Ron DeSantis, la soberbia racista en el poder
Por Raúl Antonio Capote (*) / Colaboración Especial para Resumen Latinoamericano
Falta menos de un mes para que entre en vigor la ley antiinmigrante indocumentado (SB-1718), firmada hace un par de semanas por el gobernador Ron DeSantis y parece que el político se ha metido en la clásica camisa de 11 varas.
DeSantis, caracterizado por sus posturas de extrema derecha, enfrenta ahora la movilización de la comunidad inmigrante de Florida que hizo un llamado a empresarios, empleados e incluso camioneros para unirse a la marcha pacífica que lleva por nombre “Un día sin inmigrantes”.
Activistas de California se unieron a las movilizaciones a nivel nacional, en rechazo a la ley migratoria aprobada en Florida, considerada una de las más severas del país.
“No podemos permitir que esta ley entre en vigencia en Florida porque rápidamente otros estados pueden tomar ejemplo”, advirtió Gloria Saucedo, activista con más de tres décadas de lucha por los derechos de los inmigrantes en California, según refiere La Opinión.
La medida entrará en vigor el 1 de julio y ya está afectando a diversas industrias como la agrícola, la construcción, la automotriz, etc.
La situación hace recordar a aquella película de hace unos años titulada “Un día sin mexicanos” cuando una mañana California descubre que un tercio de sus habitantes ha desaparecido y no hay quien realice un número importante de tareas económicas y de servicios, lo que es considerado en el filme la peor catástrofe de la historia del país.
Lo cierto es que la nueva ley se suma a otras medidas impopulares tomadas por el Gobernador, entre ellas, propuso prohibir iniciativas de diversidad, equidad e inclusión en universidades de Florida, refrendó una legislación que prohíbe el aborto después de seis semanas de embarazo, eliminó las decisiones unánimes del jurado para las sentencias de muerte, autorizó portar de armas sin permiso estatal, etc.
Esta barbarie jurídica que lleva la firma de Ron DeSantis, exige a las empresas privadas con 25 o más empleados, verificar el estatus migratorio de sus trabajadores, obliga a los hospitales a que incluyan en sus formularios de admisión una pregunta para saber si un paciente es ciudadano estadounidense, residente legal o extranjero sin autorización para estar en el país.
Los extremistas al timón del Imperio, ya no se recatan, se muestra a cara descubierta, de seguir este camino nadie sabe a dónde podrá llegar la soberbia y la ignorancia en el poder bipartidista yanqui, porque en ambos partidos (que sabemos son uno solo) se disputan el listón de la estulticia.
(*) Escritor, profesor, investigador y periodista cubano. Es autor de “Juego de Iluminaciones”, “El caballero ilustrado”, “El adversario”, “Enemigo” y “La guerra que se nos hace”.
Foto de portada: Robert F. Bukaty/ AP