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Cuba: Que la diplomacia revolucionaria siga siendo referente de dignidad

Por Yudy Castro.

«¡Viva el Minrex! Y sigan combatiendo como hasta ahora, o sea, bien», expresó el General de Ejército Raúl Castro Ruz, líder de la Revolución Cubana, en el acto por el aniversario 65 del Ministerio de Relaciones Exteriores, pilar de la diplomacia revolucionaria.

Raúl, junto al Primer Secretario del Comité Central del Partido Comunista y Presidente de la República, Miguel Díaz-Canel Bermúdez, encabezaron este lunes, en el capitalino Palacio de Convenciones, la conmemoración de la fecha fundacional de este organismo que, en defensa de la verdad y la justicia, ha hecho vibrar el nombre de Cuba en disímiles escenarios.

En el acto, al que asistieron, además, otros miembros del Buró Político, ministros, directivos, funcionarios y trabajadores del Minrex, se evocó el legado de Fidel, quien diseñó y dirigió magistralmente la política exterior cubana, y se recordó la huella indeleble del Canciller de la Dignidad, Raúl Roa García.

Sobre los desafíos que enfrentan a diario los diplomáticos habló el Presidente Miguel Díaz-Canel, al tiempo que instó a robustecer su fibra ideológica, su modestia y probidad, austeridad y lealtad al pueblo trabajador.

Llamó la atención sobre la necesidad de fortalecer la capacidad de análisis, de fomentar el estudio del Derecho Internacional, y de comprender y defender, con convicción, los principios sobre los que descansan la política de la Revolución Cubana y la causa del socialismo.

El Jefe de Estado destacó el prestigio de la Isla caribeña en la arena internacional, condenó el genocidio de Israel contra Palestina, subrayó las incontables páginas escritas por la solidaridad y ratificó su confianza en la diplomacia, basada en «una hoja de servicios meritoria y eficaz».

No olviden jamás, dijo, «que representan a un pueblo bloqueado criminalmente por seis décadas, que ha sabido resistir, sin renunciar a crear un horizonte de esperanza para los desposeídos. Y que para millones en el mundo, en especial los que luchan y sueñan con la justicia y la verdadera libertad de los pueblos, que es, en definitiva, soñar y luchar por el mundo mejor posible, Cuba ha sido y sigue siendo referente de dignidad».

También el miembro del Buró Político y ministro de Relaciones Exteriores, Bruno Rodríguez Parrilla, repasó la historia de compromiso del Minrex, rindió homenaje a los mártires del servicio exterior, reiteró el compromiso activo con la unidad y la integración de América Latina y el Caribe, y agradeció el rechazo mundial al bloqueo y a la inclusión de Cuba en la lista infame de países que supuestamente patrocinan el terrorismo.

En sus palabras, enfatizó en el orgullo de haber participado «en la defensa y la proyección internacional de una causa tan justa como lo es la Revolución Cubana, de ser herederos de las enseñanzas de Fidel y de Raúl, de representar a un pueblo digno, sacrificado e indomable, y de contar con su respeto y respaldo. A ese pueblo nos debemos».

A esta jornada de celebración, que contó con la presencia de trabajadores del Equipo de Servicios de Traductores e Intérpretes, y de profesores y estudiantes del Instituto Superior de Relaciones Internacionales Raúl Roa García, se sumó la música, a cargo del destacado pianista y compositor Frank Fernández, y el coro Entrevoces, dirigido por la maestra Digna Guerra.

Luego de 65 años, la lucha por la paz y la soberanía, el respeto a la libre determinación de los pueblos, y la inclaudicable lealtad a la Patria continúan siendo brújula para la diplomacia revolucionaria.

DISCURSO DEL MINISTRO BRUNO RODRÍGUEZ PARRILLA EN LA ACTO POR EL 65 ANIVERSARIO DEL MINISTERIO DE RELACIONES EXTERIORES

Querido General de Ejército Raúl Castro Ruz:

Compañero Miguel Díaz-Canel Bermúdez, Primer Secretario del Comité Central del Partido y Presidente de la República:

Compañeros de la Presidencia:

Compañeras y compañeros:

Durante sus 65 de existencia, el Ministerio de Relaciones Exteriores y sus trabajadores han tenido siempre plena conciencia de la responsabilidad que desempeñan.

Han comprendido el papel que le corresponde a la política exterior en un país relativamente pequeño en términos de territorio, población y dimensión económica; asediado por una potencia imperialista que amenaza su propia existencia; con un pueblo firmemente comprometido con la defensa de su soberanía, y con un proceso revolucionario que descansa en principios y valores que son universales.

Han entendido siempre que la misión es, en esencia, la proyección internacional de la Revolución cubana.

La política exterior de la Revolución, diseñada y dirigida magistralmente por el Comandante en Jefe Fidel Castro Ruz, ha sido siempre una obra de la Nación en su conjunto desde Girón y la Crisis de Octubre.

Se manifiesta en la defensa popular de la soberanía nacional frente a la agresión y la hegemónica ambición imperialista, con la participación activa y directa del pueblo en las marchas del pueblo combatiente, concentraciones, movilizaciones y otras formas de expresar y respaldar popularmente las posiciones de principios de nuestro país.

Se ha expresado a lo largo de la historia en la práctica de la solidaridad con otros pueblos del mundo, que es uno de los atributos definitorios de nuestra política exterior y en la que han participado masivamente combatientes activos y de la reserva de las FAR y el MININT; profesionales y personal de la salud; profesores y maestros; entrenadores deportivos y formadores artísticos; ingenieros y técnicos de diversas especialidades; aportando todos voluntariamente su compromiso personal y el de sus familias, con lo que han llevado la noción del internacionalismo a una dimensión sin paralelo.

Ha sido una obra dirigida también a respaldar los requerimientos del desarrollo económico, el comercio exterior y la inversión extranjera. Tiene entre sus tareas ayudar a dar respuesta a las necesidades materiales de la población. Ha estado orientada, por necesidad, a sobrepasar las duras restricciones impuestas por el bloqueo económico de Estados Unidos para obstaculizar las relaciones económicas y comerciales de Cuba en cualquier parte del mundo.

En lo que corresponde al MINREX, una de las tareas más importantes de quienes siendo muy jóvenes asumieron en los primeros años y bajo el liderazgo del Canciller de la Dignidad Raúl Roa las responsabilidades fundamentales del Ministerio, fue la de rediseñar la estructura del organismo y la del servicio exterior; reorientar el rumbo de nuestra proyección internacional, redefinir las misiones conforme al desarrollo del proceso revolucionario, las amenazas existentes y las nuevas oportunidades que se abrían gracias al privilegio de haber conquistado, finalmente, la plena independencia nacional.

El triunfo revolucionario implicó un cambio radical. Cuba inició desde entonces el desarrollo de vínculos amplios, amistosos y respetuosos que hoy disfruta en todos los rincones del planeta.

Asumió un papel activo y muchas veces de liderazgo en los organismos internacionales, en los que el desempeño de nuestra política exterior se ha caracterizado por la promoción de iniciativas y la contribución constructiva en favor de la paz, la cooperación, el respeto al Derecho Internacional, el desarrollo económico y la solución de controversias.

También ha asumido con firmeza posiciones de principios contra el colonialismo y el neocolonialismo; en defensa de la Carta de las Naciones Unidas, contra la amenaza, el uso de la fuerza y las medidas económicas coercitivas unilaterales por motivo políticos.

Cuba denunció y enfrentó tempranamente al apartheid, cuando este disfrutaba del respaldo de las potencias imperialistas, y practicó la solidaridad de modo efectivo con sus víctimas, especialmente los pueblos de Sudáfrica, Namibia y Zimbabue, así como Angola, Zambia, Mozambique y Tanzania, integrantes entonces de la llamada Línea del Frente. También llevó su solidaridad a otros pueblos africanos en respaldo a sus luchas anticoloniales y sus programas de desarrollo y justicia social.

Hemos tenido siempre una posición firme en solidaridad con el pueblo palestino y contra la ocupación y agresión sionista; en respaldo al pueblo de la República Árabe Saharaui Democrática y su derecho a la independencia, y tenemos un compromiso invariable con la independencia de Puerto Rico.

Desde los primeros años de la Revolución, integramos como fundadores el Movimiento de Países No Alineados, en cuyo seno hemos tenido una labor activa.

Entre los años 1979 y 1983, y después, entre 2006 y 2009, Cuba tuvo el honor de presidir el Movimiento y acoger en La Habana dos de sus conferencias cumbres. Recientemente asumimos con éxito la Presidencia del Grupo de los 77 y China, agrupación en la que siempre hemos aportado nuestro activismo constructivo, y acogimos en nuestra capital dos de sus conferencias cumbres, la última presidida por el compañero Díaz – Canel, al igual que la Cumbre de Dubai. Su voz resonó firme en las Cumbres de la CELAC y en la de esta con la Unión Europea, en defensa de nuestra América.

En la década del 60, cuando Estados Unidos era capaz de imponer la Doctrina Monroe a su antojo, todos los países latinoamericanos, con la honrosa excepción de México, rompieron relaciones diplomáticas con Cuba y se sumaron al bloqueo económico. El imperialismo fue capaz en aquellas condiciones de imponernos el aislamiento diplomático en nuestro propio entorno geográfico. Pero no pudo imponer el aislamiento político, ni impedir la simpatía, la solidaridad y el respaldo que concitaba la Revolución entre los pueblos de la región.

El cerco diplomático fue rompiéndose poco a poco, con un papel fundamental de parte de los países caribeños que hoy conforman CARICOM, pero también con la voluntad de gobiernos nacionalistas de Latinoamérica que sencillamente se negaron a continuar la pauta dictada desde Washington.

Nuestro compromiso activo con la unidad y la integración de América Latina y el Caribe, en condiciones de plena independencia, es ostensible y reconocido, como lo es el aporte modesto y discreto a importantes procesos de paz en la región. Recuerdo con emoción al General de Ejército Raúl Castro Ruz, de pie, proclamando a la América Latina y el Caribe como Zona de Paz.

Nuestro país tuvo la capacidad desde los primeros años de la Revolución de desarrollar relaciones con las nuevos Estados nacionales liberados del colonialismo en África, de ampliar sus vínculos con lo países asiáticos y del Oriente Medio, y de impulsar vínculos respetuosos con los países europeos.

También disfrutamos durante casi tres décadas de relaciones amistosas, solidarias y de cooperación con los antiguos países socialistas europeos, en especial la antigua Unión Soviética, cuya ayuda solidaria contribuyó significativamente a los avances de nuestro país en los primeros años.
Destacan en la historia el liderazgo de Fidel en las Cumbres de 1995 y del 2000 de las Naciones Unidas, durante la agresión de la OTAN contra Yugoslavia o en el rechazo tanto al terrorismo como a la guerra en septiembre de 2001.

Se conoce que Cuba hoy goza de respeto y prestigio a nivel internacional, que nuestra causa cuenta con amplia simpatía. La más reciente votación contra el bloqueo económico en la Asamblea General de las ONU y todas las que le han precedido desde 1992 son muestra fehaciente. También lo es el reclamo abrumador para que Estados Unidos saque a Cuba de la lista arbitraria con la que califica a Estados que supuestamente patrocinan el terrorismo.

Hemos llegado hasta aquí, en lo que toca al MINREX y al Servicio Exterior del Estado, como fruto de la abnegada dedicación de varias generaciones de trabajadores, funcionarios y directivos que, con preparación, firmeza política, esfuerzo y modestia, han tenido la responsabilidad de representar al país en las más disimiles circunstancias, muchas veces en condiciones de peligro.

Los primeros en asumir esta tarea en la década de 1960 eran en su mayoría muy jóvenes y carecían de experiencia y preparación profesional como diplomáticos, pero sentaron la pauta con su abnegación y compromiso revolucionario. Estudiaron mientras trabajaron, establecieron las bases del Servicio Exterior revolucionario y contribuyeron a formar a las futuras generaciones de diplomáticos.

Consciente de los limitados recursos financieros con que cuenta nuestro país, el Servicio Exterior es austero, y mucho menos costoso si se compara con el de la mayoría de los países. Pero su efectividad es mayor a la de otros y nuestros diplomáticos y el personal en general cumplen con eficiencia sus responsabilidades, defienden las posiciones que corresponden y levantan la bandera de la estrella solitaria tan alta como merece.

El MINREX venera a sus 11 mártires del Servicio Exterior. Nuestro organismo, a lo largo de su historia, ha tenido el honor de contar entre sus trabajadores con una cifra alta de combatientes de la lucha insurreccional y de combatientes internacionalistas. Las jóvenes generaciones participan en una proporción alta en las tareas de la defensa, como reservistas de la Brigada de la Frontera en Guantánamo.

A lo largo de estos 65 años, el MINREX se ha caracterizado por ser un colectivo revolucionario, activo en las tareas de la economía, en las zafras azucareras, la cosecha del café, el apoyo a la agricultura en general, la participación en tareas de la construcción y muchas otras prioridades.

Jóvenes de nuestro organismo acudieron a Haití en ocasión del terremoto de 2010 y más recientemente a Turquiye. Fueron a países del Caribe como Antigua y Dominica, en ocasión de otros desastres naturales y se incorporaron masivamente a las brigadas que participaron en los centros de atención y aislamiento de la COVID19.

Hemos contado desde temprano con una escuela diplomática y, desde 1976, con un centro universitario que ha formado varias generaciones de funcionarios, tanto en el dominio profesional del oficio, como en el basamento político, ideológico y ético, sobre el que se sostiene nuestra política exterior, el prestigioso “Instituto Superior de Relaciones Internacionales Raúl Roa”. Hoy cuenta con el enriquecedor Centro de Investigaciones de Política Internacional. También tiene adscritos el Equipo de Servicios de Traducción e Interpretación, que atiende requerimientos propios, del gobierno y del país en su conjunto y la Comisión Nacional Cubana de la UNESCO.

El Ministerio se honra también de una privilegiada relación con la histórica Asociación Cubana de Naciones Unidas, de la sociedad civil cubana.

Llegamos a este 65 aniversario orgullosos de haber participado en la defensa y la proyección internacional de una causa tan justa como lo es la Revolución cubana, de ser herederos de las enseñanzas de Fidel y de Raúl, de representar a un pueblo digno, sacrificado e indomable, y de contar con su respeto y respaldo.

A ese pueblo nos debemos.

Tenemos la tarea de enfrentar los desafíos actuales del escenario internacional, cada vez más incierto y retador, y de encarar la agresividad del imperialismo. Debemos hacerlo con valor, sabiduría y abnegación, apegados siempre a nuestros principios.

El orden internacional actual es insostenible. El imperialismo amenaza la paz y destruye las fuentes naturales de las que depende la vida en el planeta. Condena a la pobreza y la exclusión a miles de millones de personas, mientras enriquece de modo cada vez más irracional a grupos cada vez más reducidos de individuos.

Por la esencia de nuestra Revolución, por la trayectoria de la que somos herederos y por la confianza que depositan en nosotros muchos en el mundo, tenemos el deber de seguir luchando activamente a favor de un orden internacional de paz, justicia, igualdad soberana y desarrollo, que resulte sostenible, garantice a todas la naciones el derecho a una participación equitativa en las decisiones que competen a todos; que respete el derecho a la libre determinación e impida la injerencia de las grandes potencias en los asuntos internos de otros Estados.

Mantendremos la disposición de desarrollar relaciones de respeto y cooperación, incluso con aquellos gobiernos con los cuales tenemos diferencias políticas. Esa ha sido nuestra tradición y lo seguirá siendo. Lo conoce el gobierno de los Estados Unidos.

Nuestro país tendrá que seguir enfrentando la insaciable hostilidad del imperialismo estadounidense y su empeño pernicioso en destruir la Revolución Socialista, negar nuestros derechos soberanos e imponer su voluntad sobre el destino de la nación cubana.

Ha fracasado y continuará fracasando en el intento, pero conocemos el daño que provoca y es capaz de provocar. Pero siempre chocará con la firmeza del pueblo, la obra de justicia que hemos construido, nuestra dedicación cotidiana para superar las dificultades actuales, la rica experiencia acumulada y la determinación inquebrantable de defender nuestra causa a cualquier precio.

A nombre del Consejo de Dirección y del colectivo de trabajadores, comparto la felicitación a las generaciones de compañeras y compañeros que durante seis décadas y media han construido y desarrollado la labor del Ministerio de Relaciones Exteriores y reitero, compañero General de Ejército, compañero Primer Secretario y Presidente, nuestra inclaudicable lealtad a la Patria, la Revolución y el Socialismo, a nuestro glorioso Partido Comunista de Cuba y a la memoria de Fidel y de nuestros mártires.

Tomado de Granma / Minrex / Fotos: Estudios Revolución.

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