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El matrimonio infantil amenaza el futuro de millones de niñas en América Latina y el Caribe

América Latina y el Caribe se encamina a tener el segundo nivel regional más alto de matrimonio infantil para 2030, solo por detrás de África subsahariana, comunicó hoy Unicef.

En la región hay 58 millones de niñas casadas, cifra que representa un nueve por ciento del total mundial, según un informe sobre el tema publicado este miércoles por el Fondo de la Organización de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef).

De acuerdo con el estudio, Asia Meridional alberga casi la mitad (45 puntos porcentuales) de las niñas casadas del mundo, pero esa región es la que está dando pasos más rápidos para erradicar el fenómeno, en tanto África subsahariana tiene la segunda mayor proporción (20 por ciento).

“Latinoamérica no ha registrado avances en matrimonio infantil en los últimos 25 años y se convertirá así en la región con el segundo nivel más alto de matrimonios tempranos para 2030, solo superada por África subsahariana”, resaltó el informe.

A nivel global se calcula que 640 millones de niñas y mujeres que viven hoy en día se casaron en la infancia, es decir, 12 millones al año, según la última estimación mundial incluida en el análisis.

La proporción de mujeres jóvenes que se casaron en la infancia descendió del 21 al 19 por ciento en los últimos cinco años, sin embargo, a pesar de este progreso, las reducciones globales tendrían que ser 20 veces más rápidas para cumplir el Objetivo de Desarrollo Sostenible de poner fin al matrimonio infantil para 2030.

Los expertos advierten que las niñas que se casan en la infancia se enfrentan a consecuencias inmediatas y para toda la vida: menos probabilidades de permanecer en la escuela, mayor riesgo de embarazo precoz, lo que a su vez aumenta la posibilidad de complicaciones de salud y mortalidad infantil y materna.

Esta práctica también puede aislar a las niñas de su familia y amigos, y excluirlas de la participación en sus comunidades, lo que afecta gravemente a su salud mental y su bienestar.

En todo el mundo, los conflictos, las catástrofes relacionadas con el clima y las repercusiones de la Covid-19, especialmente el aumento de la pobreza, las crisis de ingresos y el abandono escolar, contribuyen a aumentar los factores que impulsan el matrimonio infantil.

A la par dificultan el acceso de las niñas a la atención sanitaria, la educación, los servicios sociales y el apoyo comunitario que las protejan de esta práctica.

“El mundo está sumido en crisis sobre crisis que están acabando con las esperanzas y los sueños de los niños vulnerables, especialmente de las niñas, que deberían ser estudiantes, no novias”, declaró la directora ejecutiva de Unicef, Catherine Russell, quien instó a hacer todo lo posible para “garantizar sus derechos a una educación y a una vida empoderada”.

Tomado de Cubadebate/ Foto de portada: Martínez/ Unicef

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