Internacionales

Denuncian desaparición forzada de 3 migrantes salvadoreños

Los casos de José Osmín Santos, Brandon Sigarán y William Martínez, tres migrantes presuntamente deportados desde Estados Unidos hacia El Salvador y cuyo paradero sigue siendo desconocido, fueron presentados ante la Corte Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) como posibles desapariciones forzadas.

De acuerdo con denuncias de las familias y el acompañamiento de organismos internacionales, los tres hombres habrían sido enviados en vuelos que trasladaron a más de 250 venezolanos, señalados sin pruebas de pertenecer al Tren de Aragua, hacia las celdas del Centro de Confinamiento del Terrorismo (Cecot), la cárcel de máxima seguridad impulsada por el presidente Nayib Bukele.

Naciones Unidas recuerda que se considera desaparición forzada toda privación de libertad ejecutada por agentes del Estado —o con su consentimiento—, seguida de la negativa a reconocer la detención o informar el paradero de la persona.

Uno de los casos más visibles es el de José Osmín Santos. El 9 de abril de este año, logró comunicarse por última vez con su hermana Sulma desde un centro de detención migratoria en Nueva York, donde llevaba semanas recluido.

En esa breve llamada advirtió que sería trasladado a El Salvador y que llegaría alrededor del mediodía. Sin embargo, la comunicación se cortó repentinamente.

A su hermana Jovelina, quien acudió al aeropuerto salvadoreño para esperarlo, le notificaron que su nombre había sido eliminado de la lista de pasajeros. No obstante, las autoridades estadounidenses aseguraron que sí había sido deportado en ese vuelo.

Ante la falta de información, el abogado Kelvi Zambrano, quien asumió de manera gratuita la representación de las familias, denunció que las instituciones estatales se han limitado a dar respuestas contradictorias.

Zambrano advirtió que todas las familias “han presentado recursos de hábeas corpus, han acudido a todas las instancias competentes, y en ningún momento se les ha ofrecido una respuesta clara sobre el paradero de estas personas”.

La madre de William Martínez, de 21 años, otro de los jóvenes secuestrados, relató que en los últimos seis meses ha podido reconocerlo en fotografías, aunque nunca ha recibido información oficial sobre su estado ni ha tenido la oportunidad de hablar con él. Aun así, está convencida de que su hijo permanece en El Salvador.

William había llegado a Estados Unidos hacía unos siete años para reunirse con su madre. Allí ingresó a la secundaria, pero abandonó sus estudios a los 17 años cuando supo que sería padre y se puso a trabajar.

Sin embargo, en diciembre pasado su vida cambió al ser arrestado mientras llevaba en su coche a un amigo, menor de edad y ciudadano estadounidense, al que la policía encontró con una pequeña cantidad de droga.

Según su madre, esa acusación recayó injustamente sobre William, y en cuestión de días fue deportado a El Salvador.

La historia de Brandon Sigaran, de 22 años, también evidencia irregularidades. En febrero de 2024 fue interceptado por la policía cuando se dirigía a trabajar de madrugada junto a su hermano mayor.

Los agentes se enfocaron únicamente en él, mientras dejaron libre a su hermano. Durante más de un mes la familia no tuvo noticias hasta que logró comunicarse desde el centro de detención migratoria de Bluebonnet, cerca de Dallas, donde informó que lo acusaban de cruce irregular de frontera y de vínculos con una pandilla, cargos que siempre rechazó.

El 13 de marzo Brandon volvió a comunicarse y contó que ya estaba a punto de ser deportado. Según explicó, un juez le aseguró que, al no tener antecedentes penales, sería liberado apenas llegara a El Salvador. Sin embargo, esa promesa nunca se cumplió.

Uno de los factores que parece haber marcado su destino son sus tatuajes. Entre ellos, la palabra bullet —“bala”, en inglés—, que eligió en honor a su antiguo perro. Coincidentemente, “Bullet” es también el alias de un conocido pandillero en El Salvador, lo que habría bastado para que fuera criminalizado y secuestrado.

Fuente: teleSUR

Foto: EFE

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *