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“Nada nos debe separar porque todo nos une”, Lula en la CELAC

Propuesta de “Moneda Común” entre Argentina y Brasil genera controversia (China y Estados Unidos involucrados) 

Por Micaela Ovelar* 

Lula da Silva decidió realizar su primera visita internacional oficial, desde que asumió por tercera vez la presidencia de Brasil, a la República Argentina, afirmando así el relanzamiento de la relación estratégica entre las dos mayores economías del Mercado Común del Sur (Mercosur). La visita se dio en el marco de la VII Cumbre de Jefes de Estado y de Gobierno de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC), espacio de integración que reúne a 33 países latinoamericanos y caribeños de la región, que -desde su fundación en 2011- ha excluido a Estados Unidos y Canadá. Valga señalar que Brasil fue retirado de la CELAC durante el gobierno de Bolsonaro, así que el evento sirvió también para celebrar la reincorporación activa de Brasil en el bloque regional.

La CELAC es esencialmente un espacio de consulta política, de hecho, su actual presidente pro tempore, Alberto Fernández, rechazó en su discurso inaugural los bloqueos contra Cuba y Venezuela, algo que también estuvo acompañado por Lula y otros líderes presentes. Sin embargo, la noticia que mayor impacto ha tenido ha sido el anuncio de los ministros de Economía de Argentina y Brasil, Sergio Massa y Fernando Haddad, respectivamente, sobre el estudio de la propuesta de moneda común que busca facilitar, incentivar y aumentar el comercio exterior bilateral. Actualmente, la balanza comercial entre Brasilia y Buenos Aires se concilia en dólares estadounidenses.

En conferencia de prensa, el 24 de enero, Lula comentó lo qué pensaba sobre esta propuesta: “Si fuera por mí, Brasil siempre tendría comercio exterior en monedas de otros países, entonces no tendríamos que depender del dólar. ¿Por qué no crear una moneda común entre los países del Mercosur? ¿Por qué no crear una moneda común entre los países BRIC? Yo creo que esto va a pasar con el tiempo y creo que tiene que pasar porque muchos países tienen dificultades para adquirir dólares, y eso impide que se llegue a acuerdos. Dios quiera que nuestros ministros y presidentes de los bancos centrales tengan la inteligencia, la competencia y la sabiduría necesarias para que podamos dar un salto de calidad en nuestras relaciones comerciales y financieras”, dijo el mandatario brasileño.

 

¿De qué se trataba el anuncio?

El anuncio fue la decisión política al más alto nivel y sellado mediante la firma de una Declaración Conjunta para avanzar en el estudio de la propuesta de implementación de un mecanismo, así como sus respectivas herramientas de compensación monetaria, que permita incrementar el comercio entre Argentina y Brasil sin usar dólares estadounidenses. Al respecto, el ministro de Economía argentino, Sergio Massa, señaló: “vamos a comenzar a estudiar los parámetros necesarios para una moneda común que lo incluya todo, desde el tema fiscal hasta el tamaño de la economía y el rol de los bancos centrales.”

Por su parte, el ministro de Economía brasileño, Fernando Haddad, declaró que no se trata de una “moneda única” sino de un “medio de pago” entre Argentina y Brasil: “no estamos defendiendo la unificación de nuestras monedas. Estamos defendiendo una ingeniería que no es como el pago en moneda local (propuesta del ministro de economía de Bolsonaro), que -según Haddad- no funcionó. Nuestra propuesta no llega al nivel de la unificación monetaria, como es el caso del euro”.

Declaración Conjunta: ¿Cuáles son los detalles oficiales que conocemos hasta ahora?

Objetivos: El objetivo es fortalecer y volver a registrar avances en la histórica relación comercial entre Brasil y Argentina. Para ello, los gobiernos de los dos países profundizan entendimientos para mejorar el flujo de negocios bilateral. Entre las medidas anunciadas por el presidente Lula y por el ministro Haddad están dos instrumentos de financiación y la creación de una moneda común, inicialmente entre ambos países.

Etapa actual: Se aprobó la constitución de un grupo de trabajo que se dedicará a estudios tendientes a la creación de la moneda común de negocios entre Brasil y Argentina. La formación de este grupo forma parte de un memorando firmado por Lula da Silva y Alberto Fernández sobre el uso del Fondo de Garantía para la Exportación (FGE) para asegurar líneas de crédito de bancos privados y públicos en operaciones argentinas de importación de productos brasileños.

Problema central: El punto central es la dificultad de aceptar pesos argentinos en el mercado internacional, debido al proceso inflacionario en Argentina, y la reducción momentánea del dólar, principal moneda de reserva de divisas en el mundo, lo que puede restringir las transacciones entre ambos países. Otro problema también importante es evitar que Argentina compré productos a China, siendo que estos son producidos por Brasil, debido a los mecanismos de crédito que otorga China a empresas argentinas. Es decir, otro objetivo es aumentar la competitividad del flujo comercial entre Argentina y Brasil con mecanismos de crédito que compitan con los de terceros países (China, en especial). En otras palabras, Brasil está interesado en proporcionar mejores condiciones de créditos a empresas argentinas para que estas obtén competitivamente por comprar productos brasileños, el mercado natural para Argentina, en lugar de comprar productos chinos, debido a las facilidades crediticias que China puede otorgar.

Próximo paso: En el segundo momento, se decidirá cómo instituir un tipo de gobernanza colectiva (bancos centrales, ministerios, empresariado) sobre esta unidad de cuenta y medio de cambio. Esta gobernanza puede servir para las operaciones comerciales entre países de la región, lo que podrá incentivar mejores prácticas de manejo monetario, inflación, sostenibilidad de la relación fiscal y ambiental, entre otros aspectos.

¿Cuáles son los principales miedos?

Como es evidente, la implementación de este mecanismo no podría tener, a estas alturas del proceso, es decir, apenas realizados los estudios preliminares, ni una forma definida ni una fecha, sino -en el mejor de los escenarios- sólo diseñar su estructura podría tardar un par de meses. Es en este sentido que decimos que los principales temores esparcidos mediáticamente, así como algunas de las controversias, son imaginarios. Eso sin contar que algunas de las críticas, que ha recibido inicialmente este anuncio, apuntan a finales desafortunados ya que varios analistas creen que su implementación nunca sucederá.

En realidad, su implementación (o no implementación) es algo que aún está en un horizonte lejano, pero hay que tener en cuenta que lo principal existe y por eso debería haber gran esperanza en su concretización: la voluntad política tanto de Argentina como Brasil.

Sin embargo, muchos han aprovechado este momento de incertidumbre para difundir Fake News, apoyados tal vez por ignorancia técnica pero seguramente por intereses políticos o incluso para sumar más seguidores en las redes sociales. Recordemos que tanto el gobierno de Alberto Fernández, que transita su último año de gestión en 2023 (las elecciones presidenciales serán el octubre de este año), como el de Lula da Silva, que recién inicia, enfrentan grandes críticas. Es decir, son gobiernos rodeados de cierta fragilidad e inestabilidad que no pocos intentarán aprovechar.

Asimismo, debe aclararse que las actuales monedas vigentes en Argentina (peso) y en Brasil (real) no dejarán de circular ni corren peligro de desaparecer o perder fuerza como consecuencia directa de la implementación de un nuevo medio virtual de pago. La moneda común, que Lula ha propuesto lleve por nombre “SUR”, no podría afectar a las monedas actualmente en uso en Argentina y Brasil, como sí lo hace la dependencia del dólar estadounidense. SUR se trata de un medio de pago, reforzado o apalancado por un mecanismo de crédito, en principio.

Los temores que se han extendido desde Brasil son: por la situación macroeconómica que atraviesa Argentina por una inflación anual del 95% (2022), la más alta de Sudamérica, solo por detrás de Venezuela; la renegociación de la deuda externa con el FMI, que mantiene las reservas internacionales de Argentina en niveles muy bajos (37 mil millones de dólares, menos del 7% del PBI argentino), entre otros factores, que hacen imposible pensar en Argentina como un socio confiable y previsible.

No obstante, Brasil es el primer socio comercial de Argentina. En 2022 la balanza comercial bilateral ha sido deficitaria para Argentina, cerrando en más de 2.000 USD millones de saldos favorables para Brasil. El gigante sudamericano está interesado en que Argentina pueda seguir importando productos brasileños, y ahí es donde la propuesta resulta atractiva para ambos países, pero tampoco quedará ahí con estos dos países, como explicó el propio Lula al inicio de este artículo, la intención es que otros países se sumen, el primero en anunciar su intención de hacer fue Venezuela.

Entonces, ¿por qué Brasil quiere hacer negocios con Argentina sin depender del dólar? El gobierno brasileño también piensa que: “el comercio entre Brasil y Argentina está restringido por la disponibilidad de la moneda (dólar) de un tercer país, que no participa en este comercio. Hoy, un país (Estados Unidos) tiene su moneda nacional como moneda internacional. Para el gobierno brasileño, no tiene sentido que la región se vea restringida en su comercio por el resultado de la política monetaria de un tercer país que no participa en ese comercio”. Pero también China ha estado ganando un espacio que geopolítica y económicamente es el “natural” de Brasil, y en ese nuevo gobierno de Lula, el protagonismo mundial parece estar queriendo empezar por Suramérica. Esto tiene bastante lógica.

La reacción de Estados Unidos: el verdadero peligro

Ahora bien, existen temores muy bien fundados basados ​​en que el hecho de que la sola idea de que el dólar estadounidense pierda poder en el comercio internacional pueda significar un conflicto regional y mundial con lamentables precedentes, producto de la reacción de Estados Unidos: Muammar Al Gaddafi, por ejemplo, también pretendía implantar una moneda común, el Dinar de oro, para acabar con la hegemonía del dólar. Es bien sabido lo que acabó pasando con el líder libio y con su país.

Otros países han intentado impulsar -con menor o mayor éxito- propuestas similares, como China, Rusia, India, Irán, Turquía y hasta la Venezuela de Hugo Chávez (con el Sistema Unitario de Compensación Regional=SUCRE). Todos estos países y sus respectivos gobiernos han sentido la furia estadounidense por atreverse a cuestionar y confrontar la hegemonía global de Estados Unidos donde más duele, el corazón de la economía estadounidense. Todos estos países han tenido que sufrir amenazas y sanciones por parte de Estados Unidos y sus aliados. Sin embargo, en la actualidad la economía estadounidense parece estar perdiendo su fuerza y ​​su capacidad coercitiva, quizás la actual propuesta de Argentina y Brasil, así como el resto de iniciativas para lograr la independencia monetaria y mejores condiciones en el comercio internacional, puedan sacar provecho. de este momento de “debilidad” del Norte global. Lo que parece improbable es que no haya intervención de las potencias económicas globales para frenar esta iniciativa entre Brasil y Argentina, su posible desarrollo y posterior expansión regional.

China siempre China

Finalmente, ¿cómo entra China en este contexto de buscar fortalecer las relaciones comerciales entre Brasil y Argentina? El ministro de economía brasileño fue claro al decir que “China viene asumiendo un papel que le correspondía a Brasil en el comercio con Argentina”. El gigante asiático “ha estado proponiendo soluciones a la Argentina financiando la importación de productos chinos”. Brasil está tratando de construir soluciones para el espacio que ha perdido debido a las restricciones que actualmente sufre Argentina para acceder a una moneda convertible y a las facilidades de pago crediticio que le otorga Beijing a Buenos Aires.

¿Qué tipo de soluciones ha estado proponiendo China a Argentina? El swap de divisas es uno de ellos. China comenzó a dar una línea swap de tipo de cambio (cambio de divisas) a Argentina. Como resultado, los empresarios argentinos ahora cuentan con moneda china para comprar sus productos. Este podría ser el camino a seguir por Brasil en el comercio bilateral con Argentina, y otros países de la región.

(*) Micaela Ovelar es una analista política argentina, con base en Brasil, donde se encuentra produciendo el documental “El regreso de Lula. Lo imposible posible”

Fotos: Ricardo Stuckert.

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