México: Los militares multitask
Por Gustavo Castro.
En las ultimas décadas la estructura del Estado mexicano y de los gobiernos en sus tres niveles han sido asaltadas por el crimen organizado hasta llegar a las entrañas de los tres Poderes de la Unión, tanto en el Ejecutivo como en el Legislativo y Judicial. En diversas entidades del país, los dos niveles de gobierno (municipal y estatal) se encuentran desde hace tiempo tomados por el crimen organizado, al igual que sus respectivas policías.
Aunque son conocidas las violaciones a los derechos humanos cometidos por las Fuerzas Armadas mexicanas desde hace muchos años, involucradas en asesinatos, corrupción, tráfico de drogas y otros actos y negocios ilícitos muy propios de las Fuerzas Armadas cuando intervienen en un territorio y cuyas afectaciones sociales, económicas, políticas e incluso ambientales son de gran impacto, el actual Comandante en Jefe de las Fuerzas Armadas de México considera que son el actor que puede contener la violencia desatada en el país por el crimen organizado. Es por ello que el Presidente Andrés Manuel López Obrador (AMLO) ha desplegado durante su sexenio la presencia militar en todos los ámbitos de la vida del país. Sin embargo, aunque también pretende erradicar el mal de la corrupción, todavía en muchas secretarías de Estado, dependencias estatales y federales, y en todos los ámbitos de los tres Poderes de la Unión, siguen presentes funcionarios públicos y congresistas del pasado vinculados a redes de corrupción y ligados a los intereses del crimen organizado.
Si bien el país ya era rehén de la captura Corporativa fomentada por los gobiernos neoliberales durante más de treinta años, ésta se fue caracterizando de pasar de la influencia corporativa sobre las decisiones de los gobiernos en turno para beneficiar a sus intereses, a ser ellos mismos, el sector empresarial, quienes directamente llegan al poder en los tres niveles de gobierno. Este proceso se ha observado y alertado desde hace muchos años, no es ningún descubrimiento, y menos del actual presidente que repite este análisis construido desde el movimiento social desde hace veinte años. Ahora, la captura Corporativa es mucho más profunda que la mera incidencia en el sector de las políticas públicas del país o de las estructuras multilaterales como Naciones Unidas, entre otras.
Sin embargo, lo que observamos ahora es la simbiosis entre los tres sectores: político, empresarial y
crimen organizado. En este sentido, el narcotraficante es empresario y es político, porque llega al poder o convierte a quienes llegan. Y logran controlar la totalidad de los territorios (físico, político, económico, cultural y social) tanto del capitalismo formal como del informal, tema del que profundizaremos en otro momento. Un ejemplo de ello es el control que tiene el crimen organizado sobre los puertos marítimos, por lo que en julio de 2020, AMLO anunció que la Secretaría de Marina, tomaría el control administrativo y de seguridad de las 49 aduanas con las que cuenta el país, así como el Tren Transístmico y la ampliación de los puertos en Coatzacoalcos, en Veracruz y Salina Cruz en Oaxaca. Del mismo modo, los aeropuertos han sido rehenes del crimen organizado para el tráfico de estupefacientes.
En este breve contexto, el debate estriba en cómo combatir, detener y aminorar esta metástasis en el sistema para alcanzar la paz y la seguridad para la población logrando detener y exterminar este asalto del Estado, sus gobiernos y los territorios. Para AMLO, al parecer, es vacunar al sistema con la presencia de las Fuerzas Armadas en cada rincón. Así, la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena) y la Secretaría de Marina (Semar), además de la Guardia Nacional se despliegan por todo el territorio del país. Para algunos la solución, para otros la militarización del país que podría generar una septicemia que hará colapsar a México y ponerlo en mayores riesgos. También sería ingenuo pensar que un funcionario civil podrá combatir desde su puesto en la administración de infraestructuras y megaproyectos la tentación millonaria del narco o sus ejecuciones y decapitaciones como ha sucedido a lo ancho y largo del país. Pero también sería ingenuo pensar que los militares no han caído en las garras del crimen organizado y sus ilícitos negocios, aunque la ventaja con los civiles es contar con un arma para enfrentarlos o al menos defenderse si deciden limpiar el Narco Estado para convertirlo en un Estado de Derecho.
Por ello, la tendencia actual es que los militares distribuyan medicinas, patrullen calles y carreteras, se instalen en más de 500 cuarteles en todo el país, construyan infraestructura, la administren y la operen; generen empresas, operen los puertos marítimos e incluso todo el poder en el sector de la aviación.
Todo bajo los supuestos de que el Ejército y la Marina son ahora “buenos”, sin intereses, sin infiltrados, sin drogadictos, sin vínculos con el narcotráfico, incorruptibles, obedientes y bajo el control del Comandante Supremo de las Fuerzas Armadas suponiendo que la Cuarta Transformación ha llegado para quedarse, o por temor a que sea desbancado, los militares seguirían con la Cuarta Transformación como un actor con agenda propia, el antecedente de muchas dictaduras militares. Así lo ha manifestado el Presidente, que mientras el sector privado tienden a ser corruptos, los militares son “honestos”. Todos estos supuestos son muy peligrosos.
La justificación del Presidente para la presencia militar por parte de la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena) y la Secretaría de Marina (Semar) en el sector de la aviación, se puede resumir en 10 estrategias:
- Combatir el tráfico de droga: los aeropuertos han sido la plataforma del mayor tráfico de droga que entra al país como en el caso del aeropuerto de la Ciudad de México. Sin embargo, no es el único cooptado por el narcotráfico, también están los aeropuertos de Tamaulipas, Sonora, Quintana Roo, Toluca, entre otros.
- Combatir la corrupción: no hay contrabando aeroportuario sin la complicidad comprada de policías, trabajadores, directivos o administrativos de la administración aeroportuaria.
- Combatir el tráfico de armas y dinero: y es que no solo se contrabandea droga, también se le acompaña millones de dólares que entran de manera ilegal por los puertos aéreos. Por ello el Gobierno Federal pone 49 Aduanas bajo el control de las Fuerzas Armadas.
- Darle mayor seguridad al turista, especialmente extranjero: lo que significa que la inseguridad es de tal grado que no se puede combatir con la policía común, sino que se requiere del ejército para enfrentar al crimen organizado en los aeropuertos. Hay que tomar en cuenta que el sector del turismo está entre los primeros sectores que más divisas aportan a las arcas del gobierno.
- Brindar a los turistas conexiones a centros del turismo de élite: como en el caso del Tren Maya de la Península de Yucatán, megaproyecto construido y operado también por los militares. Y del Tren Maya a las ofertas turísticas más atractivas para el turista extranjero.
- Generar más competencia, bajar los precios a los pasajeros y cubrir el déficit de vuelos a ciertos destinos en el país: para ello se conforma la aerolínea comercial militar, la empresa militar. Sin embargo también se pretende que las aerolíneas extranjeras puedan operar vuelos al interior del país para generar competencia y bajar costos. “Si hace falta, vamos a permitir lo que se llama el cabotaje, que las empresas extranjeras puedan llevar a Cancún y se les permita pasar a Campeche y a la Ciudad de México. Liberar todo lo que tiene que ver con el transporte aéreo”, ha afirmado el Presidente de la República.
- Evitar su privatización: el Presidente afirma que estos bienes y la operación de aeropuertos e infraestructuras, no pueden quedar en manos del Fondo Nacional de Fomento al Turismo (Fonatur) o de la Secretaría de Comunicaciones y Transporte (SCT) ya que al cambiar de gobierno en 2024 podrían ser susceptibles de ser vendidos como en otros regímenes se hizo con Telmex o los ferrocarriles.
- Acceder al cuidado de zonas petroleras: desde Campeche se accede a la fuentes de petróleo más grandes del país y donde se ha registrado robos de hidrocarburos incluso en las plataformas marinas petroleras por parte del crimen organizado.
- Generar utilidades para mantener al Ejército: el Presidente definió que el 75% de las utilidades que generen estas obras de infraestructura se destinarán al pago de las pensiones de los militares y garantizará un buen mantenimiento y administración de los bienes nacionales. El objetivo es fortalecer las finanzas de pensionados y jubilados de las Fuerzas Armadas de México. Así, el Gobierno busca tener más dinero para operar sus proyectos prioritarios, que están en manos de los militares. AMLO propone que lo recaudado por los ingresos fiscales de turistas que realizan actividades económicas en el país sea entregado a una empresa del Ejército, para administrar aeropuertos, el Tren Maya y otros destinos turísticos y culturales que construye actualmente la Sedena.
- Controlar el espacio aéreo: que ha sido vulnerado por el crimen organizado y cuenta con pistas clandestinas por todo el país.
Tomado de Kaos En La Red.