Ollas populares en Uruguay alimentan a cerca de 170 mil personas en situación de pobreza
Por Liset García * / Colaboración Especial para Resumen Latinoamericano.
Debido a la falta de respuestas adecuadas por parte del Gobierno uruguayo, la solución de las ollas populares que surgió como paliativa en tiempos de pandemia, se ha convertido en permanente. Tanto es así que se alimentan cada día mediante esta ayuda unos 45 mil ciudadanos, o sea, un promedio semanal de 168 250, y lo peor es que cada vez son más los niños y las niñas.
De acuerdo con un estudio realizado por la organización sin fines de lucro Solidaridad Uy, integrante de la Coordinadora Popular y Solidaria, creada en agosto de 2020, entre marzo de 2021 y marzo de este año, aumentaron las porciones elaboradas, de 509 mil a 516 mil, lo que significa un gasto mensual de 1.5 millones de dólares.
Cerca de 900 personas trabajan como elaboradoras de esos alimentos de forma voluntaria para las ollas y los merenderos, además de unos mil en otras iniciativas que también ayudan a los más pobres. Según los datos analizados por esta organización, en una semana como promedio, “una persona que cocina en un merendero es responsable de producir 91 porciones de alimento, mientras que en una olla el número asciende a 117”, lo cual significa producir 30 porciones por día en total.
Añade el estudio que si el núcleo familiar promedio en Uruguay, de acuerdo con datos del censo de 2011, lo componen tres miembros, cada colaboradora cocina diariamente para cinco familias, dos comidas diarias.
La organización incluye en su estudio que “desde el inicio de la pandemia miles de personas vienen sosteniendo, mediante ollas y merenderos populares, la crisis alimentaria y social que atraviesa el Uruguay”,
Hoy “hay 66 mil personas pobres más que en 2019. Sin embargo, “crecen las ganancias de las grandes empresas y de quienes tienen más”, según aseguró el presidente Frente Amplio, Fernando Pereira. Pero el problema de la alimentación de los sectores más empobrecidos, no es tema de preocupación del gobierno ni le quita el sueño a Lacalle Pou.
Que se alimenten cada semana, como promedio, casi 170.000 personas, no parece ser motivo de alarma. En un país donde todo o casi todo tiene relación con el futbol, para que se entienda esa cifra, los estudiosos han dicho que esa cantidad de ciudadanos es equivalente a tres estadios como el Centenarios, ubicado en Montevideo, la capital del país. Una vergüenza para el gobierno que prometió ocuparse de los más necesitados, y hasta ahora solo ha propuesto medidas tardías, insuficientes e ineficaces.
Comparando una receta tipo que actualmente utiliza el Ministerio de Desarrollo Social (Mides), a través de una organización tercerizada, a un costo de menos de 12 pesos por porción, y la “receta ideal” que surgió de un trabajo entre estudiantes de Facultad de Ingeniería y la Asociación Uruguaya de Dietistas y Nutricionistas, que cuesta 71, o sea, casi seis veces más, estamos en presencia de un grave desbalance, que influye en la calidad de lo que se ofrece, sobre todo porque las donaciones, las actividades para recaudar fondos y el esfuerzo de barrial, no alcanza para cubrir las necesidades.
El informe recalca que “se observa que actualmente los números de porciones mantienen magnitudes preocupantes. Además, se demostró que la alimentación de muchas personas recae sobre unas pocas, y que la mayoría de ellas pertenecen a los sectores históricamente postergados de la sociedad”.
(*) Periodista cubana. Colabora con Resumen Latinoamericano.
Foto de portada: Alessandro Maradei.