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Para muchos en EE.UU. no habrá nada que celebrar

Por Raúl Antonio Capote.

El Día de la Independencia en Estados Unidos se celebra el 4 de julio. La fecha fue legalizada el 28 de junio de 1870, cuando el Congreso decretó ese día como feriado federal.

Lo celebran con ceremonias, discursos, desfiles y conciertos. Además, se hacen reuniones familiares, se juntan con los amigos y se lanzan gran cantidad de fuegos artificiales.

Lo que hoy se conoce como Estados Unidos estaba formado por 13 colonias pertenecientes a Gran Bretaña; sin embargo, el 4 de julio de 1776, los representantes de esas colonias firmaron la Declaración de Independencia, un documento que le reconocía, según refiere Usa Gov.

En esta ocasión la celebrarán, en medio de una profunda crisis interna, marcada por una gran división. En la dispu­ta por la Casa Blanca hay dos partidos tradicionales, con objetivos y fines muy similares, parece formal, pero a nadie escapa la fractura que aqueja a esa sociedad.

Dos grupos pertenecientes al poder real estadounidense, sin embargo, discuten la hegemonía, camino a las elecciones de noviembre de este año. Por un lado, los casi absolutos dueños del poder real, BlackRock y Vanguard, las dos compañías más grandes del mundo en manejo de fondos, y el viejo poder económico estadounidense, que lucha por mantener sus privilegios.

En un país, en el que abundan las milicias fundamentalistas de extrema derecha, los grupos supremacistas, nubarrones de tormenta se ciernen sobre sus habitantes, más allá del pleito entre republicanos y demócratas.

Estados Unidos ocupa el liderazgo mundial en cuestiones de gran seriedad y gravedad, entre ellas el de la trata y el tráfico de personas, y el de mayor cantidad de armas disponibles en el mundo, con 390 millones de artefactos de fuego, más armas que ciudadanos.

Asimismo, junto a Canadá y Albania, encabeza el ranking de los que más consumen cocaína y otras drogas, además de marcar la pauta entre los bebedores de alcohol y barbitúricos.

Una de las grandes contradicciones de esa nación, está en que, siendo aún la más poderosa y rica del mundo, no hay cobertura de salud universal pública, por lo que sus habitantes requieren de un seguro médico.

Sin embargo, más de 41 millones de personas carecen de cualquier tipo de seguro, ya que poseer uno significa pagar un costo muy elevado, si no se forma parte de los programas del Estado.

Por si fuera poco, un número récord de personas en Estados Unidos carece de un lugar permanente para vivir. Se estima que unas 653 104 personas moran en las calles, 20 de cada 10 000 habitantes, según la encuesta anual Point-in-Time Count.

Entre la música, el despliegue de luces de colores y la alegría de la fiesta, muchas personas en ese país tendrán poco o nada que celebrar. A las tribulaciones de la pobreza y el desamparo se suman la inseguridad ciudadana por un lado y la amenaza creciente de una guerra mundial, en la que todos saben quiénes serán carne de cañón.

Tomado de Granma / Foto de portada: Getty Images.

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