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Congresista: temor a que Trump manipule archivos Epstein

La reciente firma de la ley que ordena la publicación de los archivos de Jeffrey Epstein fue celebrada como una victoria histórica para la transparencia, sin embargo, tras el acto público, crece la preocupación entre los demócratas de que el presidente Donald Trump pueda manipular el proceso para desviar la atención hacia sus rivales políticos y dentro de su propio círculo.

La congresista Adelita Grijalva, la primera mujer latina en representar a Arizona en el Congreso y figura clave para desbloquear la votación, expresó a EFE un triunfo teñido de cautela. «Sin duda es una gran victoria… los estadounidenses merecen transparencia», afirmó, aunque inmediatamente alertó: «Trump puede pedir que ciertos documentos no sean publicados».

Esta aprensión surge de un cambio radical en la postura de Trump, quien tras meses de tildar el caso de «engaño» demócrata, firmó la ley y ahora promete total apertura, al tiempo que ordenó al Departamento de Justicia investigar a prominentes figuras opositoras.

Una firma decisiva tras un bloqueo sin precedentes

El camino hacia esta ley estuvo marcado por una intensa batalla política, en la que la congresista Grijalva fue central. Su llegada al Congreso estuvo plagada de obstáculos:

– Elección y bloqueo: Grijalva ganó una elección especial en septiembre de 2025 para suceder a su padre, el fallecido congresista Raúl Grijalva. Sin embargo, el presidente de la Cámara de Representantes, el republicano Mike Johnson, se negó a tomarle juramento durante siete semanas, el retraso más largo en la historia del Congreso para un miembro electo.
– La firma 218: Los demócratas acusaron a Johnson de intentar evitar que Grijalva proporcionara la firma 218, decisiva para forzar la votación de la Ley de Transparencia de los Archivos Epstein. Finalmente, el 12 de noviembre de 2025, apenas fue juramentada, Grijalva estampó su rúbrica, desbloqueando el proceso.

Un giro estratégico: la cambiante postura de Trump

La posición del presidente Trump sobre los archivos ha sido errática, un vaivén que genera desconfianza sobre sus motivos finales. La siguiente línea de tiempo ilustra su evolución:

Este giro en noviembre, justo cuando la presión en el Congreso era insostenible, fue acompañado de una ofensiva retórica. En lugar de enfocarse en la justicia para las víctimas, Trump utilizó su anuncio en Truth Social para señalar: «Jeffrey Epstein… fue demócrata de toda la vida… Quizás pronto se revele la verdad sobre estos demócratas y sus vínculos».

Mecanismos legales: el temor a una divulgación selectiva

La normativa firmada por Trump, la Ley de Transparencia de los Archivos Epstein, ordena al Departamento de Justicia publicar en 30 días todos los documentos relacionados con las investigaciones sobre Epstein y su cómplice, Ghislaine Maxwell. No obstante, la normativa contiene salvedades que podrían ser utilizadas para ocultar información clave:

– Protección de investigaciones en curso: El Departamento de Justicia puede retener información si está vinculada a «otra investigación en curso». Trump ya ordenó una nueva investigación sobre las conexiones de Epstein con figuras demócratas como el expresidente Bill Clinton.
– Privacidad de las víctimas: Se permite censurar material para proteger la identidad y privacidad de las víctimas, así como cualquier descripción de abuso sexual infantil.

Estas excepciones son el centro de los recelos. La congresista Grijalva teme que la investigación ordenada por Trump sirva como «una vía para resguardar a personas específicas abriendo indagatorias paralelas». Miembros del propio Partido Republicano, como la representante Marjorie Taylor Greene, expresaron abiertamente su escepticismo: «¿El Departamento de Justicia publicará los archivos o todo seguirá atascado en las investigaciones?».

Una victoria en la sombra

Para las víctimas de Epstein y para legisladores de ambos partidos que buscan una rendición de cuentas completa, la aprobación de la ley es un logro indudable, sin embargo, es interpretada también como una victoria que viene con una advertencia.

La administración Trump pasó de resistirse activamente a la divulgación a intentar controlar la narrativa en su favor. Como señaló Alex Conant, un veterano operador del Partido Republicano, presentado así por CNN «Esta es una historia que seguirá persiguiendo al presidente… Las teorías conspirativas sobre Epstein han alcanzado niveles estratosféricos. Y nunca dejaremos de hablar de ello».

El verdadero desafío, como apuntó la congresista Grijalva, será asegurarse de que este no es el final, sino un primer paso. «El pueblo estadounidense debe mantenerse vigilante ante cualquier intento de manipulación de la información o de que Trump emplee tácticas para impedir que se revele ‘toda’ la verdad».

Tomado de Alma Plus TV

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