Colombia: Comunidades continúan el «Aquí en la lucha» del movimiento social
Campesinado, indígenas, afrodescendientes, estudiantes y comunidades urbanas confirman que mantienen 15 puntos que incluyen a Refugios Humanitarios en Bogotá y puntos de resistencia en distintas partes del país como la Ruta del Sol, la Vía a Buenaventura, la Panamericana, la vía Medellín-Quibdó y los Llanos.
El 15 de octubre en Bogotá se registró una movilización pacífica en el Centro Internacional que buscaba exigir respeto por la soberanía nacional. Rechazaron la labor de banqueros y empresarios, responsables de beneficiarse con la crisis que enfrentan las comunidades.
Ese mismo día, la policía disparó contra las comunidades que protestan en la Delfina sobre la vía de Cali- Buenaventura y consiguió abrir el cierre vial. Horas más tarde las comunidades regresaron al lugar y en la actualidad sostienen las protestas, aunque denuncian la presencia armada de los uniformados.
De igual forma, las comunidades mantienen las protestas en la capital y los municipios aledaños. El 16 de octubre manifestantes liberaron el pago en el peaje del municipio de Funza (Cundinamarca) por algunas horas dando paso a los vehículos a quienes les entregaron volantes informativos. Así mismo, confirman que respetaron a las personas encargadas del cobro del peaje y el dinero que mantienen en las cajas.
También realizaron acciones de protesta en Barrancabermeja y otras partes del país. En Bogotá, las comunidades movilizadas promovieron una “colatón” en el Portal 20 de Julio de Transmilenio. Con el no pago del transporte rechazaron la estigmatización, la violencia de las autoridades y el deficiente servicio del sistema de transporte.
Jennifer Velazco, vocera del movimiento social en el marco de la Movilización Nacional dijo: «Queremos decirle a los colombianos y colombianas que seguimos con la moral en alto. Con la alegre rebeldía y dignidad que nos caracteriza al movimiento social en Colombia; a pesar de los hostigamientos violentos por parte de la fuerza pública y los señalamientos de funcionarios públicos como el Ministro de Gobierno Armando Benedetti, el Gobernador de Santander, los frentes de seguridad, las Fuerzas militares y paraestatales».
Crece el rechazo contra el Ministro Benedetti
A las distintas voces que condenaron la estigmatización cometida por el Ministro de Gobierno Armando Benedetti se sumó la Defensoría del Pueblo quien dijo: «Las declaraciones del ministro del Interior son incoherentes con el compromiso que ha manifestado el Gobierno Nacional de no estigmatizar a los movimientos sociales y populares».
Igualmente, la Defensoría le pidió al ministro Benedetti retractarse de sus declaraciones y generar espacios de diálogo social con las comunidades que protestan, así como resolver sus exigencias legitimas.
La Defensoría del Pueblo también cuestionó al Gobernador del Departamento de Santander Juvenal Díaz a quien le dijo: «… le pedimos al gobernador de Santander abstenerse de realizar afirmaciones que puedan poner en riesgo a líderes y lideresas sociales, comunidades y personas defensoras de derechos humanos, cuya labor es fundamental para la democracia y la construcción de paz en los territorios».
Dicha institución también le solicitó al Gobernador retractarse de sus falsas afirmaciones y estigmatizaciones contra el movimiento social.
Ejes centrales de la protesta
La movilización social que protagonizan distintas comunidades y pueblos en Colombia tiene varios puntos clave que confirman la grave crisis humanitaria que vive la población en Colombia.
- Legitimidad y garantías de la movilización.
- Desmonte de la doctrina militar y del paramilitarismo.
- Defensa de la soberanía nacional.
- Denuncia de la emergencia humanitaria.
- Acuerdos incumplidos y transformaciones necesarias.
Las comunidades explican que protestan contra el genocidio político continuado, el avance del paramilitarismo en todas sus formas y la doctrina de seguridad nacional por medio de la cual es criminalizada la protesta social, en medio de múltiples incumplimientos del Estado colombiano.
Nuestra lucha es por la vida, no empuñamos armas
Al pueblo se le ha querido hacer olvidar que los derechos no fueron regalos, sino conquistas logradas en las calles, carreteras y plazas. Cada avance (la educación pública, la salud, la tierra, el trabajo, etc.) ha sido el resultado de luchas encabezadas por quienes muchas veces han sido señalados como “vándalos” o “sin oficio”.
Pero no hay mayor dignidad que la de quien se levanta por el bien colectivo. Hoy como ayer, el pueblo se moviliza no por capricho, sino porque sabe que solo la organización y la lucha hacen posible los cambios reales y las transformaciones.
En esta movilización se encuentra el campesino que, con sus propias manos, siembra vida en territorios olvidados por el Estado.
A él no le llegan la maquinaria, los créditos ni las vías; está en zonas apartadas, donde las tierras fértiles están en manos de las grandes empresas para los monocultivos o de los terratenientes, y donde muchos aún trabajan para un patrón porque se les niega el derecho a la tierra.
También están quienes enfrentan el conflicto armado, el paramilitarismo y la violencia estructural que busca despojarlos y romper su tejido social.
Mientras en las ciudades los alimentos son cada vez más caros, en el campo los campesinos reciben cada vez menos por su trabajo.
Por eso hoy se alzan en una sola voz: por una Reforma Agraria Integral y Popular, por el derecho a vivir en paz y con dignidad.
Pero los pobres también habitan las ciudades. Muchos han llegado desplazados por el conflicto armado y el paramilitarismo: campesinos, indígenas, afrodescendientes, estudiantes y mujeres que fueron forzados a dejar sus territorios por la Doctrina de la Seguridad Nacional que los considera enemigos.
La ciudad se ha convertido en un refugio obligado, pero también en un espacio de exclusión para una población diversa a la que se le ha negado el derecho a una vivienda digna, a un trabajo justo y a una vida digna.
Están el vendedor informal, la mujer trabajadora explotada por un sistema capitalista y patriarcal, los estudiantes sin oportunidades y las y los trabajadores precarizados y, en general, la clase trabajadora.
Todos ellos y ellas hoy alzan su voz y se suman a esta movilización nacional: ¡Aquí en la Lucha por la Vida, las Transformaciones y la Dignidad de los Pueblos!
Es fundamental que el pueblo no olvide sus luchas, que mantenga viva la memoria colectiva y que el explotado reconozca su condición para transformarla.
La construcción de una soberanía popular exige superar los límites de la democracia representativa y avanzar hacia formas de democracia directa que respondan a las necesidades reales de las comunidades.
Esto implica recuperar el control sobre la economía, los recursos energéticos, la producción de alimentos, la comunicación y el conocimiento, fortaleciendo una economía popular y autónoma, al servicio de la vida digna del pueblo y no de los intereses del capital.
Hoy la movilización no solo camina por las carreteras y se instala en los refugios humanitarios, también habita la conciencia colectiva de un pueblo que ya no está dispuesto a callar. En cada paso, en cada pancarta, en cada voz alzada, late la esperanza de construir un país más justo, donde la vida digna no sea un privilegio, sino un derecho.
La lucha es por la tierra, la paz, la soberanía, la vivienda, el trabajo y la dignidad. Y aunque nos llamen “vándalos” o intenten silenciar nuestras demandas, sabemos que la historia está del lado de quienes resisten.
Aquí no empuñamos armas, sembramos dignidad, organizamos la esperanza y luchamos por las transformaciones que los pueblos merecen.
Fuente: Colombia Informa/ Resumen Latinoamericano Argentina
Foto: Colombia Informa

