Se expanden y crecen las manchas del sol de Miami (II y final)
Por José Luis Méndez Méndez (*) / Colaboración Especial para Resumen Latinoamericano
A los problemas crónicos que oculta la opulenta ciudad de Miami, se han sumado otros recientes, que han hecho una mezcla social explosiva y enrarecido la alquímica imagen de la “capital del sol”, donde todo es posible y vitrina del obsoleto “sueño americano”.
Una “invasión” de emigrados cubanos patrocinados y parolizados, han inundado sus calles, en la ciudad cercana de Hialeah, deambulan en busca de caridad pública y privada, como madres con varios hijos mendigando llegadas de manera irregular a las atrayentes costas miamenses y que se publicitan en las redes sociales, que suscitan más de un suspiro, una crítica o las clásicas y almidonadas “bendiciones”.
A todo esto se suman imágenes inéditas, ajenas a la geografía social, se hacen virales en las redes, como la conocida “arañita” cubana, popular en campos y ciudades cubanas, que consiste un triciclo arrastrado por un penco y en medio de la citada urbe donde más del noventa por ciento de sus pobladores es de origen cubano.
También hechos no tan pintorescos y risibles como ver un carretón tirado por un equino, en medio de miles de autos que circulan a toda velocidad, han hecho más turbio el panorama, como el asesinato masivo de cinco cubanos, entre ellos dos menores en una casa de Miami Lakes, por causas que aún se investigan.
No menos ausente del cotidiano paisaje miamense es el incidente que involucró a un inmigrante cubano recién llegado, quien blandiendo machete en mano, intentó dirimir una controversia con sus vecinos, al más puro estilo isleño.
Es decir que además de los ya recurrentes sucesos en restaurantes, cafeterías y locales de expendio de comida y bebida, ahora se suma los provocados por los reciente llegados, cuyos patrocinadores reciben el dinero de los familiares de los inmigrantes y se desentiende de ellos, ignoran la responsabilidad, que asumen al “importar” a todo tipo de personas, desde las más decentes hasta quienes atesoran abultados expedientes carcelarios, candidatos a ser deportados, si no dan la talla.
Pero las fallas higiénicas en centros nocturnos y de afamados recodos gastronómicos siguen en la palestra pública, el temor por esa realidad no es lo denunciado, sino la incertidumbre que debajo de la alfombra puede haber otros casos peores. Por ejemplo la frecuente aparición de excremento de roedores en los estantes destinados a los platos listos al consumo final o los equipos sucios para elaborar alimentos delicados como el sushi.
Los festejos acuáticos de verano vuelven a Miami Beach, con la concurrencia de miles de turistas, mientras las inspecciones detectan suciedades en sitios de esa concurrida zona de ocio. Dos de sus establecimientos, ambos en South Beach y uno a solo dos manzanas de donde los taxis acuáticas recogían y dejaban a los asistentes al Miami Boat Show, no aprobaron la inspección estatal.
Tanto Sushi With Gusto como Dollar Store permanecieron abiertos. Fueron inspeccionados por el Departamento de Agricultura estatal, que verifica las condiciones de supermercados, tiendas de conveniencia, panaderías minoristas, instalaciones de almacenamiento de alimentos, procesadores y distribuidores de alimentos. A diferencia de las inspecciones desaprobadas de restaurantes del Departamento de Negocios y Regulación Profesional, una inspección desaprobada del Departamento de Agricultura no cierra automáticamente un establecimiento. Son más tolerantes al parecer, cuando está en juego la salud pública y la imagen citadina de cara al turismo.
Sin embargo, el inspector puede poner una orden de suspensión de uso en un área o equipo. Con un número suficiente de órdenes, la administración podría decidir que no pueden operar lo suficientemente bien como para abrir. Es una manera de decir no, sin admitirlo. El beneficio de la duda en estos casos no es aconsejable, la presunción de que el dueño “consiente” de inmediato erradicará lo señalado por los inspectores, en ocasiones es ingenua, y lejos de la solución al problema este se prolonga y agrava. Así, uno de los lugares a continuación recibió una orden de suspensión de uso.
El afamado Dollar Star, en el número 1421 de la Washington Ave.: La primera infracción encontrada fue “paquete de harina de maíz que se muestra en el estante en el pasillo 2 se encontró roto y exponiendo artículo alimenticio”, al medio ambiente y todo insecto local.
Aunque la infracción no decía “roído” o cualquier cosa que implique que dientes o garras creó el agujero, se ve la dirección en que esta inspección podría estar dirigida, especialmente con las infracciones que siguieron.
El servicio al público, no fue interrumpido la “puerta de entrada se mantuvo abierta durante la inspección”. En la trastienda, se observó “grandes agujeros en la pared junto a la plataforma de recepción y en la pared junto al baño” y “huecos visibles a lo largo de la parte superior e inferior de la puerta de recepción”.
El inspector razonadamente redactó: “Eso es una invitación a las alimañas, al igual que el tener un lugar en el que se sientan como en casa con “condiciones de refugio observadas debido al almacenamiento de artículos, incluidos estantes apilados, carros, sillas y cajas”.
Además, en la trastienda, una “lata de aerosol insecticida almacenado en el estante junto a la oficina estaba etiquetado “solo para uso doméstico”. Además, “los tubos de repelentes almacenados dentro del fregadero de trapeadores estaban etiquetados para su uso ‘en viviendas’ solamente”. Los dueños adquieren estos químicos domésticos, usualmente más baratos, que los profesionales para uso industrial en instalaciones.
Así que, por supuesto, la inspección detectó “múltiples insectos voladores encontrados en los pasillos” y en la trastienda, “numerosos insectos voladores cerca de las estanterías, el baño y la puerta de recepción”. Algunos iban y venían del salón donde el público degustaba los alimentos.
Lo peor, fue encontrar la indolencia de los propietarios, al observar la inspección en la trastienda también “numerosas cantidades de excrementos de roedores en los estantes y en el suelo”. En consecuencia se emitió una orden de suspensión de uso en toda la zona porque no había prevención contra la contaminación de los alimentos. Para colmo el distinguido Dollar Star, tampoco tenía un permiso de alimentos válido, para sorpresa de los inspectores.
Mientras, el Sushi Con Gusto, situado en el 1800 West Ave., radicado en el frecuentado y codiciado Sunset Harbour, probablemente recibió algunas visitas de personas que usaron los taxis acuáticos que estuvieron recogiendo y dejando al lado de Sunset Harbour South, que fue inspeccionado con el hallazgo de inimaginables violaciones de salud. Dentro del contenedor de arroz, el mango de la pala estaba tocando el producto, mientras en el refrigerador, el especial del Chef pre envasado, el llamado rollo California y el rollo integral estaban a temperaturas por debajo de lo requerido, cerca un trabajador movía libros y estantes y luego preparaba sushi sin cambiarse los guantes.
Ya lo que es clásico en faltas en restaurantes, las tablas de cortar y los cuchillos en uso desde la apertura del restaurante a las 7 a.m. no se habían lavado, enjuagado y desinfectado a las 11:30 a.m., por lo que llevaban media hora de retraso en la limpieza completa, para evitar que la zona de preparación de alimentos, “se observaran numerosos insectos pequeños voladores alrededor”.
Además de estas suciedades, el cambio climático está afectando la ciudad de Miami, que no es conocida por sus majestuosas montañas. De hecho, los picos más altos del paisaje del sur de la Florida son una serie de vertederos. El punto más alto al sur del Lago Okeechobee es el vertedero de Monarch Hill Renewable Energy Park, más conocido como Mount Trashmore, que se eleva 225 malolientes pies sobre el norte del Condado Broward.
Pero hay protuberancias y crestas naturales de piedra caliza que se elevan y descienden gradualmente a lo largo del sur de la Florida. En Miami-Dade, la más alta de estas laderas se eleva hasta la vertiginosa altura de unos 20 pies sobre el nivel del mar. En estas altitudes alpinas, encontrará cosas extrañas que no se ven en ningún otro lugar de esa ciudad como rutas de ciclismo de montaña, sistemas de cuevas subterráneas, incluso casas con sótanos. Las manchas ocultas de la paradisiaca urbe se exponen cada día más, para acercarla a su realidad.
(*) Escritor y profesor universitario. Es el autor, entre otros, del libro “Bajo las alas del Cóndor”, “La Operación Cóndor contra Cuba” y “Demócratas en la Casa Blanca y el terrorismo contra Cuba”. Es colaborador de Cubadebate y Resumen Latinoamericano.
Foto de portada: Archivo Finanzas