Chile entre dos derechas
Por Patricio Mery *
Las últimas declaraciones de Camilo Escalona, Secretario General del PS al diario El Mercurio, donde calificó al Presidente electo de Venezuela, compañero Nicolás Maduro como un “Energúmeno”, sólo demuestran el carácter pro Washington-CIA del ex profesor de la Universidad Cervantes, de propiedad de Guntembeg Martínez y Soledad Alvear, dos antiguos colaboradores de la “Compañía”, tal como me lo confirmó Tony López antes de fallecer en su última entrevista. No es casualidad que Escalona tilde de dictadura al gobierno de Venezuela. Roma no paga traidores pero los usa hasta la última gota de sudor.
El PS es hoy la Democracia Cristiana de ayer, con todo lo que eso implica, un partido de liberales, neoliberales y capitalistas encubiertos.
Cada día son menos los socialistas que creen en el socialismo. El PS anti-comunista, orgulloso de haber conformado la Oficina de Seguridad, que violó los derechos humanos de ex combatientes del propio PS, del movimiento juvenil Lautaro y del Frente Patriótico siente nostalgia por los gobiernos de la Concertación, donde pudieron hacerse ricos gracias a lamerle los pies a las Isapres, AFP, s y al yerno de Pinochet, Julio Ponce Lerou, Escalona anhela volver a poner un presidente tecnocrata en palacio. En la sede ubicada en las calles París con Londres a pasos del Palacio de La Moneda, donde gobierna el amigo personal de Volodomir Zelensky reina la esperanza de matar a la izquierda popular para levantarse como el partido visagra que pueda garantizar al gran empresariado orden y saqueo contra el pueblo.
Boric es el hijo no reconocido del PS. Gracias a ellos y la derecha pudo derrotar en primarias a Daniel Jadue, hoy preso político de este gobierno.
Existe un manto de dudas sobre como Boric consiguió las firmas para validar su candidatura presidencial. En un país decente nuestro presidente debería ser investigado por vulnerar la Ley Electoral. ¿Dónde están esas firmas? ¿Cuántas rubricas consiguió y quién las validó? ¿En qué se usaron esas firmas?
Son preguntas absolutamente atingentes en un momento político complejo donde el gobierno de Boric está haciendo todo lo posible por cimentar el camino que lleve a la moneda a un presidente de ultra derecha.
Ellos se irán tranquilos a ocupar cargos internacionales para regresar en cuatro u ocho años, más duchos y entrenados para terminar el trabajo que comenzaron: matar a la izquierda de clase, que sigue pensando en destruir la constitución de Pinochet y liberar a Chile del capitalismo corrupto de los Chicago Boys.
Existe una competencia entre Boric y Milei; quién abraza más fuerte al jefe del batallón Azov y heredero del nazi ultranacionalista Stephan Bandera, Zelensky ya puede optar entre venirse a Chile o Argentina.
En este cuadro cabe preguntarse ¿dónde está la izquierda?.
Si existe un país, un gobierno y un pueblo que sigue luchando por la libertad de Daniel Jadue, esa es la patria de Bolivar y Chavez.
No se entiende que el PC caiga en la trampa y ceda a las presiones para sumarse al coro de fariseos que piden las actas y muestras de blancuras a un país víctima de un salvaje bloqueo y que ha sufrido varias embestidas terroristas. Quizás en Chile ya soy un dinosaurio, una especie de asceta que sigue buscando dónde quedó Allende y el camino hacia el Socialismo, porque de cerca veo a la izquierda cada día más a la derecha.
Mientras la política y los políticos están preocupados por Venezuela en las poblas el crimen organizado, las bandas de narcos y la implementación de escuelas delictuales importadas por Piñera desde las Guarimbas hacen nata, afectando duramente a la clase trabajadora chilena.
(*) Periodista chileno.
Foto: Getty Images