Los orígenes turbios del Inter de Miami (III)
Por José Luis Méndez Méndez* / Colaboración Especial para Resumen Latinoamericano.
Si pudiera quedar alguna duda sobre el carácter despótico y los refinados gustos que tuvo Mas Canosa por lo dictatorial, la compra en Nicaragua del auto blindado, marca Mercedes Benz, que perteneció al dictador nicaragüense Anastasio Somoza Dabayle, en marzo de 1997, es la confirmación de lo históricamente establecido. Este deseo de adquirir un símbolo del poder autoritario, propiedad del asesino de miles de nicaragüenses y otros extranjeros como resultado de una de las dinastías más sangrientas de América Latina, es otro ejemplo del fervor de Mas hacia la derecha latinoamericana. Pero esta compra tiene otro significado adicional, no fue el auto que utilizara el extinto dictador nicaragüense durante su gobierno, no, fue el impactado cuando fue ajusticiado el 21 de septiembre de 1980, en Asunción, Paraguay, donde entonces imperaba otra dictadura de más de tres décadas. Para más simbolismo en este acto justiciero participaron algunos argentinos internacionalistas, que lucharon por la liberación del pueblo sandinista.
El periodista Andrés Oppenhaimer, nada simpatizante de la Revolución nicaragüense, comentó en un artículo, que Mas Canosa, además, se movía en Nicaragua en un avión jet de su propiedad y se aseguró que había financiado la campaña electoral del corrupto Arnoldo Alemán en 1996, a quien visitaba y se hospedaba en su residencia de la zona veraniega de Montelimar. Alemán al salir electo le despejó el camino para adquirir ENITEL, la empresa de telecomunicaciones de ese país centroamericano, que de inmediato fue privatizada como uno de los primeros pasos neoliberales del flamante presidente. Mas Canosa, había hecho una inversión para traficar influencias.
Las relaciones entre Alemán y Mas Canosa, fue resultado de un impulso ocurrido en Washington en 1994. Entonces Alemán era solo el Alcalde de Managua, pero se proyectaba hacia la Presidencia. El olfato afinado de Mas hacia la corrupción lo alertó que el prominente político por sus manifestaciones, era ambicioso y se podía invertir en él. Mas se apresuró a declarar que él no buscaba acceder al mercado nica de las telecomunicaciones, que consideraba pequeño para sus apetencias, pero patrocinar al “gordo” le podía traer dividendos políticos estratégicos, como en realidad ocurrió. Prefería que el pequeño y endeudado país se prestara para cabildear desde foros internacionales contra la Revolución cubana.
En 1997, la delegación oficial de Nicaragua incluyó entre sus miembros a la reunión anual de la Comisión de Derechos Humanos de Ginebra, Suiza, al terrorista Luis Manuel de la Caridad Zuñiga Rey, prófugo de la justicia de la Isla, y travestido en Directivo de la FNCA, para que desde ese escaño difamara la realidad cubana, lo cual fue ordenado al entonces canciller nica Emilio Álvarez Montalván, con la aprobación de Alemán. Era el pago por las sensibles donaciones a su campaña electoral.
El ladino mandatario decididamente se sumó al esfuerzo de Mas Canosa para aprovechar a sus patrocinados, el español José María Aznar y el argentino Carlos Saúl Menen, en sus campañas de difamación contra Cuba.
Además, Mas tenía un aval a su favor, en la década de los ochenta había cabildeado en Washington a favor de entregar fondos norteamericanos a la Contra nica y se había logrado. Esto lo exhibía sin recato para influir, si el dinero no bastaba.
El oportunismo de Mas Canosa, para amasar fortuna de forma ilegal, fue una práctica que comenzó desde muy temprano, si se le puede reconocer ese mérito, entendió primero que otros y tuvo la visión, que convirtió en misión, de que el negocio de la contrarrevolución, no admitía escrúpulos y era una empresa prospera. Comenzó malversando los fondos recaudados para la contrarrevolución de la organización ya mencionada RECE, llegaban decenas de sobres con dinero o cheques para la “causa” y el ágil Mas los depositaba en el Jefferson National Bank de Miami donde el también corrupto Ernesto Freyle, cabeza del RECE, era su Vice-Presidente Ejecutivo. Así quedaba todo en casa, decidieron que el dinero ocioso no rendía ganancias y decidieron invertirlo.
Con el respaldo de ese banco, Mas crea una poderosa firma de bienes raíces, denominada The Keyes Realty Corporation poseedora de grandes extensiones de tierras y urbanizaciones en la zona Sur del hoy Condado de Miami-Dade. En este negocio se asoció el corrupto terrorista Antonio Calatayud Rivera. Compraban tierras baratas, las urbanizaban y vendían con grandes facilidades de hipotecas, todo con el sudor del llamado comprometido exilio, que recibía a cambio de las donaciones, carticas de sentido agradecimiento patriótico provenientes de Mas.
Las propias autoridades policiales norteamericanas de Miami, lo han reconocido en más de una ocasión: El teniente Thomas Lyons, ante una audiencia del Sub-Comité Judicial en Washington en mayo de 1976, dijo: “Cuando los fondos para sus actividades han disminuido los terroristas han apelado a la extorsión y a las bombas para obtener recursos, algunos de estos grupos no son ni más, ni menos que delincuentes que se nutren de los cubanos emigrados y que se quedan con los fondos que recogen”.
El pícaro Mas, ofreció a su pupilo nicaragüense no solo dinero contante y sonante, sino además le prestó a Mario Esgarresta, estadounidense de origen cubano, asesor de marketing político para mejorar la imagen del nica y guiarlo en su campaña. Alemán en reciprocidad lo hospedó en el mejor hotel de la capital nica, el Intercontinental, en Managua.
La atención de Esgarresta, estuvo a cargo de Byron Jerez, quien en el mandato de Alemán ocupó el cargo de director de la Dirección General de Ingresos (DGI), quien había sido en Florida coordinador del Partido Liberal Constitucionalista, PLC y se había vinculado a figuras de la política local como los Comisionados Pedro Reboredo y Tomás Regalado, ambos de origen cubano.
En marzo de 1999, la Telefónica de España en un extraño y rápido movimiento bursátil se presentó y se retiró del proceso de licitación de la privatización de ENITEL de Nicaragua, iniciado en 1998, cuando José Ferreti, esposo de Mariela, la vocera principal de la Fundación Nacional Cubano Americana (FNCA), firmó un contrato por 100 millones de dólares, cuando era representante de la Central America Construcción Inc. La Telefónica española pretextó, que no había suficiente claridad sobre el contrato firmado entre Mas Tec y ENITEL, para 100 000 líneas telefónicas.
A la par, surgió una empresa francesa que ofreció instalar las 100 000 líneas por un 40% menos de los ofrecido por Mas Tec y no fue aceptada. Se argumentó lo increíble, que razones políticas habían decidido conceder a favor de Jorge Mas Santos, presidente de Mas Tec después de la muerte de su padre. El costo por línea instalada subió artificialmente de 800 dólares a 1000, es decir un monto que pasó de los 80 millones a 100 de dólares, pero obedecía a compromisos fraudulentos anticipados.
El proceso de privatización de ENITEL, estuvo viciada por los malos manejos de Alemán, quien inconsultamente autorizó el contrato para la instalación de las 100 000 líneas a Mas Tec, sin previamente conocer el parecer y tener el visto bueno del ente fiscalizador del Estado, la Contraloría General de la República, CGR.
Esto generó suspicacias y motivó el retiro de la Telefónica española. Si se declaraba desierto el proceso de privatización, no se podrían ejecutar los planes prometidos de vivienda, honrar los compromisos onerosos con el Fondo Monetario Internacional, FMI, el país perdería credibilidad y confianza en el exterior. El proceso de privatización había comenzado con el gobierno de Violeta Barrios de Chamorro, entre 1990 y 1996 y no se concluyó.
El 16 de marzo de 1999, Telefónica de España, por medio de su presidente ejecutivo Jorge Solís, se retiró por la falta de información sobre los estados financieros de 1998 y la referida poca claridad por la venta de las 100 000 líneas a Mas Tec. En ese momento, sólo la empresa Teléfonos de México mantenía su interés por comprar.
Cuatro días después, el 22 de marzo, otra noticia estrechaba aún más las relaciones carnales de Arnoldo Alemán con la FNCA, se anunciaba la venta de la Embajada de Nicaragua en Ginebra, al consorcio miamense, por la incapacidad del gobierno nica de mantenerla. Hasta el Nuevo Herald, calificado en muchas ocasiones como vocero de la contrarrevolución cubana, publicó en el espacio Tribuna del Lector una carta donde cuestionaban la supuesta venta y admitían la posibilidad de que Alemán se beneficiaría económicamente con la transacción. Así se fueron engordando las arcas, que ahora hacen posible la compra del ídolo argentino.
Continuará…
(*) Escritor y profesor universitario. Es el autor, entre otros, del libro “Bajo las alas del Cóndor”, “La Operación Cóndor contra Cuba” y “Demócratas en la Casa Blanca y el terrorismo contra Cuba”. Es colaborador de Cubadebate y Resumen Latinoamericano.
Foto de portada: Marca.
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