A 60 años del memorándum Mallory: El arsenal de maldad es inagotable
Por Raúl Antonio Capote* / Colaboración Especial para Resumen Latinoamericano.
La política de la “olla a presión” implementada por los jerarcas del team anticubano en el gobierno de EE. UU., encabezados por el secretario de Estado, Marco Rubio, y el enviado especial de la Casa Blanca para América Latina, Mauricio Claver-Carone, no es nueva; es bien conocida en la Mayor de las Antillas.
El 6 de abril de 1960, hace ya 65 años, el gobierno de Estados Unidos sentó por escrito los fundamentos de su genocida política contra Cuba.
La Casa Blanca no hace otra cosa que seguir al pie de la letra los fundamentos expuestos por Lester D. Mallory, vicesecretario de Estado adjunto para Asuntos Interamericanos, en su conocido memorándum.
El documento, desclasificado en 1991, reconoce que la mayoría de los cubanos apoya a Fidel y aconseja “emplear rápidamente todos los medios posibles para debilitar la vida económica de Cuba… para reducir sus recursos financieros y los salarios reales, provocar hambre, desesperación y el derrocamiento del Gobierno”.
Este ha sido el núcleo de la estrategia de guerra sucia contra Cuba, aunque traten de disfrazarla con nuevos ropajes y usarla como espantajo para amedrentar al país que intentan cercar.
Ahora pretenden llevar el bloqueo a su máxima expresión, con precisión “quirúrgica”, para causar el “mayor dolor posible” y asfixiar la economía de la isla.
Mediante el hambre y las enfermedades, buscan diezmar el espíritu de resistencia de los habitantes de la isla rebelde, quebrar la unidad y el consenso.
Desde su regreso a la Casa Blanca el 20 de enero de 2025, Donald Trump, busca cortar las fuentes de financiamiento, llevar a cero los ingresos externos del país caribeño.
El mismo 20 de enero de 2025, pocas horas después de asumir la presidencia, Trump revocó la decisión de la administración anterior y volvió a incluir a Cuba en la lista de países patrocinadores del terrorismo.
Días después, el 31 de enero de 2025, restableció sanciones a Orbit S.A., una empresa que gestionaba las remesas que llegan desde el exterior, una decisión que impacta en la población cubana al dificultar la recepción de ayuda económica de sus familiares en el exterior.
La limitación del monto de las remesas a 1000 USD por trimestre, la suspensión de las remesas no familiares y la prohibición de envíos desde terceros países a través de Western Union impusieron mayores dificultades a los ingresos de muchos cubanos.
Washington suspendió el programa parole humanitario y los procesos de reunificación familiar para quienes fueron admitidos en EE. UU., y prohibió el otorgamiento de visas para intercambios culturales, deportivos, académicos, científicos, etc.
Cerrar todas las vías de la migración legal tiene peligrosos antecedentes y se hace con toda la mala intención, olvidando los perjuicios que puede ocasionar para ambas partes la violación de los acuerdos migratorios.
Nada parece detener a los señores del odio, a quienes hacen negocio con el sufrimiento de todo un pueblo, porque sus carreras políticas dependen de los fondos destinados a la guerra contra Cuba.
Sin esos fondos, ninguno de ellos figuraría en el gobierno estadounidense.
(*) Escritor, profesor, investigador y periodista cubano. Es autor de “Juego de Iluminaciones”, “El caballero ilustrado”, “El adversario”, “Enemigo” y “La guerra que se nos hace”.
Foto de portada: El País.

