Bitácora de vida: Mirarlos a los ojos nuevamente
Por Kari Krenn.
Dicen que los ojos son el espejo del alma…
Coincido con ello.
Verán: la boca puede vomitar las palabras más hirientes, o las dulzuras más mentirosas.
Pero los ojos no.
No hay chance: son indeclinables las emociones que transmiten.
Esta historia comienza cuando pisé tierra cubana por primera vez y cargaba en mí la incertidumbre: ¿Cómo sería su gente?
Apenas llegada, esta Alondra herida, apenada, golpeada por los avatares de la vida, fue cobijada en un nido de amor infinito…
Ellos, esos desconocidos cubanos, enhebraron sentires, hebra por hebra y me sanaron el alma.
Los hice míos: mis amigos, mi familia, mi manada.
Tan míos!!!
Tan profundamente parte de mi alma!!!
Que nada que les hagan o que les pase, permanece indiferente para mí.
Prometí volver siempre, todas y cada una de las veces que el destino me lo permitiera.
Luego llegó la pandemia que aisló los cuerpos y los 7000 km que nos separaban solo fueron números insignificantes: Cuando el amor es genuino no hay distancias ni fronteras!!!
Desde el sur de los amores vi entonces, con estupor, que en su vileza el imperio afilaba sus garras contra este pueblo amado… contra ellos… contra los míos!!!
INADMISIBLE!!!
Será tal vez que mis amigos son mi paradoja: son mi talón de Aquiles, mi debilidad, aunque también mi fortaleza.
Y decidí salir al ruedo, fui consciente que al hacerlo, invariablemente uniría mi destino al de ellos: NO-ME-IM-POR-TÓ-UN-CO-MI-NO!
O tal vez: me importó demasiado estar de su lado, a sus márgenes, en sus orillas, de esta gente noble y digna.
Ante esta elección indubitable por los míos, el enemigo me bastardeó, me insultó, me amenazó…
¿Saben cuál fue mi mayor temor?
Que llegara el día del regreso a mi segunda patria amada y que yo no pudiera mirar a mis amigos a los ojos, nublada la vista por mi cobardía.
Necesitaba imperiosamente sostener sus abrazos.
Disfrutar de la alegría del reencuentro.
Sonreír juntos.
Respirar vida.
Regresé…
Los miré…
Me miraron…
Entendimos sin palabras de qué venía la cosa: no se trata de ser heroína de nada sino solo portar con valentía el amor como estandarte.
Ellos me conocen: soy distraída, desbolada, despistada, no escucho bien, hablo a los gritos, me olvido de todo, tengo un rosario de defectos…
Pero mis amigos cierran los ojos y saben que no traiciono, no niego, no me escondo, no claudico.
Estoy obstinadamente firme a su lado. Mi corazón ya ha elegido (hace rato) el lado correcto para mi vida.
Cortita y fácil la bocha:
¡¡¡ Los amo!!!
Porque ellos me amaron antes.
Viva Cuba!
Abajo el bloqueo!!!!
Y a los gusis: sigan participando (si quieren les proveo insultos más creativos)
Besos a todos y se vienen unas bitácoras que… aaaaapaaaaa!!! Desfibriladores listos.
Tomado de perfil de Facebook de Kari Krenn/ Foto de portada: Yaimi Ravelo/ Resumen Latinoamericano.