Conflicto en Ucrania: De perros de la guerra a carroñeros
Por Vladimir Castillo.
Con el conflicto en Ucrania los países miembros de la Organización del Tratado del Atlántico Norte, OTAN, han aumentado sus gastos militares, al hacer entrega de parte de sus activos bélicos al gobierno ucraniano.
Dado que EE.UU. y sus socios que producen armamento de última tecnología no entregan este tipo de equipamiento a Ucrania, por sus costos, por su disponibilidad y sobre todo por el temor a que “caiga” en manos del ejercito ruso, lo cual no es nada difícil dados los niveles de corrupción instaurado en Ucrania, sobre todo en el sector militar, lo que se incrementa debido a la imposibilidad de que los países occidentales puedan chequear el destino de sus entregas, lo cual se evidencia con las ofertas de estos armamentos en el mercado negro e incluso con ventas en línea en la “dark web”, según información suministrada por medios de información occidentales. Un caso emblemático fue la adquisición por parte del ejercito ruso de dos cañones de 105 mm Caesar de fabricación francesa.
Los países exmiembros del Pacto de Varsovia han entregado a Ucrania gran cantidad de armamento, ya que tenían en sus inventarios muchos equipos soviéticos y rusos, sobre todo tanques, cañones, helicópteros y aviones, que pueden ser usados, mantenidos y reparados sin necesidad de ningún tipo de entrenamiento por los soldados y el personal ucraniano.
Sin embargo, las perdidas ucranianas han sido permanentes y de unos niveles muy elevados, lo que implica que la tasa de reposición es muy alta y se han consumido la mayor parte del equipamiento bélico de este tipo existente en Europa.
Ahora los aliados de la OTAN han salido a buscar similar material y equipo en América Latina, el Caribe y África fundamentalmente, incluyendo equipos de telecomunicación inalámbricos soviéticos, los cuales son muy difíciles de interceptar y descifrar. Por su altísima calidad y potencia los helicópteros “MI” producidos por la Planta MIL de Moscú son usados por muchos ejércitos y empresas al rededor del mundo y son de los más codiciados por la OTAN. Según diversos usuarios de redes sociales en Colombia, la embajada de EE.UU. en Bogotá está presionando a empresas y propietarios privados para vender sus helicópteros para su posterior entrega a Kiev. La empresa Helistar firmó un convenio con la filial regional de Lockheed Martin, para cambiar los helicópteros MI por BlackHawk, igualmente se le ha “solicitado” a la empresa Vertical de Aviación que deje de usar la tecnología de aviación rusa y la venda a Ucrania. Igual presión y trabajo están ejerciendo los fieles franceses en Perú y otros ratones de Hamelín por el resto del mundo.
Los equipos así conseguidos son trasladados por aviones de transporte de EE.UU. hasta Dubai, Emiratos Árabes Unidos, donde les cambian la documentación y rotulado, posteriormente son llevados a la base militar estadounidense en Rumstein, Alemania, desde donde son llevados a la República Checa, para ser repotenciados y artillados por especialistas de la empresa ucraniana Motor Sich y finalmente se trasladan a Ucrania como material de re exportación.
Evidentemente, esto no le sale gratis a Kiev, le son vendidos por más del doble de los precios de adquisición, quedando la ganancia en manos de las carroñeros de la guerra de la OTAN y Ucrania.
Los países de América Latina y el Caribe, así como los africanos y cualquier otro que se preste para estos “juegos” se estarían involucrando directamente en el conflicto ucraniano del lado de la OTAN y Kiev, lo que pudiera perjudicar gravemente sus relaciones bilaterales con Rusia. Por eso es muy importante que los gobiernos y líderes revisen las exportaciones de este tipo de bienes y no se presten o caigan “inocentemente” en estas patrañas del imperialismo y sus serviles socios que lo que buscan es escalar el conflicto y prolongarlo hasta “el último ucraniano”.
Tomado de Resumen Latinoamericano Argentina/ Foto de portada: El Confidencial.