Cuba

 Anécdotas con “Barbarroja”, el «Gallego» para Fidel (II)

Por Coronel® Nelson Domínguez Morera (NOEL) / Colaboración Especial para Resumen Latinoamericano.

Piñeiro era un jefe sumamente exigente, pero al mismo tiempo, y eso no era contradictorio para él, con mucho magnetismo, muy afable, cariñoso y que inspiraba y le daba a sus subordinados, seguridad, intimidad, confianza y apoyo (una vez le dije a Timossi, cuando le hizo un libro, por qué no escribió la verdad del lugar íntimo de su casa donde acostumbraba a despachar con algunos de sus subordinados, yo pasé una vez por esa mal oliente experiencia).

En 1969 y con sólo un año como Jefe de Sección en el MININT, me manda a buscar junto a “Roberto” (Fabián Escalante, Jefe de Dirección en ese entonces) y me encomienda una importante tarea fuera de Cuba haciéndome puntillosas exigencias sobre orientaciones que al respecto, había impartido el Comandante en Jefe.

Salí orgulloso pero algo inquieto, era mi primera misión de trabajo en el exterior, me acompañaban dos valerosos médicos que me doblaban la edad “Cuco” Rodríguez de la Vega e Ismael Borrajero y con ambos, sin yo saberlo,”Barbarroja” se había reunido antes precisándoles que yo sería el jefe y les explicaría durante el vuelo en qué consistía la misión. También me asignaron la responsabilidad de la tripulación de aquel avión Britannia 318, charteado para la ocasión.

Aquello salió bien y a los 3 días estábamos de regreso con misión cumplida, pero, yo venía todo “cagado”, porque, por un imprevisto, tuve que adecuar una decisión de Fidel y no sabría cómo explicárselo a Piñeiro que tan quisquillosamente me lo había insistido. Aterrizamos y al pie de la escalerilla me recogió en el auto VW color rojo, (como su inmensa barba que en aquellos años aún no mostraba las canas amarillentas del después) en que acostumbraba desplazarse en aquel entonces, él al timón, pues casi nunca usaba chofer, tal era su afición por la conspiración. Enseguida me espetó mi falta, tan pronto nos pusimos en marcha, reclamando con vehemencia mi pronta explicación que se la expuse con gran apendejamiento, pero con mucha convicción y le satisfizo. Sin embargo, cuál no sería mi sorpresa, cuando  yo comenzaba a respirar más calmado, al decirme “… todo eso está muy bien, pero ahora vamos a que se lo expliques al Comandante en Jefe, allá está el Viceministro 1ro esperándonos”. Sentí un vuelco en el corazón que él percibió, y poniéndome una mano en la rodilla, en muestra de solidaridad señaló “tú tranquilo, yo te apoyo y asumo tú decisión como si fuera mía”.

Era la primera vez que en función de mi trabajo en la Seguridad, me entrevistaba con Fidel, fue en la Calle 11 y para complicar más las cosas, como eran más de las 3 de la madrugada, hubo que sugerir lo despertaran.

No fue nada fácil explicarle, justificarme y que por suerte, al final me comprendiera. Piñeiro a quien, allí me enteré, el jefe de la Revolución Cubana, denominaba “El Gallego”, por el origen español de su padre, me apoyó con vehemencia absoluta, a tal extremo que el propio Comandante en Jefe en varias ocasiones tuvo que mandarlo a callar preguntándole sin mucha delicadeza, ¿pero quién estuvo allí, él o tú, ? deja que sea él quien explique…

El Comandante, desde la Sierra Maestra, Manuel Piñeiro Lozada “Barbarroja” iniciado en el Partido Ortodoxo con Fidel en el local de la calle Prado 109, fundador de la Seguridad y del Ministerio del Interior, quién llegó a ser Viceministro, Jefe de la Inteligencia Cubana y de su Dirección de Liberación Nacional, así era en su entereza y hombría, muy a pesar de haberme conocido personalmente exactamente cuatro efímeros días antes, en que Roberto le propusiera designarme para aquella tarea.

Foto de portada: Archivo ACN.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *