Argentina: Identificaron a un desaparecido uruguayo durante la dictadura que estaba enterrado como NN
Por Adriana Meyer.
Se trata de un ciudadano uruguayo cuyos restos fueron hallados en el cementerio de Morón
Al ciudadano uruguayo Héctor Giordano Cortazzo su familia lo busca desde hace 44 años, cuando desapareció en nuestro país durante la dictadura cívico-militar. En la tarde del lunes 31 de octubre, la Secretaría de Derechos Humanos de la Nación le informó sobre el hallazgo de coincidencias entre las huellas dactilares de Giordano Cortazzo y el registro dactilográfico de un cuerpo encontrado en 1978 en la zona de El Palomar, que fue enterrado como NN. Héctor Orlando Giordano Cortazzo era abogado, periodista y militante del Partido Comunista Revolucionario de Uruguay. Había sido secuestrado en 1978 Buenos Aires y fue visto por última vez en el Centro Clandestino de Detención Base Aérea del Palomar.
El trabajo de identificación fue llevado adelante por el Registro Unificado de Víctimas del Terrorismo de Estado (RUVTE) que depende de la secretaría que encabeza Horacio Pietragalla. Según informaron desde esa dependencia, fue un proceso que se realizó en el marco del trabajo conjunto entre la Iniciativa Latinoamericana para la Identificación de Personas Desaparecidas (ILID), el Archivo Nacional de la Memoria, y el Área de Identificación de Personas con Identidad Desconocida (NN) del Sistema Federal de Búsqueda de Personas Desaparecidas y Extraviadas (SIFEBU), del Ministerio de Seguridad de la Nación.
El hallazgo se dio a partir de la revisión sistemática de los lotes de información bajo estudio referidos a las personas desaparecidas, y a las personas fallecidas como NN durante el período de la dictadura. A partir de la identificación dactiloscópica, se relevaron los ingresos al Cementerio de Morón y se localizó un ingreso el día 30 de agosto de 1978, que coincide con los datos de Héctor Giordano Cortazzo.
Héctor era oriundo de Durazno, estaba divorciado y tenía un pequeño hijo. Luego del golpe de Estado en Uruguay se había radicado en Argentina. Fue secuestrado el 9 de junio de 1978 de su domicilio en el barrio Las Flores por personas vestidas de civil y fuertemente armadas. En base a testimonios de vecinos que fueron testigos se sabe que se lo llevaron herido y que estuvo secuestrado en Centro clandestino de detención La Casona de la Base Aérea El Palomar.
En la ficha elaborada por la secretaría de Derechos Humanos para el Pasado Reciente del gobierno uruguayo y el Grupo de Trabajo Verdad y Justicia de ese país, Ubal Lanne Fernández declaró en diciembre de 2003 en Montevideo que militaba en el Partido Comunista Revolucionario hasta que en mayo de 1973, antes del Golpe de Estado en Uruguay, cayó preso junto a otros cuatro compañeros de la ciudad de Durazno. “En setiembre del mismo año nos ponen en libertad. Yo abandono el país y viajo a Buenos Aires ese mismo día. En Argentina me casé con Sonia, coterránea, (…). Por mi parte en Argentina, yo dejé de militar políticamente pero me mantuve en contacto con el P.C.R”, declaró el testigo. Una vez casada, la pareja fue a vivir a un departamento que luego ocuparía Héctor con “una chica riojana”.
A fines del 1976 Fernández se mudó a Morón. “El 3 de junio de 1978, cerca de las 21, estando yo ausente invadieron mi casa por la puerta de la cocina donde se encontraba Sonia, una patota de 5 o 6 hombres jóvenes armados, con armas largas y cortas, todos vestidos de particular y de oscuro. Tan sólo le preguntaron por mí y ella respondió que aún no había llegado, la encerraron en uno de los dormitorios con nuestros hijos y le dijeron que no podían hacer ruido. Cuando llegué cerca de las 22 se lanzaron sobre mí varios tipos, me pusieron de cara hacia la pared y me esposaron las muñecas por la espalda y tan sólo me dijeron ‘la quedaste negro'”, reza su testimonio, en el cual siguió relatando los detalles de su secuestro y encarcelamiento clandestino.
“Como al tercer o cuarto día de estar allí, fui sacado por primera vez para la sesión de interrogatorio y tortura física. Un día colocaron a mi lado a otra persona. Al hablar con él nos reconocimos, era Héctor Giordano. Conversé con él algo sobre nuestros propios interrogatorios. Hablamos de nuestros propios estados físicos y me dijo que lo que más lo estaba afectando era la ‘artritis’. Los secuestradores y quienes interrogaban deduzco que eran argentinos por los modismos al hablar“, recordó Fernández sobre Cortazzo.
En otro tramo de su testimonio dijo: “Un día que me llevaron a interrogar fue diferente, no hubo tortura física, me dieron a entender que eran uruguayos, me hablaron de mi familia sabiendo a qué se dedicaban mis hermanos. Una noche fui sacado de la pieza dónde puedo afirmar que quedaban Héctor y los dos argentinos, y fui dejado parado en el pasillo. Me sacaron en un auto con cuatro custodios. El auto anduvo un tiempo que no puedo precisar, ya que a esa altura no me interesaba nada. En un momento se detuvo, uno de los que iba junto a mí me bajó, me detuvo, me quitó la venda de los ojos y las esposas, me dijo que esperara que el coche se alejara antes de empezar a caminar. Era la noche del 5 de julio”.
Tomado de Página/12/ Foto de portada: Imágenes del Silencio.