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“La escuela, mi casa en el barrio”

Por Yaimi Ravelo / Resumen Latinoamericano Corresponsalía Cuba.

La Habana, 7 de septiembre.- La luz del sol, en los primeros minutos de la mañana se escurre entre los árboles de un singular parque del municipio Marianao.

Como sacada de un cuento de hadas una escuela –al fondo de ese parque- resplandece entre los troncos y ramas, pareciera la casita del bosque de los traviesos Hansel y Gretel.

A diferencia de ese lugar que alguna vez en la infancia imaginamos, en la “casita” de Marianao no hay brujas, ni niños secuestrados para ser devorados por la maldad.

La escuela primaria “Carlos Manuel de Céspedes”, es la casa de 474 niñas y niños que viven en el barrio “Alturas de Belén”.

En la casa del barrio están los hijos de todos: de los maestros, de los médicos, científicos, artistas, deportistas, cuentapropistas, funcionarios públicos, delegados, diputados, dirigentes, panaderos, artesanos, intelectuales, enfermeras, obreros y periodistas.

Como también están los hijos de quienes incumplen las leyes; junto a los hijos de los que están fuera del país en cumplimiento de alguna misión. También con los hijos e hijas de quienes deciden migrar. ¿Qué saben los niños y las niñas del odio, que saben del Bloqueo, de los efectos de las crisis, de las huellas de la historia?

Allí están los niños y niñas de todos sin importar la ideología de sus padres, la religión, o la actitud ante la sociedad. Están los hijos de todas y todos porque también son los hijos de la nación y ellos son prioridad.

La casa de Elvira

Hace 34 años, en la escuela “Carlos Manuel de Céspedes” vive un hada madrina, Elvira Figueredo Miranda. Hoy es la directora de la escuelita del fondo del parque.

“Ay muchacha, esta es mi casa”, dice Elvira abriendo sus manos a las aulas, su cara de frente al sol.

“Era casi una niña cuando comencé a trabajar en esta escuela, me formé aquí”, -la dulce hada de Alturas de Belén tenía solo 18 años cuando comenzó a trabajar como  bibliotecaria en 1986.

En las manos de Elvira ha estado la educación de las familias del barrio, presume de conocer el nombre de todos los estudiantes y el de sus padres.

“Conozco una niñita que estudia aquí”, – comprobé con la intención de hallar algún error ante semejante especulación de la memoria. “Se llama Ericka”, -le dije.

“Ja. Si está en segundo grado esa es Ericka, la hija de Erick, el hijo de Ena. ¿Es esa Ericka? “–se jactó Elvira con orgullo. “Ese Erick era la candela, fue alumno mío”.

“Yo lo sé todo de mis niños, le di clases a los padres de la mayoría de ellos. Sé cuándo tienen un problema y como puedo ayudarlos de la mejor manera. Hay una estrecha comunicación con todas las familias.

Las familias me acompañan en todas mis locuras y aventuras con los niños. No hay una tarea o actividad en la que no tenga el acompañamiento incondicional de los padres y de la comunidad. La escuela es centro cultural de referencia para la comunidad.

Tengo un colectivo de maestras, activistas y profesores maravilloso, siempre les digo que nuestro principal deber es enseñar el conocimiento, pero también lo es brindar lo mejor de nosotros como seres humanos y como cubanos también, por supuesto”, -relata Elvira sin tomar respiro al hablar.  

Elvira vivía en el municipio La Lisa en sus inicios como maestra-, “ahora vivo en Marianao y aunque no sea aquí –en Alturas de Belén-, igual esta es mi casa y mi barrio”.  

Con el reinicio del curso escolar el pasado lunes 5 de septiembre en Cuba, 8.417 niños y niñas de la enseñanza primaria se incorporaron a las escuelas en el municipio de Marianao.

Según Elvira Figueredo Miranda, la directora de la casita del fondo del parque “no hay placer más grande que ver a los niños llegar con los primeros rayos del sol, son ellos la luz de nuestros barrios”.

La escuela primaria “Carlos Manuel de Céspedes” es reconocida con la condición de Proeza Laboral del municipio Marianao, en la capital cubana.

Fotos: Yaimi Ravelo / Resumen Latinoamericano Corresponsalía Cuba.

2 comentarios en «“La escuela, mi casa en el barrio”»

  • Orgullo de haberla conocido, excelente madre y profesional.

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  • Su hija Karelvis fue mi alumna y ella una madre siempre vinculada a la escuela.

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