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Verdades para compartir

Por José Luis Méndez Méndez* / Colaboración Especial para Resumen Latinoamericano.

Estados Unidos, inveterado agresor sin pretextos, tiene 900 bases militares en 153 países, es omnipresente para atemorizar como gendarme del mundo. Bombardeó y destruyó a Yugoslavia, la fraccionó en 7 nuevos Estados, a sangre y dolor de millones de personas, toleró la llamada “limpieza étnica”, azuzó las disputas locales y toleró miles de violaciones de los derechos humanos, ante la pasividad cómplice de un mundo espectador del genocidio.

La parcializada dirigencia ONU, hizo mutis cuando Estados Unidos, invadió la pequeña isla de Granada, lo mismo actuó cuando masacraron al pueblo panameño al invadir ese país, también durante los diez años de guerra fratricida en Nicaragua, financiada por el país más poderoso del mundo con las armas que vendía a Irán en guerra contra Iraq. Armó a Irán, sin respetar a sus ciudadanos que habían sido rehenes durante meses de los iraníes que ocuparon su Embajada en Teherán.

Desde la creación de ese organismo internacional concebido para preservar la paz, no la de los sepulcros, se han perpetrado 65 guerras, provocadas en su mayoría por Estados Unidos, para apoderarse de los recursos naturales, como ahora en Ucrania, rico en gas, titanio y uranio.

El presidente de Estados Unidos rechaza la invasión porque su hijo Hunter Biden, es el director de la mayor empresa privada de gas en Ucrania, para mayor inmoralidad está defendiendo sus intereses creados. Por eso Joe Biden, no quiere el gasoducto ruso recorriendo Europa.

Durante las administraciones de los demócratas William J. Clinton y Barack Obama y del republicano George W. Bush, en 23 años de mandato imperial, invadieron 9 países islámicos, asesinaron a 11 millones de musulmanes, destruyeron una cultura, una ideología y no fueron juzgados.

La proclamada guerra de quinta generación o para ganar la mente de las personas, en el 2021, por el Centro de Innovación de la Organización del Atlántico Norte (OTAN), que dirige Estados Unidos, impone retos trascendentales para los gobiernos que desean asumir el desafío de seguir sus propios caminos.

En esta guerra cognoscitiva, la mente humana se convierte en el campo de batalla. El objetivo es cambiar no solo lo que las personas  piensan, sino cómo piensan y actúan. Esta es la práctica que Estados Unidos ha estado llevando adelante por varias semanas previas al emprendimiento de Rusia, para preservar la seguridad de sus fronteras y poner una detente al caballo de Troya, en que se convirtió a Ucrania.

Si se realiza con éxito, influye en las creencias y comportamientos individuales y grupales para favorecer  los objetivos tácticos o estratégicos del agresor. Estados Unidos, ha tratado de satinizar a Rusia, cuando su legado agresor es insuperable y su larga cadena de invasiones supera con creces otros ejemplos.

Esta guerra integra capacidades de ingeniería cibernética, de la información y de las herramientas psico-sociales para lograr sus fines. De manera que nuestros perfiles de Internet sean agrupados por burbujas que identifican a personas y grupos sociales, por sus gustos, deseos, motivaciones, como ya sucede con varias plataformas. Llegará el momento que no se requieran noticias falsas para generar un estallido social, ya que desarrollarán posturas excluyentes y agresivas ante quienes no se identifiquen con los postulados principales.

No bastará con proveer a las personas con desinformación o informaciones totalmente falsas, sino que es necesario emplear nuevos resortes  para lograr influir en qué conclusiones  se quiere que asuman y cómo es posible y necesario obtener superioridad cognoscitiva,  movilizarlos para actuar en la dirección que se requiere, usando algunos resortes  emocionales, con lo que se gana la guerra con un mínimo de empleo de la fuerza militar. 

Se autoalimentan y crecen en adeptos, en su percepción errónea de la realidad hasta asumirlas como verdaderas y ciertas, todo lo que acontece en el conflicto ucraniano, es una puesta en escena de esta nueva forma de guerra que ya está entre nosotros como una de las verdades ocultas para compartir.

(*) Escritor y profesor universitario. Es el autor, entre otros, del libro “Bajo las alas del Cóndor”, “La Operación Cóndor contra Cuba” y “Demócratas en la Casa Blanca y el terrorismo contra Cuba”. Es colaborador de Cubadebate y Resumen Latinoamericano.

Ilustración de portada: Falco.

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