Las alertas de Fidel y las lecciones de la Revolución Bolivariana y chavista frente al neofascismo
Por Alberni Poulot / KardioPensamiento
En uno de sus emblemáticos programas “Aló Presidente”, el Comandante Chávez relató esta historia: “…Yo estuve oyéndolo más de seis horas, casi sin interrumpirlo, una pregunta, un comentario. Un sabio. ¿Sabes qué me dijo Fidel? Bueno, les voy a decir esto porque es una crítica, pero él tiene razón, y yo me siento obligado a hacerla pública. Él me lo dijo con mucho respeto: “Chávez, ¿tú me permites que te diga crudamente dos o tres cosas?”. Le dije: “Tú tienes autorización para decirme lo que tú quieras”. Y me dijo: “Dos cosas inicialmente “ …: “Mira, una conclusión que he sacado… “tú dijiste en tu discurso una frase, una cifra, que hace diez años había en Venezuela seiscientos mil estudiantes universitarios, hoy hay dos millones cuatrocientos mil… “Ninguna Revolución que yo conozca, ni la cubana, logró tanto por su pueblo en lo social, sobre todo en tan poco tiempo como la Revolución Bolivariana”. ¿Saben cuál es la segunda? Así me lo dijo: “He concluido que ustedes no quieren sacarle provecho político a estos avances sociales”. La frase suena duro, “no quieren”. Uno puede pensar que es que no podemos. Es decir, transferir con la misma intensidad el beneficio social, todo lo que hemos logrado, al capital político. Entonces, la conclusión es dura: que no queremos, ¿ves? Y tiene también mucho de que algunos es que no saben. Hay que aprender, que la gente perciba todo lo que la Revolución ha venido transfiriéndole al pueblo, y compare con el pasado. Y algo más importante, ¿qué pasaría si la contrarrevolución vuelve al gobierno en Venezuela?” .
Las dos conclusiones resaltadas explican en buena medida el éxito bolivariano ante la feroz arremetida neofascista del imperialismo norteamericano, la contrarrevolución venezolana, la ultraderecha regional y los aliados europeos, más satélites que entes independientes de la gobernanza imperial yanqui. Es bueno, y nunca será suficiente que sepamos toda la estrategia de ataque y conquista del enemigo, sus propósitos, sus tácticas, maniobras, sus fuerzas y medios, los recursos de todo tipo que emplean para quebrar la moral combativa de sus oponentes y lo más importante, sus objetivos de guerra, las razones de su arrogancia, las motivaciones de su prepotencia, las justificaciones y herramientas para convencer, arrastrar, inducir, manipular y obligar a muchos, entre confundidos, desinformados, resentidos, egoístas y ambiciosos para que engrosen sus filas y apoyen con entusiasmo o cobardía a la política fascista y al verdugo. Sin embargo, tan importante como conocer al enemigo y sus tácticas de agresión, es saber cómo anteponer un plan, una estrategia, tácticas y acciones para contrarrestarlo, detenerlo y vencerlo. Plan contra Plan, diría Martí.
No haber prestado la debida atención a aquellas alertas de Fidel (por inexperiencia, por errores no deseados, por traiciones, por la prematura e irreparable muerte de Chávez y por la fuerte arremetida oportunista y desleal del imperialismo mundial y la contrarrevolución venezolana), provocaron, entre otras causas, la derrota política del Gobierno revolucionario en las elecciones parlamentarias del 2015. Si lo razonamos fríamente, fueron las dos críticas fundamentales de Fidel las que prevalecieron como causas de aquella derrota: el pueblo no tenía toda la conciencia política necesaria para enfrentar, derrotar y revertir en corto plazo (durante el proceso eleccionario) la arremetida enemiga y los errores propios. No se había hecho con efectividad toda la transferencia de los logros sociales al capital político popular, y ocurrió lo peor, la contrarrevolución llegó al Poder Legislativo, de manos del voto popular manipulado, confundido, resentido, desinformado y desideologizado. En un artículo titulado: “Venezuela: Reflexiones navideñas”, del periodista Álvaro Samuel, escritas el 22 de diciembre de 2015, el articulista certificaba de manera combativa algunos derroteros a seguir, con valentía autocrítica, humildad revolucionaria y fe en la victoria. Exponía: “No pensemos en políticas de gobierno aéreas, muy bellas en el papel, pero difíciles de llevar a la realidad: busquemos el modelo de gobierno más apto para el momento histórico que vivimos, no el más utópico por perfecto que parezca”. • “Recordemos que el pueblo venezolano en su mayoría es consumista… por costumbre, por la servidumbre moderna que llevan en sus cabezas y con su ayuda o sin ellos hay que llegar a un sistema de vida más justo para el ser humano y para el Planeta…”. “Basta de tanto perdón a la Derecha, a cada conspiración, sucedía un perdón, y a cada perdón sucedía otra conspiración que se volvía a perdonar. Nosotros no seremos perdonados por la Derecha si llegan a tener en sus manos todos los poderes del Estado venezolano”. Es necesario ganar conciencias con ideas y no con apartamento, automóviles, computadoras, celulares, tablas. Las conciencias ganadas con ideas soportan una bajada del precio del crudo; las ganadas con beneficios materiales se pueden caer, como un castillo de naipes, al menor contacto”. A partir de ahí, se sucedieron una cadena de lecciones y rectificaciones para evitar nuevamente esos descalabros, y aun peor, que se perdiera el poder político y con él, el poder popular.
A casi 9 años de aquellos acontecimientos, el Gobierno de Nicolás Maduro Moros, de conjunto con la Unión Cívico-Militar han hilvanado una secuencia asombrosa y contundente de victorias políticas, jurídicas, éticas, ciudadanas, patrióticas, ideológicas, sociales y, en este año, económicas, que se erigen como necesarias lecciones y aportes de ese proceso revolucionario a la teoría y la práctica de la construcción de procesos radicales, transformadores, legítimos y alternativos a los modelos del capitalismo salvaje, en sus fases imperialista, neoliberal y neofascista.
El fascismo surgió primero como ideología, se impuso como reflejo condicionado a las grandes 60 masas, específicamente en la Alemania Nazi y en la Italia de Mussolini, y luego se expandió, en forma de guerra genocida, al mundo. Con similar metodología opera hoy el neofascismo imperialista y su escenario principal de guerra es Venezuela.
Ya Marx y Engels habían identificado que las ideas de la clase dominante son las ideas dominantes en cada época; o dicho, en otros términos, la clase que ejerce el poder material dominante en la sociedad es, al mismo tiempo, su poder espiritual dominante. La clase que tiene a su disposición los medios para la producción material dispone con ello, al mismo tiempo, de los medios para la producción espiritual, lo que hace que se le sometan, al propio tiempo, por término medio, las ideas de quienes carecen de los medios necesarios para producir espiritualmente. Antes del proceso bolivariano existían en Venezuela 21 medios comunitarios, 255 medios privados y 11 medios públicos , o sea, un total de 287 medios, de los cuales el 96.1% no estaban en manos del Estado. Chávez, no contó en 1999, con el beneficio de ninguno de esos medios para su campaña electoral, incluso se valió de megáfonos manuales para hablar a sus seguidores; Maduro contendió a Capriles, el candidato del imperialismo yanqui, de la Derecha Internacional y de la contrarrevolución venezolana, con menos del 20% de los medios que se emplearon en los comicios electorales del año 2013, tras la muerte del Comandante Hugo Chávez Frías.
Por tanto, si existe una lección aprendida es que hubo que reformar el sistema y el aparato comunicacional y ponerlo al servicio de la verdad, de la información oportuna, inmediata, transparente, esclarecedora, educativa, persuasiva, movilizadora y generadora de conciencia, compromiso, unidad y conceso popular. Hoy capaz de enfrentar con efectividad todas las maniobras y agresiones de la Industria del Odio y la colonización cultural mundial. El Gobierno creó el Sistema Bolivariano de Comunicación e Información (SIBCI), que tiene hoy 7 canales nacionales, más Telesur que es internacional, y 36 televisoras comunitarias con señal habilitada por la Comisión Nacional de Telecomunicaciones (CONATEL). El más importante es Venezolana de Televisión, (VTV) o el canal 8, que con los años ha ido aumentando audiencia, sobre todo porque transmitía el célebre programa que conducía como “ancla” 5 el propio Hugo Chávez, Aló Presidente.
Hoy se cuenta con más de 800 medios. Los principales líderes de la Revolución Bolivariana son muy activos en la comunicación social, a través de los medios tradicionales y a través de los soportes sociodigitales. Sobresale el Presidente Maduro con su programa “Con Maduro+”, el vicepresidente Diosdado Cabello y su programa televisivo “Con el mazo dando” y el Presidente de la Asamblea Nacional y el programa “Conexión con Jorge Rodríguez”. Significando, que capitalizan la movilización popular a través de sus múltiples intervenciones en conferencias de prensa, entrevistas, participación en programas televisivos, radiales y digitales y en las movilizaciones populares.
El Gobierno ha seguido ejerciendo la iniciativa legislativa y jurídica para defender la Constitución de la República, los derechos del pueblo emanados de ella y enfrentar y terminar (en proceso) con la impunidad y el descaro de delincuentes, violentos, odiadores, corruptos, contrabandistas, especuladores y todas las lacras políticas y viciosas para seguir sosteniendo el Poder Moral de la Nación.
De esa certeza hoy cuenta con una Ley contra el fascismo y el neofascismo. Otras de las acciones que han hecho posible que la Revolución bolivariana y chavista llegara fuerte e invencible a enfrentar el neofascismo, es haber puesto en pie de lucha a las comunidades barriales, a sus organizaciones sociales, a los partidos y movimientos de izquierda del país (Gran Polo Patriótico), sindicatos, a los hombres y mujeres de pueblo agradecidos con la obra revolucionaria, a través del convencimiento fáctico, con pruebas concretas e irrefutables de las ventajas y beneficios del socialismo bolivariano y lo nefasto del neoliberalismo, del fascismo y de la contrarrevolución.
Lo que se ha visto, vivido, sufrido y lamentado por el pueblo en las guarimbas del 2002, cuando el Golpe de Estado a Chávez, en el 2014, 2015 y 2017 contra el presidente Nicolás Maduro, y ahora, en los días 29 y 30 de julio de 2024, les ha convencido, a una inmensa mayoría, de cuál sería el destino, si como preguntó Fidel y, hoy es recurrente esa interrogante en los líderes chavistas, tomara el poder político esa ultraderecha imperialista y fascista. 61 El Gobierno se ha dado la tarea de extremar las medidas de orden interior, seguridad y paz, a favor del pueblo y contra la delincuencia, el paramilitarismo y la contrarrevolución violenta y fascista en las calles, activadas, como los llamados “comanditos” o a través de sabotajes, como los perpetrados contra el Sistema Eléctrico Nacional y otras instituciones del Estado, de ciudadanos, chavistas o no, pero que piensen diferente o no se dejen dirigir por ellos.
El Gran Polo Patriótico, encabezado por el PSUV, se ha articulado mejor, se ha reestructurado, organizado, corregido fallas de cohesión y acuerdos, ineficiencias y burocratismo, que les lastraban. El Gobierno venezolano ha desplegado una inteligente estrategia diplomática y política regional, que le ha permitido fortalecer alianzas estratégicas, como la del ALBA-TCP, con el CARICOM, su solicitud y posible incorporación al bloque BRICS+, el apoyo de Rusia y China, el refuerzo de su prestigio integracionista como país sede de las negociaciones de paz de Colombia y el certero manejo de los conflictos con Guyana, por la disputa del “Esequibo” y ante los dislates de los presidentes Lula y Petro en torno a los resultados de las elecciones y el no reconocimiento de Nicolás Maduro como presidente legítimamente electo el pasado 28 de julio. Ratificado recientemente por el Tribunal Supremo de Justicia de Venezuela, en menos tiempo del establecido por la Constitución, que es de hasta 30 días después de iniciado el proceso contencioso.
Otras de las lecciones, convertidas en factores del triunfo electoral, y clave para la comprensión del triunfo sobre el neofascismo las resumió el notable periodista, escritor y politólogo franco-español Ignacio Ramonet. Se resume, en que el Gobierno chavista “derrotó la hiperinflación, la más alta del mundo y el mayor flagelo para cualquier economía. Hoy la inflación en Venezuela es inferior a la de EEUU y de la Unión Europea. Relanzó el crecimiento económico de manera espectacular. En 2023, Venezuela obtuvo el mayor índice de crecimiento de América Latina y lo volverá a alcanzar este año (+8%). Consiguió el pleno empleo; entre los sectores público y privado y las economías formal e informal se consiguió, por vez primera en decenios, el pleno empleo con subida notable de salarios e ingresos”.
También, “consiguió, por primera vez en más de un siglo, la soberanía alimentaria. El 96% de la alimentación de los venezolanos se produce en Venezuela. Una inmensa victoria del campesinado. Relanzó la producción petrolera. Ya se está alcanzando de nuevo el millón de barriles diarios. Venció al bloqueo ilegal y criminal causante principal del gran sufrimiento de la población. Relanzó las políticas de ayuda social. Venezuela vuelve a tener recursos y gran parte de éstos se invierten en grandes programas sociales y misiones de solidaridad”.
Las alertas de Fidel y la receptividad de Chávez fueron asumidas revolucionariamente por el Gobierno de Nicolás Maduro y su bravo pueblo. De lo que se trata es que las ideas no sufran derrotas, porque las derrotas de las ideas se pagan con retrocesos en el camino de las revoluciones.
Hagamos lo que nos enseñan nuestros hermanos bolivarianos y chavistas, con ello habremos vencido al neofascismo y se perpetuará el poder en manos del pueblo.
Fuente: REDH
Foto: RL Argentina
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