Trump, el conquistador
Por Alina Martínez Triay
Declarar el 13 de octubre como Día de Colón y eliminar la referencia al Día de los Pueblos Indígenas, objetivos que la administración Biden combinó en esa fecha, fue una de las más recientes decisiones del presidente Donald Trump.
Al respecto el actual inquilino de la Casa Blanca dijo en una reunión de su gabinete después de su proclamación como feriado: “Regresamos con el Día de Colón. Amamos a los italianos”
“Esta celebración honra a nuestros antepasados, a los descubridores y a los fundadores de la nación”, agregó que se debe “celebrar la historia y no pedir perdón por ella”
Tal decisión generó la reacción de organizaciones como la National Congress of American Indians (NCAI) que la consideró “un paso atrás en el reconocimiento de la historia real de Estados Unidos” y que borraba años de lucha por el reconocimiento y la reparación histórica. “El Día de los Pueblos Indígenas no es un ataque a nadie sino un acto de justicia histórica”.
Medios de prensa internacionales valoran esta declaración de Trump como una fórmula para movilizar a la masa electoral más tradicional, sobre todo los votantes blancos de origen europeo que influyen en estados clave como Florida, Ohio y Pensilvania.
Trump arremetió duramente contra la denominación dada a la fecha por Biden y consideró que “la izquierda radical” se ha encargado de “ *realizar* una campaña vil y sin piedad por borrar la historia y para calumniar a los héroes y atacar la cultura americana”.
Y finalmente concluyó: “Bajo mi liderazgo esos días han terminado y nuestra nación ahora se quedará con una simple verdad: Cristóbal Colón fue un verdadero héroe estadounidense y todos los ciudadanos están eternamente en deuda con su incansable determinación”.
La conmemoración se aprobó para el segundo lunes de octubre de cada año que en 2025 cae día 13.
En realidad, el Colombus Day tiene un origen mucho menos glorioso: Según la Enciclopedia Británica, la fecha fue establecida en 1892 por el presidente Benjamín Harrison a causa de la gran discriminación que había en Estados *Unidos* en esa época hacia los inmigrantes italianos, que fueron acusados arbitrariamente de la muerte de un policía. Llevados a juicio, sin pruebas concluyentes, 11 de ellos fueron linchados. Ello ocurrió en 1891 y al año siguiente se estableció el Día de Colón para apaciguar las tensiones entre Estados Unidos e Italia.
La declaración de *Trump* recuerda la del gobierno argentino de Javier Milei que volvió a la vieja denominación del 12 de octubre como Día de la Raza, en contra de lo decretado por la mandataria Cristina Fernández de Kichner de designarlo como el Día del Respeto a la Diversidad Cultural. Cualquier semejanza con lo decretado por Trump no es pura coincidencia.
Trump pasa por alto (o tal vez se siente identificado) el propósito de Colón y los primeros conquistadores al llegar a estas tierras, que era enriquecerse a costa de la apropiación de los recursos y la explotación de los habitantes originarios. No se trataba de un descubrimiento de tierras deshabitadas para después poblarlas a manera de colonización con familias europeas, sino de arrasar con las ricas culturas que ya existían desde mucho antes de la llegada de los europeos y habían alcanzado un impresionante grado de organización y desarrollo. Las más primitivas como la de Cuba que recibieron amistosamente a los recién llegados fueron sometidas a la más cruel explotación.
Como señaló José Martí La invasión de América por los europeos constituyó “la injerencia de una civilización devastadora, dos palabras que siendo un antagonismo constituyen un proceso”.
La cita aparece en una declaración de la Casa de las Américas, de la Oficina del Programa Martiano y del Proyecto José Martí *de* Solidaridad Internacional, publicada el pasado año.
En ella se señala que para mediados del siglo XVII apenas vivían en América 3 millones y medio de indígenas de entre los 70 y 90 millones que se calcula había en 1492.
El documento hace un profundo análisis del significado real de ese momento histórico cuando señala que la llegada a nuestras tierras de los europeos, portadores de los valores y apetitos de la naciente sociedad capitalista, fue el inicio de la mundialización del mundo y de la conversión de la historia de la humanidad en una sola historia. “A partir de entonces se inició además gracias a aquella expoliación, el desarrollo del capitalismo moderno en Europa Occidental y el surgimiento de la América Latina y el *Caribe* . E incluso la división del mundo tal como la conocemos”
De lo que se trata, *subraya* , es de condenar toda forma de colonialismo, neocolonialismo y explotación pasados y presentes, cuestión contraria al pensamiento imperial del mandatario estadounidense que no disimula sus ambiciones expansionistas, a costa de cualquier medio, como la guerra. ¡Y todavía está reclamando que le otorguen el Premio Nobel de la Paz y si no lo hacen lo considera un insulto!
Los que habitamos la América donde puso su planta en 1492 Cristóbal Colón, descendemos de conquistadores y conquistados, de esclavistas y esclavizados y no renegamos del pasado ni renunciamos a lo mejor de la cultura occidental que también nos pertenece, expresa con justeza la citada declaración, pero además se impone reconocer los que se sublevaron contra los opresores y los que desde entonces han decidido continuar luchando.
No hay dudas que para el presidente estadounidense el famoso almirante genovés es un modelo a seguir en su empeño por tomar por la fuerza las tierras apetecidas por sus recursos naturales, sin reparar en los intereses ni en las vidas de sus habitantes. En una palabra: Trump es un nuevo conquistador.
Tomado de Trabajadores

