Internacionales

La corrupción endémica de Miami, se propaga (IV)

Por José Luis Méndez Méndez* / Colaboración Especial para Resumen Latinoamericano

En entregas precedentes se analizó como los emigrados cubanos, algunos naturalizados, se han involucrado en diversos ilícitos relacionados con programas de salud, como Medicare y Medicaid.

Pero cuando se analizan hechos de corrupción en los servidores públicos en Miami, los estadounidenses de origen cubano también tienen fuerte presencia, impresionan los procesos de familias de políticos y funcionarios en delitos de fraude, como si se transmitiera de una generación en otra.

El caso de los Díaz de la Portilla, llega hasta el asombro, se le suma además los nexos del tronco familiar en los programas de acciones encubiertas de la CIA contra Cuba, durante la décadas de los años sesenta y setenta del siglo pasado, pareciera la transmisión de lo aprendido en esa Agencia, instalada en la política y los servicios públicos, que exigen transparencia, además, de ética y moral acrisoladas así al menos aparece en los formularios administrativos para ingresar a los cargos no electivos.

Algunos años atrás apareció un generoso titular como anuncio de un artículo dirigido a distinguir a esa familia, se leía: Los Díaz de la Portilla, una familia de exitosos padres.

Comenzaba la nota, hecha por encargo, destacando a Miguel Díaz de la Portilla, el primogénito, calificado de eminente abogado, es un padre ideal en todo el sentido de la palabra.

A continuación, emerge su padre Miguel Díaz Isalgué, es aquí cuando un paréntesis histórico se impone. El padre amantísimo, fue un agente principal de la estación de la CIA, en Miami, denominada J.M. Wave, emporio criminal que durante una década incursionó contra las costas cubanas, atacó embarcaciones pesqueras, produjo muertes, heridos y pérdidas materiales considerables. El mercenario Díaz Isalgué conocedor de las costas de la provincia de Matanzas, infiltró como miembro de los equipos de misiones espaciales de la CIA, a grupos de terroristas, saboteadores, equipados con todo lo necesario para subvertir la Isla. Armas, explosivos, equipos de comunicaciones y pertrechos de todo tipo.
Fue un agente pagado, etiquetado con el criptónimo inicial de AMCHALK-5, pero después recibió, durante sus actividades subversivas, otros como, AMICE-14, AMSTALK-1, también aparece en documentos secretos desclasificados como AMOTIN-117.

Sus servicios en la CIA, entre 1961 y 1968, se registran en el expediente 201-307337, allí se computan a su favor haber participado en 15 operaciones secretas contra Cuba. Hay una nota donde se señala una fisura de seguridad, uno de los agentes de la CIA en esos equipos de misiones espaciales, Juan Felaifel, quien en realidad era un agente de la seguridad cubana, había informado a sus superiores en La Habana, que Díaz Isalgue, expresaba descontento hacia sus jefes en la estación y precisaba Felaifel, que le veía motivaciones para colaborar con la seguridad de Cuba.

Bajo el criptónimo de AMBEDEW-1, informó que la Inteligencia cubana trataba de captar a AMCHALK-5, es decir a Díaz Isalgue, quien habría rechazado la oferta, pero utilizó el lance para establecer un canal de comunicación con funcionarios de la seguridad cubana.

Este nexo fue utilizado en los años setenta para intentar reclutar a un funcionario cubano a quien se le asignó el criptónimo de AMWOLF-1. Este procedimiento resulta sospechoso, ya que podía haber sido el camino urdido por la seguridad cubana para que Díaz Isalgue, comunicara la información solicitada, amparado en que desarrollaba un juego de doble vía. ¿A quién respondía en realidad este destacado agente de la CIA?

Otras informaciones en su expediente señalan, que participó en captaciones de funcionarios cubanos involucrados en planes de asesinato político contra dirigentes cubanos, además de señalarse con frecuencia las relaciones estrechas entre Diáz Isalgue y Antonio Tony Iglesias Pons, jefe militar del fracasado Plan Torriente, atacante del poblado holguinero de Boca de Samá el 12 de octubre de 1971, que causó muertes y heridas a civiles.

De regreso al artículo de promoción familar a los Díaz de la Portilla, aparece un comentario que es digno de reproducirse ahora: “Nunca se imaginó Díaz Isalgue el reto que tendría que enfrentar en los Estados Unidos para levantar una familia. Pero hoy Miguel puede declararse un hombre realizado y exitoso porque todos sus hijos son grandes profesionales en la vida pública y privada”. La vida demostraría que este comentario era solo una quimera.

Los tres hijos frutos del matrimonio de Díaz y De la Portilla, bebieron de las enseñanzas paternas, del sistema donde se formaron y de las vivencias de sus cargos. Alex sirvió en el Senado estatal; Renier en la Junta Escolar y Miguel, quien según el texto es un talentoso abogado, se postuló también en unas elecciones para alcalde de la ciudad de Miami. La solvencia moral de estos estadounidenses de origen cubano se explica en sus ancestros en la Isla, ya que vienen de una generación de abogados notables en Matanzas, su abuelo también fue un eminente abogado. Miguel padre es un padre ideal en todo el sentido de la palabra.

Renier, hacen parte del Senado estatal y Miembro de la Junta Escolar. Y Miguel, quien es un talentoso abogado, se postuló también en unas Principio del formulario
El probo Miguel Díaz de la Portilla, tenía su bufete de abogados en Coral Gables sobre Alhambra Plaza. Su padre, comentó con orgullo: “EL logro más grande en la vida es poder levantar unos hijos de los cuales uno pueda estar orgulloso, es un esfuerzo de familia, de hijos y padres. Es un esfuerzo en el que mi esposa también ha tenido decisiva participación”. En tanto Miguel hijo añadió: “En mi caso yo, estoy muy orgulloso, tanto de mis padres como de mis hermanos, de mis hijos, de mi esposa y demás familia”.

Continuó: “En el caso de mis dos hermanos son ellos unas grandes personas ya que uno, Alex, es Senador estatal y el otro, Renier, es miembro de la Junta Escolar. Ellos son profesionales que representan los intereses de la comunidad y, en verdad, lo han hecho de la manera más meritoria. Insistió: “Ellos, créamelo, no han tenido miedo alguno de luchar contra los intereses particulares y siempre han estado trabajando por su pueblo y sus ciudadanos”. Agregó: “Han seguido el ejemplo de mi abuelo y de mi padre, tras destacar el amor, el respeto y la disciplina, que siempre ha caracterizado a la familia Díaz de la Portilla.

Nosotros, aseguró: “Valga la pena destacar, siempre hemos sido muy unidos. Y gracias a la vida hemos tenido fuerzas para enfrentar los grandes retos”. “En la vida cotidiana aquí en Miami y en los Estados Unidos han surgido muchos obstáculos, para poder salir adelante, pero siempre los hemos superado gracias a nuestra inteligencia y esfuerzo”. “La confianza es una virtud muy especial para enfrentar estos retos, creo yo, la cual siempre ha estado de nuestro lado, sostuvo luego con gran fluidez de expresión y sinceridad. Mis padres se han involucrado en la vida social y política y eso viene desde Cuba y ellos siempre estuvieron confiados de que la nueva generación seguiría esos pasos, explicó. Yo creo que lo más importante en la vida, como padre, es encaminar a los hijos por los buenos caminos. Y que ellos aprendan a guiar luego sus propios destinos, insistió. La principal virtud de mi familia, creo yo, es ese coraje que siempre la ha caracterizado para hacer lo correcto y para luchar por el bien de la comunidad, agregó. Somos incansables luchadores por las causas justas, enfatizó tras resaltar la gran unión que existe entre todos los miembros de la familia. Yo he sido un poco sabio para guiar a mis hijos y, en el caso mío y de mis hermanos, siempre hemos buscado espacios para el diálogo y el buen entendimiento, afirmó. Hemos heredado de mi padre y de mi madre el mejor ejemplo y yo creo que esto, a la larga, ha dado los resultados esperados, aseguró. No sólo en el Día del Padre sino en otros días hemos conversado sobre todas estas cosas que nos han servido para encontrar los caminos correctos y del éxito, acotó.

Destacó que su padre, Miguel Díaz Isalgué, es un hombre extraordinario con unas virtudes que lo hacen ser el mejor padre del mundo. Y, claro está, a su lado no podía faltar esa madre tan ideal, humana y bella, como ha sido Fabiola Díaz de la Portilla. Yo creo que éste el mejor regalo que nos ha dado la vida, enfatizó.

Este mundo irreal, colmado de verdades ocultas, se derrumbó años después cuando en el 2023, la cruda realidad se impuso, los hermanos Díaz de la Portilla, están incoados por separado en pésimos casos de corrupción administrativa.

(*) Escritor y profesor universitario. Es el autor, entre otros, del libro “Bajo las alas del Cóndor”, “La Operación Cóndor contra Cuba” y “Demócratas en la Casa Blanca y el terrorismo contra Cuba”. Es colaborador de Cubadebate y Resumen Latinoamericano.

Foto de portada: El Nuevo Herald.

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