Cuba

La «honra mancillada» del imperialismo en América Latina

Por Gustavo Robreño Dolz

No es la primera vez que tengo la oportunidad de recordar. mediante la redacción de unas cuartillas, a un acontecimiento de repercusión universal que tuvo lugar en esta pequeña isla de no muy numerosa población y limitados recursos naturales. Compruebo que, en cada una  de estas ocasiones, se acumulan nuevas experiencias, ideas y acontecimientos que van añadiendo vivencias y  testimonios enriquecedores e inéditos, nutriendo sucesivamente el devenir histórico de lo que llamaremos Revolución Cubana, cuyo aniversario 65º del triunfo popular del 1º de enero de 1959 estamos conmemorando con júbilo.

Transcurridas más de seis décadas, pueden concluirse a modo de síntesis y teniendo en cuenta las realidades peligrosas y las incertidumbres que vive el complejo  mundo de hoy, -tanto en lo global como en sus  interacciones regionales y locales,- las siguientes consideraciones:

  • La Revolución Cubana, cuyo decursar ininterrumpido se inició el 10 de octubre de 1868 como el grito de independencia lanzado por Carlos Manuel de Céspedes, -Padre de la Patria,- y que incluyó 30 años de cruenta lucha contra el colonialismo español a lo largo de tres guerras, se mantiene invicta, victoriosa y activa ante las enormes dificultades económicas causadas por las sostenidas y criminales medidas de cerco y bloqueo comercial, financiero y económico de todo tipo con alcance extraterritorial impuestas por el gobierno de Estados Unidos desde 1962 y acrecentadas  desde 2019 por el régimen de Trump hasta la actualidad.
  • Para poder entender y comprender este balance exitoso de resistencia activa y creativa por parte de la abrumadora mayoría del pueblo cubano se hace necesario conocer el decursar de más de cien años de luchas, donde no puede ignorarse la fecunda historia del pensamiento cubano y su profunda huella de patriotismo, eticidad y progreso desde el siglo XVII, acentuada en el XVIII y florecida definitivamente en el XIX con el pensamiento de José Martí.
  • Tras las frustraciones del 68 y el 95, culminada esta última con dos intervenciones militares y ocupación por parte de Estados Unidos bajo el amparo de la llamada Enmienda Platt, estalló la Revolución de 1930-1933 igualmente cercenada por la intervención yanqui, junto a sectarismos, divisionismos y ambiciones internas.
  • La proclamación del carácter socialista de la Revolución Cubana el 16 de abril de 1962, en el umbral mismo de la agresión armada mercenaria, -con fuerzas directas del Imperio,- que fue derrotada en menos de 72 horas por el heroísmo y la decisión de los combatientes revolucionarios en las arenas de Playa Girón, constituyó la culminación ideológica de ese largo y azaroso proceso de liberación y de luchas por la justicia social que habían comenzado con Céspedes en La Demjagua y proseguido con un martirologio infinito y sublime en su abono.
  • Más allá de la desgastada polémica sobre «el papel de las masas y de la personalidad en la historia», puede afirmarse rotundamente y sin vacilación, en este caso, que fueron la perseverancia, inspiración, fuerza indoblegable de voluntad y creación política de Fidel Castro los elementos decisivos que permitieron llegar a la victoria revolucionaria del 1º de enero y sostenerla en medio de los más poderosos y traicioneros embates del enemigo imperialista; el papel de Fidel es inseparable de todo lo anterior, como lo es también su legado.
  • Por eso en la Cuba de hoy reafirmamos que «unidad es continuidad» y construimos el socialismo y la sociedad próspera y sostenible que corresponde a nuestras condiciones históricas, características, tradiciones y posibilidades reales. Siempre ello será preferible, más justo y soberano que la sociedad capitalista neocolonial y dependiente llena de humillación, miserias morales y materiales, frustraciones y desesperanzas que ya sufrimos.
  • El odio imperialista contra la Revolución Cubana, por supuesto, no surge de la nada. Recuerdo una anécdota, cuando a la entonces vocera yanqui Condoleeza Rice le preguntaron que, como ha sido en otros casos, el gobierno de Estados Unidos no se reconciliaba con Cuba y ella contestó: «Para nosotros, Cuba es otra cosa…» Esta vez, la funcionaria tenía razón, pues sin dudas la Revolución Cubana representa la «honra mancillada» del Imperio, cumple 65 años y llegó para quedarse.

Tomado de REDH-CUBA/ Foto de portada: Cubadebate

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