida.
De una forma u otra, sospechosos habituales celebraron la victoria electoral del candidato republicano en las pasadas elecciones norteamericanas, y alcanzaron una especie de orgasmo colectivo, cuando el susodicho decidió postular al senador Marcos Rubio, conocido acá como “Narco” Rubio, como candidato a dirigir el Departamento de Estado, entidad burocrática destinada a gestionar diplomáticamente los desenfrenos imperiales.
Rápidamente las redes se inundaron con propuestas y se destacaron, por su torcida agresividad, ciertos “expertos” en temas cubanos, conocidos por su participación remunerada en la industria del odio contra la familia cubana, dicen, para acabar con el comunismo.
Como siempre, afloraron sus acostumbradas contradicciones internas, estimuladas por una competencia feroz por hacerse de los presupuestos para la subversión en Cuba, no obstante, mostraron una coincidencia: esperan que con el apoyo resuelto del próximo jefe de la cancillería norteamericana, se podrá recrudecer el bloqueo económico, comercial y financiero, que durante más de 6 décadas aplica Washington contra Cuba, el más prolongado en la historia del que se tenga noticias.
Algunas de las ideas más desopilantes hablan incluso de invadir, si, ocupar por la fuerza una porción de territorio cubano donde se enviarían, al mejor estilo de campos de concentración, aquellos migrantes cubanos deportados, que aunque huyeron del comunismo, así insisten siempre, es menester regresarlos al lugar de donde supuestamente escaparon; aclaran incluso, que no podría ser la base instalada ilegalmente en Guantánamo, sino otro lugar.
Aseguran que esto es porque esas deportaciones no serían aceptadas por el gobierno cubano, de hecho, ya pululan enjundiosos artículos en medios del norteño país, que exponen ese relato.
El asunto viene al caso porque estiman que una reacción de las autoridades cubanas sería alentar una avalancha migratoria, ante el eventual empeoramiento de las condiciones socio económicas. Absurdo si hay algo, es afirmar que Cuba estimule la salida de su propia juventud, de sus seres queridos, en fin.
También revisaron algunas de las medidas, que en su momento tomó Trump 1 (en enero asumirá Trump 2.0) prohibiendo los vuelos de compañías aéreas norteamericanas a las provincias cubanas, o la cancelación de las remesas. Unos están por repetirlas, otros no tanto, aunque todos exigen que deben sumarse 200 o más, a las 243 acciones que en su momento tomó el Trump 1.
En ese mundo basado en reglas del que presumen representar, el muy probable incremento de las agresiones requerirá la elaboración y conveniente hiper divulgación de mentiras y nuevas o recicladas justificaciones, intentando legitimarlas, sobre todo porque obviamente, ello contribuiría a un mayor aislamiento que EEUU enfrenta por estas políticas, ampliamente rechazadas por el resto del mundo.
Desde luego, ya se sabe, no es ningún descubrimiento afirmar que la historia de la hostilidad contra Cuba, es la secuencia de falsedades tras falsedades, de la manipulación en laboratorios CIA, de hechos, situaciones que nunca existieron, o que se tergiversaron convenientemente.
Pero no importa, el show debe continuar. En esta época con una peculiar distinción: agotada toda racionalidad se impone ahora lo delirante, el absurdo como verdad revelada, las teorías conspirativas, donde la política supera la ficción.
De tal modo que es de esperar que prosperen todo tipo de fantasías, laboriosamente presentadas al estilo del llamado Síndrome de La Habana, cuando un grupo de grillos en celo, pusieron en vilo las relaciones juiciosamente establecidas por los gobiernos de Cuba y EEUU, cuando la “primavera” Obama.
Veremos, bajo ese supuesto, espías chinos por todas partes en Cuba, confundidos con los descendientes de los culíes traídos bajo engaño en el siglo XIX, o bases de submarinos nucleares rusos ubicadas al costado de la Autopista Nacional; cualquier cosa anti china o anti rusa sería conveniente. Incluso, porque no, quizás el desembarco de marcianos en La Habana, lo cual obligaría a los marines, útiles para nada, invadir a Cuba y así salvar al mundo libre.
Todos estos pretextos, que pueden mover a la risa, deberían tomarse con la seriedad que merecen.
No olvidemos las armas de destrucción masiva en Irak, que aunque nunca existieron, costó la destrucción de ese país, con un millón de victimas incluido.
Recordemos el Maine, aquel barco de la armada norteamericana, que ellos mismos hundieron, para acreditar su intromisión en la guerra de independencia de Cuba, cuando el colonialismo español agonizaba.
Más cercano a este tiempo, la calumnia elaborada contra la cooperación medica internacionalista, que ¡canallada!, buscar que colapse lo que a ojos vista ha servido para salvar millones de vidas, incluso en el primer mundo occidental. Y si los países beneficiados no atienden estos ataques, en natural ejercicio de soberanía, pues la propuesta es que sus ministros de salud sean sancionados. Y después niegan el carácter extra territorial de la agresión.
Es imposible entender la decisión, que bordea lo bizarro, de mantener a Cuba en una lista unilateral de países promotores del terrorismo y en paralelo, admitir que sus autoridades en La Habana colaboran con su erradicación. Pero bien, igual no les preocupa el dislate, y el que no lo entienda que se tome un tilo, piensan con descarado desenfado.
Algo parecido ocurre con el supuesto debate sobre si hay o no “embargo”. Por un lado, las plataformas anti cubanas niegan el bloqueo, y al unísono, exigen que aumenten las sanciones, y por cierto, exigen incluir en el paquete sancionador al sector no estatal de la economía cubana.
Y a propósito de lo anterior, la administración saliente afirmó que querían apoyar a los privados cubanos; mintieron una vez más, porque esos actores económicos también operan bajo las anormales condiciones que provoca el bloqueo. Un ejemplo, donde el cinismo se superó a si mismo, fue la autorización a dichos empresarios a abrir cuentas bancarias en EEUU, a sabiendas que la madeja de sanciones lo impiden y lo desestimulan.
Puede imaginarse los tetrabyte de pretextos y medias verdades, que conservan los archivos digitalizados de los servicios especiales norteamericanos, por lo que resulta lógico esperar una próxima mentira creíble, si se permite la ironía. No sabemos si serán grillos o extra terrestres viajando en drones, quizás los mismos que misteriosamente se avistaron en Nueva York.
En este punto, es obligado insistir en que detrás de esta cínica manera de actuar, que sabido no solo afecta a Cuba, ni únicamente proviene desde Washington, se devela una vez más la deriva que experimenta la ética en la política internacional, el desprecio por la inteligencia ajena, la naturalización de la ausencia de valores, con tal de salvar al capitalismo.
El estado de derecho ha terminado; parece ser la advertencia en cada movimiento bélico, en las matanzas en Gaza, o en tantos conflictos sociales que empobrecen a los pobres y abrumadoramente a las capas medias. Y en consecuencia, las justificaciones para cualquier agresión se elaboran apelando cada vez menos a la realidad real.
Es cierto, el contexto se muestra muy desafiante; el histórico diferendo Cuba-Estados Unidos, de la mano de un proyecto anti comunista, conservador y de ultra derecha, se anuncia como el más, o uno de los más recalcitrantes contra la Revolución cubana.
Pero es conocida la obstinada voluntad de los cubanos de resistir y continuar el sendero de revolucionar las cosas; volver para atrás ¡jamás¡. En cualquier caso repetir lo que expresara el Primer Secretario del PCC, en la clausura del IX Pleno del CC del PCC, …. “nos disponemos a enfrentar este nuevo escenario con ecuanimidad y sin miedo, pero alertas y preparados”…. Están avisados.
Tomado de CubaSí.