El narcotráfico y la conjura de las ejecuciones extrajudiciales (I)
Por José Luis Méndez Méndez* / Colaboración Especial
Resumen Latinoamericano
El pretexto del narcotráfico ha sido utilizado como parte del modelo de contrainsurgencia de Estados Unidos, incluye un manual que regula las ejecuciones extrajudiciales como forma de eliminar “adversarios políticos”.
La conjura en curso para eliminar a los principales dirigentes de la Revolución Bolivariana, está previsto en ese texto, el cómo, cuándo, dónde y quiénes serán los ejecutores está anunciado y aprobado. La agencia central de inteligencia con el concurso de otras entidades de la comunidad de inteligencia nacional, aportan todo lo necesario para su ejecución. Antes, si fuera necesario, se prepara a la opinión pública nacional e internacional, se sataniza a los objetivos seleccionados para ser eliminados y se sentencian.
En los tiempos de la administración del demócrata Barack Obama, ese método fue profusamente empleado, ahora los republicanos lo anuncian sin el menor pudor, es un momento en el cual todo está permitido, tolerado, desde hundir embarcaciones de pescadores en el Caribe hasta anunciar la cercanía de operaciones de asesinatos selectivos con una renovada patente de corso. Aunque, con apego a la verdad histórica, todas las administraciones han empleado ese estilo de eliminar, algunas en secreto y otras de manera pública y notoria, al mejor estilo del Chicago de Al Capone.
El congresista Mario Diaz-Balart Caballero ha sugerido la receta aplicada en Panamá en diciembre de 1989, para “extraer” al general Manuel Antonio Noriega, sindicado de narcotráfico, entonces miles de panameños fueron masacrados. Ya se ha anunciado una lista de los “extraíbles” en Venezuela y como colofón a los preparativos punitivos el administrador estadounidense de turno ha anunciado que los asesinatos por encargo comenzarán.
Se ha difamado hasta el cansancio al mandatario venezolano, lo cual es parte del protocolo, destruirlo en política, para después hacerlo físicamente, crear el caos y convocar a unas prontas elecciones generales con una concertación nacional, que impida el derramamiento de sangre, y prime la concordia y la paz nacional, lo cual retrotraerá al país al capitalismo feroz y las riquezas venezolanas a las arcas del imperio. Esa conjura está en curso.
Existen procedimientos en la CIA, de cómo actuar, no se limita a la acción de sus hombres, además añade sus relaciones con otros sectores igualmente influyentes, como el papel de la prensa y los medios de comunicación masivos en los esfuerzos contrainsurgentes, entre ellos, por supuesto, el ahora enmascarado y otrora USIA, al cual se le asigna la tarea de influir en la opinión pública de otras naciones en favor de los objetivos ya señalados de la política exterior de su gobierno, publicitando sus acciones, haciendo contra propaganda a las opiniones hostiles a Estados Unidos, coordinando las operaciones sicológicas abiertas bajo la guía del departamento de Estado. Un proceso típico, en curso, es el inmenso plan para derrocar al gobierno legítimamente constituido de Venezuela, donde todo el “ablandamiento” mediático, en desarrollo, precede a las opciones militares en preparación.
Durante la administración del demócrata Barack Obama, existió una “lista de los ejecutables”, seguido su control a ese nivel ejecutivo, se convirtió en política pública la eliminación como método contrainsurgente y se redactaron informes evaluativos de la efectividad de esa medida extrema, donde se rectificaban tendencias negativas, daños colaterales evitables para mejorar el desempeño y efectividad de este programa de exterminio selectivo de enemigos.
Para evaluar la práctica y utilidad del método de la eliminación física contra objetivos de alto impacto, en el año 2014, se conoció por medio del sitio de denuncia WikiLeaks,[1] la existencia de un documento de la Agencia Central de Inteligencia de Estados Unidos, con el sugestivo título de Hacer de las operaciones de determinación de blancos de alto valor una efectiva herramienta de contrainsurgencia, dedicado a evaluar sus éxitos en acciones de ese tipo. Es la forma peculiar de enfocar, esa agencia, sus enfrentamientos a las llamadas “insurgencias”, que son aquellos procesos, organizaciones o individualidades que adversan la forma en que los estadounidenses quieren gobernar al mundo.
El texto era secreto para extranjeros y se clasificó para exclusivo uso interno, evaluaba los ataques a los llamados grupos insurgentes por parte de Estados Unidos y comprendía a doce países, en los cuales la CIA, asesino de manera autorizada.
Se valora en particular, la acción de eliminar físicamente a los adversarios, como práctica contrainsurgente. Es decir, pondera el asesinato político como opción para alcanzar propósitos superiores. El texto fue terminado en julio del año 2009, que coincidió con el primer año de la Administración demócrata de Barack Obama y el mandato de Leon Panetta como director de la CIA durante el cual Estados Unidos de forma significativa incrementó su programa de asesinatos a expensas de las operaciones de captura. Es dable recordar las listas con órdenes ejecutivas de candidatos a ser eliminados de manera priorizada, que fueron firmadas por el entonces flamante Premio Nobel de la Paz.
El documento, es una guía para que los funcionarios estadounidenses lo empleen en la evaluación estratégica de operaciones futuras de ese tipo y en los métodos de asesinatos de objetivos de alto valor.
Otro aspecto a destacar es la importancia que otorga al reclutamiento e integración de fuerzas paramilitares o irregulares como parte integral de la incursión contrainsurgente, componente clandestino que permite realizar operaciones encubiertas, ejecuciones extrajudiciales, incluso actúan como grupos vinculados al narcotráfico, en función de paramilitares. Este método permite proteger la imagen pública de quien simula combatirlos, cuando en realidad son parte de un mismo sistema.
También, el texto es muy claro en cuanto el involucramiento directo de fuerzas de combate estadunidenses, si la situación se deteriora a tal punto que los intereses vitales de Estados Unidos se vean en peligro y para hacer un decisivo cambio en el conflicto, el cual puede ser no sólo de naturaleza contrainsurgente sino también provocado por el narcotráfico.
La acción de escuadrones de la muerte o grupos de matones se aprueba en el texto comentado, e incluso descrito con precisión y cinismo con una máxima: “cazar-matar”.
Las fuerzas afines pueden usar esta técnica en operaciones de consolidación de las posiciones. Ellas usan esta técnica de cazar y destruir enemigos aislados. El equipo de “cazar-matar” consiste en dos secciones: los cazadores y los asesinos. Los cazadores deben estar ligeramente equipados y altamente móviles. Su misión es localizar a las fuerzas enemigas mientras mantienen una comunicación constante con los ejecutores, quienes están alertas y listos para entrar en acción. Cuando los cazadores hacen contacto, éstos notifican a los ejecutores. “No cabe duda, los caminos de la “democracia a la estadunidense” son tenebrosos, fatales y están empedrados de “buenas intenciones”.
Nota: [1] http://wikileaks.org/cia-hvt-counterinsurgency
(*) Escritor y profesor universitario. Es el autor, entre otros, del libro “Bajo las alas del Cóndor”, “La Operación Cóndor contra Cuba” y “Demócratas en la Casa Blanca y el terrorismo contra Cuba”. Es colaborador de Cubadebate y Resumen Latinoamericano.
Foto: Getty images

