El incendio de Tenerife revela insuficiente el 0,1% de los fondos europeos dedicados a gestión forestal
Por Javier H Rodríguez
El fuego en las Islas Canarias ha arrasado 15.000 hectáreas, el 7,37% de la isla, y el desalojo de 26.000 personas. Greenpeace cree necesarios 1.000 millones anuales para la gestión de las masas forestales en el Estado español.
Han sido ya 15.000 las hectáreas calcinadas por el incendio en la más grande de las Islas Canarias. Nada menos que el 7,37% del territorio de Tenerife. El incendio forestal que se declaró el martes de la semana pasada en Tenerife no solo ha obligado a evacuar de sus hogares a 26.000 personas, sino que ha puesto en serio peligro infraestructuras fundamentales para el desarrollo de la vida en municipios tinerfeños como La Orotava, Santa Úrsula, La Matanza, La Victoria, Tacoronte y Los Realejos. Aunque día de hoy la situación ha mejorado a pesar de que en el norte de la isla ha habido cambios bruscos de viento, muy poca humedad y muy altas temperaturas, la situación no está resuelta: “El incendio no está controlado ni de lejos, solo estabilizado en su mayor parte, pero tras una semana lo vamos a derrotar”, ha argumentado esta mañana en rueda de prensa el consejero de Política Territorial del Gobierno de Canarias, Manuel Miranda.
Sin embargo, el análisis que algunas plataformas ecologistas están poniendo sobre la mesa va más allá de los daños medioambientales concretos producidos en Tenerife. Se está centrando en investigar las deficiencias estructurales del Estado español a la hora de gestionar su masa forestal y cómo eso puede afectar de manera directa a la propagación descontrolada de este tipo de incendios. Greenpeace ha analizado cómo se prioriza la prevención en función del presupuesto invertido para sacar algunas conclusiones que precisen el diagnóstico. En un informe elaborado por la organización, Presupuestos y Fondos Next Generation para la Gestión Forestal, concluyen que solo el 0,1% del total de los fondos europeos ha sido destinado a la gestión forestal.
Además, Greenpeace señala que ”no existen datos normalizados para poder cuantificar qué cifra se invierte en gestión forestal frente al gasto de las administraciones en extinción forestal. Solo los datos de Galicia, Extremadura, Castilla la Mancha y Baleares disponen del grado suficiente de detalle para distinguir inversión en prevención y gasto en extinción“. “España arde y necesitamos invertir en gestión forestal para hacer frente a esto, pero los presupuestos autonómicos son confusos y escasos y si hablamos de los fondos de recuperación europeos pasamos de la confusión al pasmo, porque sólo una mínima parte destinada a transición ecológica ha sido para defender la superficie forestal, que recordemos es más de media España”, defiende la coordinadora en incidencia política de Greenpeace, Raquel Montón.
La organización pone el acento en que el 55% del suelo del Estado español está declarado como forestal. Esto supone algo más de 28 millones de hectáreas: “En ese sentido las cantidades de los Fondos Next Generation gestionados por las comunidades autónomas o el Gobierno central destinados a la conservación forestal, prevención y extinción de incendios son claramente insuficientes”.
Las personas expertas en extinción nos recuerdan que la evolución del fuego depende de las condiciones meteorológicas, las topográficas y las del estado de los bosques. “Salvo combatir el cambio climático, frente a las dos primeras variables no podemos incidir a corto y medio plazo, pero sí podemos actuar frente a la tercera variable: el paisaje, la vegetación, el combustible”, destacan en Greenpeace. “Y la herramienta que conocemos para hacerlo se llama gestión forestal”, añaden.
Dicho de otra forma, los incendios no solo se apagan cuando arden sino que se previenen negociando los presupuestos y las inversiones, “ese es el momento dónde se ve el interés real por implantar políticas de gestión forestal y dinamización del medio rural que vayan más allá de las políticas de extinción del fuego: todo lo demás son sólo palabras vacías”, rematan desde la organización ecologista.
Tomado de El Salto / Foto de portada: Miguel Velasco Almendral