Ames y Hanssen: los agentes que devastaron la inteligencia estadounidense
Por Raúl Antonio Capote
En estos días algunas personas, tanto en Cuba como fuera de la Isla, han cuestionado el papel de los órganos de control, en el caso de Alejandro Gil Fernández, antiguo viceprimer ministro cubano y exministro de Economía sentenciado a cadena perpetua y 20 años de cárcel.
¿Cómo es posible que nadie se haya percatado? ¿Acaso los organismos destinados a prever que cosas como estas sucedan no actuaron a tiempo?
A la primera se puede responder sin problemas, es posible que “alguien” haya advertido algo extraño en el proceder del ex funcionario, pero de allí a probar una actividad de espionaje, la cosa es bien compleja.
La segunda se responde con la primera y con otra pregunta ¿Son tan ineficientes los organismos de control en EE.UU. que tardaron años en descubrir a agentes de la inteligencia cubana ubicados en altos cargos y responsabilidades en ese país?
El Tribunal Supremo Popular el 8 de diciembre de 2025 notificó las sentencias de los procesos penales contra el acusado Alejandro Miguel Gil Fernández. En la primera causa penal fue considerado responsable de los delitos de espionaje y otros de alta gravedad.
En el segundo proceso se le consideró responsable de los delitos de cohecho de carácter continuado como medio a fin para cometer falsificación de documentos públicos; así como tráfico de influencias y evasión fiscal, ambos de carácter continuado.
Pero acudamos a la Historia, por ejemplo, Durante la Guerra Fría, hubo dos espías que trabajaron para la Unión Soviética dentro de Estados Unidos, Aldrich Ames (CIA) y Robert Hanssen (FBI).

Ames, de la CIA, oficial de alto rango de contrainteligencia en la División Soviética, estuvo activo de1985 a 1994, y Hanssen, del FBI, Agente especial del FBI, experto en contrainteligencia soviética y computación, de 1979 a 2001.
No se conocían, pero sus acciones desmantelaron redes de espías, y expusieron los secretos mejor guardados de Occidente.
El FBI describe a Ames como temerario, la ostentación con que vivía, imposible de justificar con su salario de funcionario, fue lo que finalmente atrajo la atención del FBI.
Mientras Hanssen como experto en contrainteligencia, conocía todos los métodos del FBI y los evitó con precisión. Esta forma de actuar le permitió espiar durante 22 años, revisando periódicamente los archivos del FBI para asegurarse de que nadie lo investigaba.
En mayo de 1993, el FBI inició una vigilancia estrecha sobre Ames. Lo observaron haciendo una marca de tiza en un buzón—una señal para sus contactos—y luego reunirse con un agente ruso en Bogotá. Fue arrestado el 21 de febrero de 1994, camino a la sede de la CIA.
En el caso de Hanssen la investigación estuvo estancada durante años. Una traición en el 2000 les llevó al eficaz agente, el FBI pagó 7 millones de dólares a una fuente rusa por archivos del KGB que identificaban a un espía con el alias «Ramón García».
Al cotejar huellas y voces, identificaron a Hanssen. Para atraparlo in fraganti, lo asignaron a una oficina llena de cámaras ocultas y lo vigilaron hasta que lo arrestaron el 18 de febrero de 2001, al ser capturado, su primera pregunta fue: “¿Qué les tomó tanto tiempo?”.

Hanssen espió durante 22 años desde el núcleo mismo de la agencia encargada de atrapar espías. No solo vendió secretos, sino el manual completo de cómo los obtenía EE.UU., incluyendo técnicas de vigilancia ultra secretas.
Ames cumple cadena perpetua sin derecho a libertad condicional desde 1994, Hanssen Condenado a 15 cadenas perpetuas, murió en la prisión ADX Florence en junio de 2023.
Otro caso de gran relevancia fue el de «Los Cinco de Cambridge» (Kim Philby, Donald Maclean, etc.) que lograron una infiltración profunda al servicio de la URSS, dentro del MI6 y el Foreig Office, durante 30 años. Philby, pudo escapar a la URSS en 1963.
Gracias a su la labor fue condecorado con la ‘Orden de la Bandera Roja’, uno de los más altos honores de la Unión Soviética. Murió en Moscú en 1988 a los 76 años.
No menos interesante es la historia de George Blake agente de la URSS que trabajó dentro del MI6 (1953-1961), su trabajo comprometió numerosas operaciones del MI6, permitiendo la captura de cientos de agentes enemigos, reveló la existencia del “Tunel de Berlín” una costosa operación conjunta CIA-MI6 para escuchar comunicaciones soviéticas.
Descubierto por un desertor polaco en 1961, fue condenado a 42 años de prisión, sin embargo, logró escapar a la URSS.
Claro que no podría faltar en esta lista Richard Sorge, quien antes y durante la Segunda Guerra Mundial, trabajó en Japón y proporcionaba a los soviéticos información importante sobre las intenciones tanto de Japón como de la Alemania nazi.
Gracias a Sorge, los soviéticos supieron que Japón no planeaba atacar a Rusia, incluso informó de la fecha del ataque alemán planeado por Alemania nazi.
En 1941, fue descubierto por los japoneses, arrestado y ejecutado tres años después. En 1964, Sorge fue galardonado póstumamente con la distinción de héroe de la Unión Soviética, el título honorario más alto en la Unión Soviética.
Fuentes: WRIGHT MUSEUM, CNN en español, BBC, ABC Internacional.

