Internacionales

La contra en Miami riñe por la visita de empresas privadas de Cuba (IV)

Por José Luis Méndez Méndez* / Colaboración Especial para Resumen Latinoamericano.

Si la USAID, empleo a Orlando Gutiérrez Boronat, para ser financiado por una agencia federal estadounidense, lo hizo después de haber tenido el certificado de seguridad necesario y ahí tiene que aparecer sus antecedentes como extremista miembro activo de grupos terroristas de origen cubano, hay sobrados textos, que dan fe de su paso por ellos.

El 6 de mayo de 1976, el teniente Raúl J. Díaz del Departamento de Seguridad Pública del Condado Dade ante un subcomité del Senado en Washington, encargado de  analizar el terrorismo en el aérea de Miami, testificó que varios voceros de grupos terroristas como Abdala, el Directorio Revolucionario Cubano, Joven Cuba y el Frente  de Liberación Nacional Cubano, habían ratificado su decisión de emplear el terrorismo y la violencia para lograr sus objetivos políticos.

El citado tarifado por la USAID, fue miembro de la organización Abdala cuando estaba fusionada al violento Frente de Liberación Nacional Cubano, que fue calificado por la CIA en su estudio “Diagnóstico y Pronóstico del Terrorismo Internacional y Transnacional” de 1976, como la organización terrorista de cubanos más activa en Estados Unidos entre 1968 y 1975.

Nace en Cuba en 1965, vive más de una década en el proceso revolucionario, emigra con su familia a España en 1971 y termina muy joven en el Miami en la década de los años setenta, época cuando se ha desatado una guerra interna entre grupos mafiosos cubanos que disputan espacios de influencia, poder y dominio. Hay un incremento del terrorismo contra las representaciones cubanas en el exterior, en los calificados como “Años del Terror”.

Después Gutiérrez Boronat fundó la llamada Organización para la Liberación de Cuba, (OPLC) otra organización terrorista junto a Ramón Raúl Sánchez Rizo, delincuente del terror mimetizado después como pacifista y exonerado nuevamente de cargos criminales por las autoridades en Miami. Esta agrupación operó entre 1981 y 1984 en la Florida.

El testimonio de su militancia extremista lo da el propio Gutiérrez Boronat al miembro de Abdala Enrique Encinosa Canto, una fuente de primera mano, fidedigna sin lugar a dudas, en el tema del terrorismo por práctica y teoría, que en su libro Cuba en Guerra, financiado por la Fundación Nacional Cubano Americana opinó Gutiérrez Boronat: “Nuestro movimiento era militante, sus miembros se destacaban por sus boinas moradas, se desintegró cuando muchos de sus participantes fueron encarcelados. Viene de cuando Ramón Saúl Sánchez y Lino González fundaron uno de  los primeros campos de entrenamiento militar, después se hizo una alianza con el Movimiento Insurreccional Martiano  (MIM) dirigido por Héctor Alfonso Ruiz alias Fabián.”

La OPLC a la cual perteneció activamente Gutiérrez Boronat, el ahora “desobediente civil”, ayudó a un terrorista, quien al timón de una rastra cargada de combustible la proyectó contra un avión de la línea aérea comercial Cubana de Aviación, que estaba estacionado en el aeropuerto internacional de Miami, un hecho que causó daños y averías por miles de dólares y el terror de los viajeros que habían abordado la nave. La OPLC se adjudicó la acción y pagó la fianza del terrorista, que fue liberado.

De que Gutiérrez Boronat es una autoridad en la práctica terrorista en Miami, no hay dudas, pero no se trata sólo del pasado. El mencionado MIM es una de las organizaciones de terroristas cubanos más activa en la actualidad en Miami. Sólo 14 días antes de los terribles y repudiados hechos del 11 de septiembre de 2001 publicó en el Diario Las Américas un artículo titulado Se pronuncia el MIM por la lucha armada, donde ratificaron el empleo de la violencia  y el terror en su acciones contra Cuba.

Esta misma organización promovió un comité pro liberación del criminal Eduardo Arocena, jefe de la organización terrorista Omega- 7 y autor  de 55 actos de terror dentro de Estados Unidos y quien se adjudicó haber introducido gérmenes en Cuba en la década de los ochenta del siglo pasado. Recordar que ese año, en la Isla el dengue hemorrágico ocasionó la muerte a 158 personas incluyendo 101 niños.

Una rigurosa investigación realizada por científicos cubanos entre 1995 y 1997, puso de relieve que la epidemia había sido obtenida en laboratorios e introducida previamente en la Isla, ya que “la cepa del virus que afectó a Cuba en 1981 no circulaba en el mundo en el momento de producirse la epidemia.

Ni Gutiérrez Boronat, ni el denominado Directorio Revolucionario Democrático Cubano, están calificados para combatir al terrorismo, porque tanto por su origen y antecedentes, como por su actividad real son devotos del terror. No tienen credibilidad, ni el más mínimo respeto para las autoridades y el pueblo estadounidense, al intentar timar de forma oportunista a la opinión pública de Estados Unidos y en particular a la emigración cubana, cuando todavía en la sociedad norteamericana estaba sufriendo por lo acontecido en el World Trade Center.

La saga de sus vínculos con todos los episodios ilegítimos no sólo contra Cuba, sino en América Latina, es evidente, a juzgar por sus movimientos El 29 de noviembre de 2009 se efectuaron las mencionadas “elecciones” bajo el control de los golpistas en Honduras, la prensa cómplice, en los días posteriores, hacía recuentos de lo acontecido y trataba de legitimar lo imposible, una foto registró la presencia en los sufragios de los llamados observadores tarifados, adquiridos en Miami por los golpistas hondureños.

El referido asalariado de la USAID en el Directorio Democrático Cubano, tenía como uno de sus segundos a Leonardo Viota apodado El Químico por sus habilidades en preparar mezclas letales y trabajar con explosivos. El DDC, es la versión moderna de la organización Directorio Revolucionario Estudiantil, creada por la Agencia Central de Inteligencia, que realizó una veintena de acciones dentro y fuera del territorio nacional cubano.

El DDC participó en acciones en México junto al Frente Cubano de Liberación Nacional, dirigido por el contrarrevolucionario de origen cubano Francisco Manuel Camargo Saavedra. Para completar su perfil subversivo recibe anualmente fondos federales procedentes de la USAID a través del Instituto Republicano Internacional, y la National Endowment for Democracy (NED), lo que les permite pagar salarios fijos a varios de sus miembros y directivos profesionales.

Años atrás Gutiérrez Boronat merodeó por El Salvador, esta vez para inmiscuirse en el proceso electoral en ese país. Antes había visitado a su amigo, el terrorista Pedro Crispín Remón Rodríguez, detenido entonces en Panamá por el intento de hacer estallar una carga letal de más de 30 libras de explosivo C-4 en el Paraninfo de la Universidad local, donde una concurrencia de mil quinientas personas asistían a un encuentro de solidaridad con Cuba en el cual estaba presente el Presidente Fidel Castro Ruz, quien era el blanco principal de este acto de terror. 

Fue tal la intromisión en los asuntos internos de El Salvador por parte del autodenominado Directorio Democrático Cubano (DDC), que Schafik Handal, candidato del Frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional (FMLN), a la presidencia del  gobierno salvadoreño, promovió la expulsión de los provocadores anticubanos Javier de Céspedes y Orlando Gutiérrez Boronat.

Ambos sujetos se encargaron de difamar a los candidatos y partidos en la contienda al declarar a la prensa el supuesto peligro que se cernía sobre El Salvador, si resultaba electo el aspirante del FMLN, que podría implantar un gobierno parecido al que impera en Cuba.

Tanto De Céspedes como Gutiérrez Boronat, fueron invitados por el presidente salvadoreño Francisco Flores, quien intentó protagonizar una provocación durante la X Cumbre Iberoamericana celebrada en Panamá en noviembre de 2000, y recibió una contundente respuesta por parte de Fidel Castro.

Los dos terroristas fueron utilizados para realizar propaganda en contra del FMLN en una convención del partido Alianza Republicana Nacionalista, ARENA, que promovía a Antonio Saca como postulante presidencial por el oficialismo.

Estos movimientos de los provocadores del DDC por países de Europa y América Latina, no son caritativos, están indicados y financiados dentro del programa subversivo norteamericano. Así lo demostraron dos periodistas de La Jornada, de México, en un artículo publicado en mayo del 2002 con las firmas de sus corresponsales en Washington, Jim Cason y David Brooks, donde se revelaba cómo la organización de Gutiérrez Boronat recibía 89% de su presupuesto de la United States Agency for International Development (USAID) y de la National Endowment for Democracy (NED). Sobre el escandaloso uso y apropiación personal de estos fondos no es necesario profundizar, ya se han explicado en artículos anteriores.

En marzo de este mismo año el DDC ejecutó una provocación violenta en República Dominicana contra el embajador de Cuba Miguel Pérez Cruz.  La agresión ocurrió en la Casa-Museo Máximo Gómez de la ciudad de Montecristi, cuando elementos contrarrevolucionarios procedentes de Miami irrumpieron en el lugar, y desalojaron por la fuerza a varios miembros de la llamada Campaña de Solidaridad con Cuba, durante una jornada por el 107 aniversario del Manifiesto de Montecristi, firmado por los próceres independentistas José Martí y Máximo Gómez.

El referido Javier de Céspedes, quien encabezaba al grupo provocador, había viajado a ese país con una invitación de su Secretaría de Estado, obtenida a instancias de la Fundación Nacional Cubano Americana en contacto con la derecha dominicana.

El citado Directorio Democrático Cubano desarrolla activas acciones de provocación y recibe fondos para fortalecer su presencia en Europa y América Latina, especialmente, en México. Surgió en un evento  conocido bajo el  eufemismo  de  Congreso de Jóvenes Cubanos Libres, ya que sus auténticas raíces vienen del llamado Directorio Revolucionario Estudiantil, creado por la CIA. Sus gestores dijeron haber estado influidos por la  desintegración del campo socialista europeo y las expectativas surgidas en el llamado exilio cubano en torno a la tan anhelada caída de la Revolución.

Los elementos que lo conforman presentan una agenda pública y engañosa dirigida al apoyo de los grupúsculos opositores internos y al cabildeo en la arena internacional contra el gobierno cubano,  pero tienen también en su nómina a extremistas de larga data.

Continuará…

(*) Escritor y profesor universitario. Es el autor, entre otros, del libro “Bajo las alas del Cóndor”, “La Operación Cóndor contra Cuba” y “Demócratas en la Casa Blanca y el terrorismo contra Cuba”. Es colaborador de Cubadebate y Resumen Latinoamericano.

Foto de portada: Jorge Valiente.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *