Alfombra roja en Madrid para “Argentina, 1985”
“Argentina, 1985“, como si fuera la primera vez, con aplausos y emociones, y una suerte de alfombra roja llena de simbolismos para la película que conquista a España.
La exhibición en Casa de América fue una de las actividades finales del evento de casi 10 días denominado Conexión Buenos Aires-Madrid, con el regalo a los espectadores de libros del Nunca Más y los 40 años de celebración del regreso a la democracia de Argentina.
Algún rastro de queja por la decisión de la Academia de Hollywood de entregarle el domingo el Oscar a Mejor Película Internacional a la germana Sin novedad en el frente, pero no pudo ausentarse el orgullo y las lágrimas ante un largometraje tan potente de Santiago Mitre y el exquisito protagónico de Ricardo Darín.
La reiteración, necesaria, de María Victoria Alcaraz, directora general de Cooperación Internacional del Ministerio de Cultura de la Ciudad de Buenos Aires, de que los casos de tortura, desaparición y muerte por la dictadura militar argentina, no pueden quedar en el olvido.
O las breves palabras de Enrique Ojeda, director de Casa de América, en reconocimiento a la cinta de Mitre, el valor de las cuatro décadas de democracia argentina y del Nunca Más.
Discutible el hecho de no haber conseguido el Oscar, luego de lauros como el Fipresci de la crítica en el Festival de Venecia, del público en San Sebastián, el premio del público, y el sacrosanto Globo de Oro.
Además, el Goya de la Academia de Cine de España al Mejor Film Iberoamericano, y con varias nominaciones a los Premios Platino que se entregarán el 22 de abril en Madrid.
Al margen de los valores cinematográficos, la reconstrucción de un hecho histórico de tanta trascendencia en América Latina, coloca a Argentina, 1985 en el pedestal del séptimo arte de la región.
No pretende ser una obra maestra y el director cuida más el contenido que la forma, sin que ello quiera decir que pierda empuje, si bien Darín, por goleada, parece ocupar toda la pantalla.
Sin novedad en el frente (Im Westen nichts Neues), es sin dudas la novela más emblemática de la trayectoria de Erich María Remarque, quien nacido alemán (Erich Paul Remark) debió convertirse en suizo y luego estadounidense para poder desarrollar su talento, tras huir de los nazis.
La película fue muy valorada con tres Oscar, pero tiene un detalle: ya su primera versión de Lewis Milestone de 1930 consiguió dos estatuillas.
Dicho en otras palabras, la Academia se decanta más por los dramas antibélicos que por historias tan tenebrosas como las dictaduras latinoamericanas.
Tomado de Cubadebate.