Internacionales

La corrupción innata y otros males de congresistas de Miami (II y final)

Por José Luis Méndez Méndez* / Colaboración Especial para Resumen Latinoamericano

La toxica representante federal de origen cubano María Elvira Salazar, ha tenido también sus deslices, al sobre actuar su papel de inquisidora. No se puede olvidar que durante el motín al Capitolio, el 6 de enero de 2021, el informe titulado “Disinformation in Miami After the Capitol Insurrection”, (Desinformación en Miami después de la insurrección en el Capitolio) , un grupo de presentadores de radio, de dos estaciones AM locales, Radio Mambí y Actualidad Radio, caracterizaron erróneamente el motín y continuaron amplificando las afirmaciones infundadas de fraude electoral, propaladas por los seguidores de Trump, entre los invitados al debate estaba la exaltada resentante de Miami-Dade María Elvira Salazar.

Lo anterior, implica a Salazar en el delito de desinformación, por lo que la ahora “lobita feroz” podría estar sujeta a un juicio político en el Congreso, pero nada ha sucedido.

Es tal el mimetismo de la señora Salazar, que mientras voces de  congresistas estadounidenses solicitan al presidente Joe Biden, que revierta las políticas de restricción impuestas por la Administración anterior y abogan por un acercamiento entre Estados Unidos y Cuba, ella se esfuerza por frustrar toda posibilidad de entendimiento entre Washington y La Habana y se erige como una de las voces más impeles en favor del bloqueo, y totalmente en contra de los viajes y las remesas familiares. Ella aboga por el estrangulamiento total.

Desde su postulación y campaña electoral enseño sus credenciales extremistas, se postuló según declaró: “para evitar que se establezca el socialismo y arruine a Estados Unidos”, algo verdaderamente absurdo, pero que forma parte del discurso de la ultraderecha estadounidense, que califica a Biden de comunista. También, aseguró, de salir electa, exterminaría a los comunistas de Miami.

Apoyó la llamada caravana anticomunista realizada en Miami, y calificó de “ignorantes” a un grupo de demócratas que aboga por el levantamiento de sanciones contra el pueblo cubano. Resalta por entorpecer las relaciones de Estados Unidos con América Latina. Verborrea en boca, etiqueta a gobiernos latinoamericanos de la manera que ella le parece.

Así mismo, como republicana, su objetivo es dificultar la política exterior actual de Estados Unidos, para facilitar la victoria republicana en 2024. Un ejemplo de ello es, sus vínculos con la oposición nicaragüense a la cual estimula, para que no participen en las próximas elecciones en el país centroamericano.

Advenediza al antro mafioso de los congresistas de origen cubano, se percibe, que María Elvira Salazar, está siendo manipulada como novata, por los establecidos como Marco Rubio y Mario Díaz-Balart.  Esta congresista, con poco dinero, sigue llevando el desgaste mediático y político de la extrema derecha de origen cubano.

Es vista en círculos del Departamento de Estado y el Consejo de Seguridad Nacional, como una mediocre en el orden político, pero útil por sus  habilidades para el manejo de la prensa, pero es seguida, ya que puede crear problemas al país, en su nueva estrategia político diplomática hacia América Latina.

Su continua exposición mediática con alta estridencia, ya empieza a preocupar a los republicanos en Florida, debido a que prioriza su proyección internacional y esquiva el trabajo en su distrito.

Reza una expresión leninista, que detrás de un extremista, hay sin duda un oportunista, la ahora irascible señora Salazar, tiene un techo vidrioso, de esos que no admiten piedras, antecedentes turbios, de los denigrantes.

Todavía suena el escándalo entre la ahora pundonorosa representante federal de Miami, cuando era periodista en busca de sobrevivir en el año 2002. Entonces se desató una  pelea entre ella y la productora de televisión peruana Laura Bozzo. Comenzó cuando un canal peruano divulgó unas conversaciones en las que Salazar le pide a Bozzo 100.000 dólares, a nombre de Vladimiro Montesinos, criminal al servicio del impresentable ex presidente peruano Alberto Fujimori.

Corría el mes de agosto de 2002, cuando el periódico El Tiempo, publicó un artículo destapando la olla, en la que Salazar, grabada en secreto por Bozzo, le pide esa suma a nombre de Montesinos, quien entonces estaba en prisión acusado de múltiples delitos, incluido el asesinato, peculado, tráfico de armas, lavado de dinero, hasta llegar a más de sesenta acusaciones en su contra, finalmente sentenciado a 23 años de prisión.

Como era de esperar, Salazar se defendió, alegando que dicha conversación fue grabada por Bozzo, quien estaba detenida por su presunta vinculación con actos de corrupción cometidos por Montesinos. Salazar señaló que Bozzo la difamó, acusándola de extorsión, es decir contraatacó.

Los principales medios hispanos de Estados Unidos transmitieron dicha conversación. Según la grabación, Salazar le advierte a Bozzo que, de negarse a entregar el dinero, Montesinos declararía en su contra. Bozzo, a través de su abogado, la entregó a la justicia peruana, junto con otros documentos que probarían una extorsión de la que Salazar habría sido la intermediaria. Por lo tanto Salazar habría actuado como testaferra de Montesinos para obtener el botín.

Según la grabación, que dura unos 15 minutos, Salazar le dice además que Montesinos necesita el dinero para pagarle a su abogada. “No, dile que yo no tengo nada contra él ahora formalmente…” “Esto parece un chantaje, replica Bozzo”. Y agrega: “Si yo digo que estoy siendo chantajeada lo hundo, imagínate el escándalo. Entonces, Salazar responde: “Es un careo público que no te conviene a ti ni a mí”, tras lo que Bozzo comenta: “McNamara (el presidente de Telemundo) nos asesina”.

El procurador que interrogó a Montesinos sobre este tema solicitó a  Salazar, declarar sobre su papel en este caso, para lo que debía desplazarse a Lima. Al final, el interrogatorio se produjo en Miami, durante doce horas, Salazar enfocó su defensa en que la grabación fue ilegal, obtenida en secreto por la realizadora.

La apasionada representante federal María Elvira Salazar, quien clama por exterminar a los comunistas de Miami y extinguir por medio del hambre a los residentes en Cuba, entonces convertida en una sórdida chantajista amenazó a su compañera de trabajo en Telemundo, al servicio del asesino Montesinos: “Me lo das (el dinero para Montesinos) o te doy una cuenta, o la abogada va a Miami”. El dolo se pone en evidencia cuando le envía en la conversación un mensaje clave a Bozzo: “Dijo que te diga Rossy War, almuerzo en el SIN (Servicio de Inteligencia Nacional) y el rock de la cárcel, video,,, Lo que el posee en estos momentos son videos”. Agrego Salazar, la mensajera, dando muestras de oficio tramposo. El delincuente Montesinos, fue durante años jefe del SIN y realizó cientos de escuchas y videos ilegales para comprometer y chantajear. Salazar continuó con sus defensas, pero nunca dijo, si era cierto o no lo escuchado en la acusadora grabación.

Falta bastante por revelar de estas joyas de la corona reaccionaria: María Elvira Salazar, Carlos Giménez, Nicole Malliotakis, Albio Sires, Mario Díaz-Balart, Alex Mooney, Anthony González y los senadores Marco Rubio, Ted Cruz y Bob Menéndez, el recientemente destapado como redomado corrupto y hasta como agente pagado de Egipto, el grupo de diez de origen cubano en el Congreso de Estados Unidos. De los cuales es necesario, dedicar varios artículos a sus agendas ocultas y vidas de doble cara.

(*) Escritor y profesor universitario. Es el autor, entre otros, del libro “Bajo las alas del Cóndor”, “La Operación Cóndor contra Cuba” y “Demócratas en la Casa Blanca y el terrorismo contra Cuba”. Es colaborador de Cubadebate y Resumen Latinoamericano.

Foto de portada: María Elvira Salazar / El Nuevo Herald.

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