Solidaridad con Cuba en Estados Unidos no admite bloqueo
Por Deisy Francis Mexidor* / Colaboración Especial para Resumen Latinoamericano.
Nuevas muestras de solidaridad con Cuba tuvieron lugar en Estados Unidos como parte de ese creciente movimiento de apoyo a un pedido elemental: dejen vivir a un pueblo cuyo único pecado ha sido construir y defender un modelo diferente en las propias narices del imperio.
Ese reclamo significa levantar el bloqueo, el más largo de la historia contra país alguno, y eliminar a Cuba de la lista de estados que -según el criterio de Washington- patrocinan el terrorismo.
Pero Cuba es amor, se escuchó este domingo en voz de grupos de emigrados y solidarios que desde la ciudad Miami abogan por el levantamiento de esa política de asfixia que dura más de 60 años.
Pese a la lluvia en momentos intensa, los participantes se congregaron en el Aeropuerto Internacional de Miami con carteles en los que se leía: “Retirar a Cuba de la lista de patrocinadores del terrorismo”, “Puentes de Amor”, “Abajo el bloqueo”, mientras repetían consignas y llamados de apoyo a la isla.
“Una vez más en Miami la semilla del amor triunfó sobre el odio”, dijo a Prensa Latina el cubano Roberto Yis, quien ya también en ocasión anterior sostuvo que, frente al acoso y las provocaciones, cubanoamericanos, amigos estadounidenses y sencillamente personas de buena voluntad se sumaron a esta iniciativa, porque “no se trata de ser de derecha o de izquierda”.
Desde su página en la red social Facebook, el activista Carlos Lazo expresó que cubanoamericanos y estadounidenses se concentraron “sin importar la lluvia, sin importar los truenos, rechazando el odio, imponiendo el amor”.
Lo mismo ocurrió este sábado en California, donde más de 30 activistas de la solidaridad con Cuba sostuvieron pancartas en el concurrido mercado de agricultores y frente al icónico Grand Lake Theater en Oakland.
Según relató el fotorreportero Bill Hackwell, editor de Resumen English, muchos autos tocaron la bocina al pasar y los transeúntes se mostraron receptivos a la literatura que repartimos pidiendo que Cuba sea retirada de la lista de Estados patrocinadores del terrorismo, el fin del bloqueo y el cierre de ilegal base estadounidense en territorio cubano ocupado en Guantánamo.
Ese es el Oakland que además recordó a la entrañable Alicia Jrapko. Mujer todo corazón que entregó sus energías a tantas causas justas y para quien Cuba fue parte de su sentido de vida.
Las fotos de ayer ahí traen a la memoria aquellas de abril de 2021, en las que Alicia portaba un gran cartel con el pedido: Abajo el bloqueo. Ese fue su último evento público.
Otras acciones tuvieron también lugar en la última semana en Chicago (Illinois) y en urbes de Minnesota, al tiempo que del 13-15 de octubre se alista la reunión anual de la Red Nacional de Solidaridad con Cuba en Boston (Massachusetts).
Aún es memoria reciente el segmento de Alto Nivel del 78 periodo ordinario de sesiones de la Asamblea General de Naciones Unidas donde varios fueron los mandatarios que pidieron la eliminación del bloqueo a Cuba.
El presidente de Brasil, Luiz Inacio Lula Da Silva, volvió a condenar el cerco unilateral que mantiene la Casa Blanca por más de seis décadas sobre Cuba.
“Brasil seguirá denunciando medidas tomadas sin amparo en la Carta de la ONU, como el bloqueo económico y financiero impuesto a Cuba”.
De “inhumano y criminal” calificó el mandatario de Bolivia, Luis Arce, el cerco unilateral de Washington.
Al intervenir en el debate, el dignatario criticó tales medidas coercitivas y las represalias aplicadas por potencias hegemónicas en contra de los pueblos en detrimento de su desarrollo y los derechos humanos más elementales.
Arce afirmó que estas políticas confirman la disfuncionalidad de un sistema alejado del derecho internacional y el multilateralismo.
“Un claro ejemplo de estas medidas es el ilegal, inhumano y criminal bloqueo económico y financiero impuesto por Estados Unidos contra Cuba”, reiteró.
“Quiero llamar la atención sobre la utilización de medidas unilaterales de coerción. De acuerdo con la Carta de la ONU, las únicas sanciones legítimas son aquellas impuestas por el Consejo de Seguridad para hacer cumplir sus decisiones en materia de mantenimiento de la paz y la seguridad”, señaló entretanto el mandatario argentino, Alberto Fernández.
En virtud de ello, agregó, Argentina se suma al reclamo de los pueblos de Cuba y Venezuela para que se levanten los bloqueos que esas naciones padecen.
El presidente de Cuba, Miguel Díaz-Canel, denunció en el propio escenario de la ONU que el bloqueo es una guerra económica extraterritorial, cruel y silenciosa que se acompaña de una poderosa maquinaria política de desestabilización contra su país.
“El pueblo cubano resiste y vence creativamente frente a esa guerra económica despiadada, que desde 2019, en plena pandemia, escaló de modo oportunista a una dimensión aún más extrema, enfatizó el jefe de Estado.
Por eso, al hablar luego en un evento solidario agradeció a los que están al lado de su país en la demanda por el fin del bloqueo.
A los amigos en Estados Unidos les dijo: “Reciban un abrazo fraterno y solidario del pueblo de Cuba, reciban un mensaje de amistad para el pueblo norteamericano”.
Díaz-Canel reiteró el compromiso de seguir “junto a ustedes luchado por Cuba, luchando por el socialismo, luchando por la justicia social, luchando por conquistar un mundo mejor, y lo lograremos y venceremos”.
Poco antes de abandonar el cargo en enero de 2021, el entonces presidente de Estados Unidos, Donald Trump, reinsertó a Cuba en la lista de patrocinadores del terrorismo, de la que fue retirada en 2015 por el Gobierno de Barack Obama (2009-2017).
Trump adoptó una política de máxima presión contra Cuba de la cual no se deslindó, hasta ahora, su sucesor demócrata, Joe Biden.
Cada acción de respaldo en territorio estadounidense a la nación antillana recuerda al actual ocupante del Despacho Oval su compromiso de campaña de revertir las crueles y fallidas políticas de Trump.
(*) Periodista cubana. Colaboradora de Resumen Latinoamericano. Corresponsal de la Agencia Prensa Latina en Estados Unidos.
Foto de portada: Bill Hackwell.