Cuba

La Red de Redes y la maquinaria del escarnio contra Cuba

Por Raúl Antonio Capote/ Colaboración Especial para Resumen Latinoamericano

En el mundo de hoy casi nada es espontáneo, mucho menos lo que ocurre en la Red de Redes dominada por grandes transnacionales de la información y por los servicios especiales de las grandes potencias.

La denuncia pública del 2011, conocida como Las Razones de Cuba, presentada por la Televisión Cubana, evidenció la importancia que el gobierno de Estados Unidos le otorga al uso de las Tecnologías de la Información y las Comunicaciones (TIC) en los programas contra la Revolución.

Los esfuerzos de los enemigos por ejercer una marcada influencia sobre lo que se lee, escucha y ve en la Mayor de las Antillas, para controlar la opinión interna, han sido financiados con millonarias asignaciones.

Recordemos como, con el financiamiento público del gobierno de EE.UU., la Oficina de Transmisiones hacia Cuba (OCB), impulsó proyectos como Zunzuneo, Pirámideo y Commotion, plataformas tipo Twitter que generaron un escándalo político en Washington, cuando se descubrió que encubría una operación secreta financiada y dirigida por la Agencia Internacional para el Desarrollo (USAID).

Esta entidad gubernamental empleó en julio del 2021, empresas de fachada constituidas en secreto, y financiamiento desde bancos extranjeros a través de las nuevas tecnologías (vía teléfonos celulares y redes sociales), cuyo propósito consistió en crear situaciones de desestabilización para provocar cambios en el ordenamiento político cubano.

La creación en el 2018, por órdenes del entonces presidente Donald Trump, de la Fuerza de Tarea en Internet para Cuba, también conocida como Grupo Operativo de Internet para la subversión en Cuba, fue una escalada de la estrategia subversiva y despertó la inquietud de muchas personas decentes en el mundo.

Desde entonces, la apuesta al uso de las nuevas tecnologías se ha incrementado, el desarrollo alcanzado por Cuba en la formación del capital humano en las ciencias de las telecomunicaciones y la informática, es visto como un factor favorable a sus planes para lograr hacerse de esa fuerza y utilizarla para sus propósitos, separar a técnicos y científicos, a especialistas e innovadores de las instituciones y empresas del Estado, comprar inteligencia y privar al país de ese recurso formado con inmenso esfuerzo.

Convertir a esa fuerza en una escuadra mercenaria, alejada de los intereses nacionales, individualista y apátrida o al menos, desconectada de su país y el devenir político social de la patria, es un objetivo que no esconden.

Es vital para sus planes dominar el espacio y los flujos de contenido, introducir estereotipos, manejar las emociones, sembrar la confusión y establecer los valores del modo de vida yanqui, para destruir la voluntad de vencer del pueblo y minar su capacidad política de respuesta ante una guerra que se desarrolla además con otros elementos no convencionales de agresión.

De todo se les ha ocurrido a los genios de la CIA, incluso ensayos de guerra “paranormal”.

Desde la creación del Grupo Operativo de Internet para la subversión en Cuba, aumentó la circulación de noticias falsas fabricadas en los laboratorios de los servicios especiales estadounidenses, para engendrar el demonio de la desconfianza, el descontento y generar la inconformidad del pueblo con el proceso revolucionario.

Con el dinero de los contribuyentes estadounidenses se financia la infamia contra Cuba, se compra periodistas, se fabrican influencer, se miente y denigra.

Hoy en las redes sociales digitales, entre la verdad y la mentira sobre Cuba, hay millones de dólares de distancia.

(*) Escritor, profesor, investigador y periodista cubano. Es autor de “Juego de Iluminaciones”, “El caballero ilustrado”, “El adversario”, “Enemigo” y “La guerra que se nos hace”.

Foto de portada: Tomada de Granma

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