Los niños y niñas de Haití frente a una crisis alarmante
Por Patricia María Guerra Soriano / Colaboración especial para Resumen Latinoamericano
El hecho de que casi un tercio de todos los niños y niñas de Haití, quienes suman alrededor de 1, 5 millones, necesiten ayuda de emergencia debido a la violencia que cala la estructura de la sociedad, el acceso insuficiente al agua potable y a sistemas sanitarios y educacionales de calidad, levanta un estado de alarma e incertidumbre que ha empeorado tras el asesinato del presidente del país, Jovenel Moise.
De acuerdo con el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef), el número de niños y niñas con desnutrición aguda grave ha aumentado en un 26 por ciento en comparación con el pasado año, una de las razones por la cual ese organismo internacional mostró su preocupación a través de un comunicado este viernes.
Para Bruno Maes, representante de la agencia de la ONU en Haití, “esta es la peor crisis humanitaria a la que se ha enfrentado el país durante los últimos años y se está deteriorando semana tras semana”. De ahí que el funcionario afirmó que la vida de muchos niños y niñas depende de la ayuda mundial y específicamente de artículos esenciales como jeringuillas, vacunas, medicinas y alimentos terapéuticos.
“Cuando las pandillas luchan en la calle y las balas vuelan, es difícil llegar a las familias más vulnerables con estos suministros que salvan vidas”, precisó Maes.
Unicef también informó que más de 15 000 mujeres y niños huyeron de sus hogares debido al aumento de la violencia en Puerto Príncipe y sus alrededores, el 80 por ciento de ellos solo en las últimas cuatro semanas.
La inestabilidad política que sobrecoge a la nación está acompañada por un alza de los casos de COVID-19. Unicef detalló que los principales hospitales del país dedicados a la atención de pacientes con la enfermedad están colapsados y enfrentan escasez de oxígeno, muchas veces condicionada por la violencia de las pandillas armadas que impiden el arribo de los suministros necesarios.
Maes describió como inaceptable que Haití sea el único país del hemisferio occidental donde no se haya recibido “una sola dosis de alguna vacuna contra la COVID-19”.
En este sentido, la violencia de las pandillas generalizada en la nación, podría también obstaculizar la distribución efectiva de las vacunas. “En medio del aumento de casos de coronavirus, cualquier día adicional sin vacuna pone en peligro la vida de cientos de personas”.
Por ello, Unicef instó a poner fin a la violencia y abogó por un “acceso seguro” para llegar a las familias afectadas. La agencia necesita 48, 9 millones de dólares este año para satisfacer las necesidades humanitarias de la población haitiana. Hasta ahora, el llamado de Naciones Unidas ha asegurado solo el 31 por ciento de la financiación.
Foto de portada: Unicef