Culturales

Mi infancia son recuerdos de un patio de Sevilla

Por Ana Hurtado.

Como la de Antonio Machado, mi infancia también son recuerdos de un patio de Sevilla. Y está marcada por árboles de naranjas y veranos con un sol radiante entre dos provincias andaluzas: Sevilla y Jaén. Y viceversa. Casi 300 kilómetros entre ambas.

Esa infancia me ha vuelto a la memoria al visitar las Romerías de Mayo en la provincia cubana de Holguín este año. Son muchos más los kilómetros que separan La Habana de Holguín. También las horas. Pero las memorias afloran de igual manera.

La tradición, la romería. Son una evocación a aquellos peregrinajes que se hacían en mi pueblo cada mes de mayo para visitar al Santo. Se le pedía, se le oraba. Hasta lo bañaban en el río. Era, y supongo sigue siendo, toda una celebración. Las raíces totalmente religiosas. Al igual que las de Holguín; pero han ido transformándose estas últimas con el acontecer de los años en un suceso completamente distinto.

La cultura y el arte se han apoderado del espíritu de esta tradición y le han inyectado un toque que solo puede darse en Cuba. El mestizaje y la transculturación que crecen en esta tierra. Que crean un cultivo nuevo y genuino y que hacen que broten flores que quizás en otro territorio sería imposible verlas nacer.

Las romerías son un fenómeno auténtico. Y creo que en él tiene mucho que ver el discurso que Fidel dio a los intelectuales en el año 1961:

“Y al igual que nosotros hemos querido para el pueblo una vida mejor en el orden material, queremos para el pueblo una vida mejor también en el orden espiritual, queremos para el pueblo una vida mejor en el orden cultural. Y lo mismo que la Revolución se preocupa del desarrollo de las condiciones y de las fuerzas que permitan al pueblo la satisfacción de todas sus necesidades materiales, nosotros queremos desarrollar también las condiciones que permitan al pueblo la satisfacción de todas sus necesidades culturales”.

Y no es cuestión de una varita mágica o de un milagro. Es cuestión de trabajo, de esfuerzo. De humanizar lo místico, sin perder su raíz. Ver ese hacha taina que los holguineros portaban en el desfile inicial me hizo entender que este pueblo no olvida su historia y por lo tanto no estará condenado a repetirla. Y pude verla el mismo día al atardecer desde la Loma de la Cruz; el mirador que es punto clave de la festividad desde donde puede vislumbrarse toda la ciudad. Una atmósfera emocional, un aire que te llena de vida.

Desde lo alto de la Loma de la Cruz. Foto: Cortesía de la autora

Pero si hay que hablar de vida. Me transporto directamente a Birán. Visitar el lugar donde crecieron los hermanos Castro Ruz es sin pensarlo una de las sensaciones más extraordinarias que me han pasado en la vida. Pisar la tierra que ellos pisaban. Ver la escuelita donde Fidel acudía como oyente. Tocar con mis manos la comunidad que Don Ángel creó y poder comprender que el legado de Fidel, es el legado de su padre. Necesito más espacio para hablar de Birán. Son varias las hojas que ese mismo día rellené volcando mis emociones. Aún tengo ese escrito inconcluso pero por el momento lo último que tengo manuscrito es: “La brisa de Birán es vida; es oxígeno”.

Justo después de volver de lo que para mi ha significado ver un paraíso en la tierra, no tanto por lo terrenal sino como por la atmósfera, tuve el honor de participar en las Bloguerías de Mayo.

Se organizan cada año, dentro de las Romerías, a modo de mesas de debate y ponencias. Y este año junto a tres compañeras hablamos de la mujer y la comunicación política. Tuvimos un panel de lujo. Mujeres cubanas con mucho que contar, y referentes para mí en la lucha por la justicia social y la comunicación en este país. El aforo estaba lleno.

Desde el centro de la ciudad de Holguín. Foto: Cortesía de la autora

Compromiso y lazos. Amistades que nacen y tienen un gran camino. Cuba abriendo cada día un poco más su verdad al mundo que cada día es más consciente de cuan manipulados han estado por la desinformación de los medios hegemónicos y sus lacayos.

Podría contar con detalle a cerca de cada sonrisa recibida, de cada mirada, de cada abrazo. La clausura de la Fiesta de los Abrazos organizada por la FEU de la Universidad de Holguín fue emotiva. Si todas las universidades del mundo contaran con una Federación Estudiantil como la cubana… ¡Qué diferentes serían los profesionales del futuro a nivel humano!.

Y para clausurar esta aventura en Oriente me trasladé a la Bahía de Bariay; el lugar por el cual Cristóbal Colón y las tres carabelas llegaron a esta tierra. Todos sabemos lo que vino después. Algo de lo que los españoles no nos sentimos orgullosos. Hablo por los españoles que tienen decencia. Porque la colonización sabemos que destrozó culturas y arrancó a otras de su continente para convertir a sus pueblos en esclavos. Son muchos años los que aún a muchos nos está costando aún siendo socialistas decolonizar nuestra mente, pues muchas veces aunque no nos demos cuenta lo tenemos metido en el inconsciente, hasta en expresiones típicas. Esos que vinieron no eran pueblo. Esos que vinieron eran el poder. Ese mismo poder que sigue enriqueciéndose a costa del dolor y el sacrificio de la mayoría de los pueblos del mundo.

Por ello en el año 2023 somos muchos los que apoyamos a Cuba y a su gobierno. Porque es el único modo desde el ámbito político e intelectual de mantener la soberanía de los pueblos. La libertad de las almas. La independencia de los seres humanos. Apoyar a esta Revolución, después de haber visto muchos países por muchos de los continentes, es para mi el acto de honradez más sincero que puedo hacer en este momento de mi vida.

Tomado de Cubadebate.

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