Voces desde el Capítulo Cubano de la Redh en Defensa de Venezuela (IV)
Urge llamar a la paz y exigir el respeto a la soberanía de Venezuela, que es la de Nuestra América
Dra.C. Marlene Vázquez Pérez
Directora del Centro de Estudios Martianos
REDH-Cuba
De la mano de Martí, y leyendo «Tres héroes», en La Edad de Oro, aprendimos a amar a Bolívar como un padre. Ello fija un ritual para cada cubano que visita Caracas: hay que visitar la estatua del prócer y reeditar el fervor martiano, con la convicción de que ambos, el venezolano y el antillano, tienen mucho que hacer en América todavía.
«Deme Venezuela en qué servirla, ella tiene en mí un hijo,» declaró Martí con devoción, y en los meses en que vivió en Caracas se dedicó con creces a ello.
Honremos hoy esa fidelidad hacia esa tierra hermana, cuya soberanía y paz está siendo amenazada seriamente por los Estados Unidos, esos que Bolívar avizoró como destinados por la Providencia a plagar la América de miserias a nombre de la libertad.
Es un asunto de la mayor importancia, y es nuestro deber y cuestión de honor y principios, respaldar el gobierno legítimo del presidente Nicolás Maduro.
Urge hacer un llamado a la paz y exigir el respeto a la soberanía de Venezuela, que es la de Nuestra América y la de todos los pueblos que luchan por un mundo mejor y más justo.
Venezuela no está ni estará nunca sola
Alberni Poulot Cumba
Escritor y profesor
REDH-CUBA
A todos los compatriotas de nuestra Patria Grande.
Somos testigos presenciales de otro momento de peligro, similar a la Crisis de Octubre y si se consumara el acto de rapiña imperialista sobre nuestra hermana República Bolivariana de Venezuela, no cabe otra opción que un nuevo Carabobo que se consagre en el definitivo Ayacucho.
De producirse en Venezuela una agresión militar, el carácter probable de sus acciones serían los llamados golpes quirúrgicos, que son el empleo de bombas o cohetes contra objetivos económicos, políticos, militares, tecnológicos e incluso sociales, como escuelas y hospitales; también podrían organizar una operación especial de secuestro con el fin de eliminar a la dirección chavista, a la cual han fijado recompensas millonarias por su eliminación o captura.
Desde que inició la escalada han intentado fraguar una provocación de falsa bandera que justifique un supuesto «levantamiento popular» , con algunos muertos, que les permita una «intervención humanitaria» o combinada con un bloqueo naval total y el cierre ilegal del espacio aéreo internacional cercano a Venezuela y el propio venezolano; también el bloqueo electrónico, la manipulación mediática y la agresión subversiva desde las redes sociodigitales, internet y los satelitales.
Buscan Trump, Marco Rubio y la camarilla dictatorial, fascista e imperialista, crear una cortina de humo a sus complicadísimos problemas internos, demostrando que son un Estado Monopólico fallido, y van por los recursos naturales de los países del área, especialmente el petróleo, de Venezuela; y borrar los «malos ejemplos» de insubordinación al Imperio de Cuba, Nicaragua, la Colombia de Petro y el México de Claudia la Patriota.
Es muy posible que deseen con esta acción ( la agresión militar a Venezuela) iniciar una cadena de operaciones imperialistas (como hicieron los nazis en la II Guerra Mundial), para controlar toda la irredenta y rica zona latinoamericana y caribeña, de ahí el peligro que cierne sobre nuestra Zona de Paz.
La suerte de Venezuela es la suerte de Nuestra América.
Nadie debe quedar nadie pasivo o indiferente.
No es tiempo de tibieza ni de timidez
Somos hijos de Bolívar y Venezuela es también nuestra Patria.
El Águila Imperial debe avistarnos decididos y unidos a asumir el mismo destino de la patria bolivariana y chavista.
Venezuela🇻🇪 no está ni estará nunca sola.
Estamos contigo, amada Venezuela.
Detener la prevista agresión armada contra Venezuela
Hedelberto López Blanch
Periodista y escritor
REDH-CUBA
Con los ejemplos de soberanía e independencia que nos legaron Bolívar, Martí, Fidel, Chávez y otros muchos patriotas latinoamericanos, en estos tiempos hay que defender a Venezuela y a su legítimo presidente Nicolás Maduro que sufren una guerra hibrida con amenazas de convertirse en ataques armados directos de un imperio decadente que se vuelve más agresivo para tratar de mantener su desgastado poderío.
Mientras el convicto presidente Donald Trump y el mitómano y corrupto canciller, Marco Rubio acusan sin pruebas a la dirigencia venezolana de estar relacionados con el comercio de las drogas, con su doble moral (que no la tiene), el magnate yanqui libera al mayor traficante de estupefacientes: el expresidente hondureño Juan Orlando Hernández que cumple una condena de 45 años de cárcel por introducir toneladas de drogas en Estados Unidos.
Para los pueblos y países progresistas, las instituciones y organizaciones sociales, culturales y religiosas del mundo se hace imprescindible denunciar y detener la incursión armada que prepara Washington contra la Revolución Bolivariana, que de consumarse conllevará consecuencias impredecibles para toda América Latina, el Caribe y cuyas secuelas alcanzarían también a Estados Unidos.
¡No pasarán!
Michel Torres Corona
Periodista, director Editorial Nuevo Milenio
REDH-CUBA
Lo fue la Rusia bolchevique, rechazando a más de diez ejércitos invasores en la primavera de 1918. Lo fue la República española y su «¡No pasarán!», aunque pasaron; y lo fue el cadáver luminoso de Pablo de la Torriente Brau, hallado en Majadahonda una fría mañana de diciembre —como diría el poeta Miguel Hernández— con el sol de España en el rostro y el sol de Cuba en los huesos.
Lo fue Leningrado, sitiada por los nazis durante dos años, 4 meses y 19 días. Millones murieron o enfermaron, pero nunca se rindieron. Lo fue Girón y aquella playa defendida a sangre y fuego, la primera derrota del imperialismo en América; y fueron los mercenarios devueltos a su espurio mecenas a cambio de compotas.
Lo fue La Moneda y aquel orador chileno de las anchas alamedas, batido con el fusil de un amigo contra el gris soldado. Y lo fue Cuito Cuanavale, donde se quebró la espina dorsal del régimen racista de Sudáfrica, donde se empezó a gestar la derrota del apartheid, cáncer del continente africano.
Lo es, dolorosamente lo sigue siendo Palestina, donde los perseguidos se convirtieron en perseguidores, donde se olvidó el vaho del infierno —como diría el poeta Luis Rogelio Nogueras— y se pagó el crimen con crimen; lo es y ls sigue siendo Gaza, ciudad convertida en polvo mas polvo palestino.
Y lo es hoy Venezuela, la patria de Bolívar, asediada por ese monstruo enfermo de avaricia que parece destinado por la Providencia a plagar de miseria nuestras dolorosas repúblicas americanas. Y donde dice Venezuela es como si se dijera Cuba, y donde dice Bolívar es como si se dijera Martí.
Todo ejercicio de funambulismo político en esta, la hora de los hornos, es vil y abyecto. Toda pose de equidistancia que pretenda disfrazarse con los infinitos matices de la indefinición no es más que la máscara cretina y abyecta de los sietemesinos.
Con la lógica y la ética del Apóstol cubano dilucidamos la disyuntiva de este tiempo virtuoso en el que hay que saber fundirse: o Caracas o Washington. ¡Recuento unido y marcha apretada! Cerremos filas ante los Trump y los Netanyahu del mundo, ante el auge fascistoide y las apetencias imperiales. Con Bolívar y con Martí, con Chávez y con Fidel.
No pasarán. Y si pasan, que les cueste todo. Que se acuerden hasta en sus tumbas del día en que cometieron el error de ignorar la historia de esta América, de los hombres y mujeres valientes que ha dado. No pasarán, pero si se deciden al ataque, si olvidan las lecciones de dignidad que ha dado la especie humana desde el río Bravo hasta la Patagonia, que no quede una voz por alzar o un rifle por disparar contra ellos.
¡Viva Venezuela libre! ¡Viva la Patria grande!
Nos levantamos hoy con Venezuela Bolivariana
Graciela Ramírez, editora, militante argentina
Jefa de la corresponsalia de Resumen Latinoamericano en Cuba
REDH-CUBA
¡Los árboles se han de poner en fila para que no pase el gigante de las siete leguas! Es la hora del recuento, y de la marcha unida, y hemos de andar en cuadro apretado, como la plata en las raíces de los Andes.» Asi nos lo enseñó José Martí desde el Norte revuelto y brutal que quiere inponernos ahora a 200 años de la doctrina Monroe nuevamente, mintiendo y acusando con descaro, para engañar, confundir y dividirnos; urdiendo todo tipo de falsedades sin evidencias, para vaciarnos de riqueza y someternos a su infinito egoismo y crueldad.
Pobre de aquel país cuyo gobierno se arrodille ante el invasor extranjero que pretenda invadir a un pueblo hermano. El inquilino que brinde el territorio que no le pertenece, el que haga la vista a un costado, sella el destino de todo un pueblo porque mañana el invadido será él
Roma premia a los traidores pero los desprecia.
Los hombres y mujeres de Nuestra América, los humillados, los ninguneados, los bloqueados, los castigados por ser libres, nos levantamos hoy con Venezuela Bolivariana, en defensa del legado de Hugo Chávez y su digno y valiente presidente Nicolás Maduro. Nos levantamos con Bolívar y Martí, nos levantamos con Fidel y el Che para defender con la vida si fuera necesario al pueblo hermano de Venezuela, porque de ello dependerá el futuro luminoso que merece Nuestra América.

