China es una sola e indivisible
Por Hedelberto López Blanch* / Colaboración Especial para Resumen Latinoamericano.
Taiwán pertenece a China desde la antigüedad y esa afirmación tiene una sólida base histórica y jurisprudencial, explicó en conferencia de prensa el embajador de esa nación en Cuba, Ma Hui.
Aseguró el diplomático que Taiwán nunca ha sido un país, no lo fue, ni lo será y que el principio de una sola China es un consenso universal de la comunidad internacional, refrendado en la Resolución 2758 de la Asamblea General de las Naciones Unidas que deja claro que el Gobierno de la República Popular China es el único y legítimo representante. Otras organizaciones como la Unión Africana, la Liga de Estados Árabes y la Organización de Cooperación de Shanghái también lo han autentificado.
Al realizar un recuento histórico, Ma Hui señaló que ya en el año 230 después de nuestra era, había relatos de Taiwán en los documentos chinos durante el período de los Tres Reinos. Durante las dinastías Song y Yuan, los gobiernos centrales imperiales de China crearon organismos administrativos para ejercer su jurisdicción sobre Penghu y Taiwán y en 1684 se creó una prefectura de Taiwán bajo la jurisdicción de la provincia de Fujian.
En 1885 Taiwán pasó a ser una provincia de China, pero en 1895, Japón obligó al gobierno de la dinastía Qing, que había sido derrotado en la guerra chino-japonesa, a ceder Taiwán y las islas Penghu. En 1943, China, Estados Unidos y el Reino Unido emitieron la Declaración de El Cairo, que estipula que “todos los territorios que Japón había robado a China deberían ser devueltos”.
Seguidamente en 1945, China, Estados Unidos, el Reino Unido y la Unión Soviética emitieron conjuntamente la Proclamación de Potsdam, que estipula en su artículo 8 que “se aplicarán las disposiciones de la Declaración de El Cairo”. Japón aceptó la Proclamación de Potsdam y declaró su rendición incondicional. En octubre del mismo año, el gobierno chino declaró que había “reanudado el ejercicio de la soberanía sobre Taiwán”, y China la recuperó de jure y de facto.
Explicó el diplomático que después de 1949, como consecuencia de la guerra civil que asoló China a finales de la década de 1940 y de la interferencia de fuerzas externas, las dos orillas del Estrecho de Taiwán cayeron en un estado de prolongada confrontación política. Pero la soberanía y el territorio de China nunca se han dividido ni se permitirá que se dividan. En octubre de 1971, el 26º período de sesiones de la Asamblea General de las Naciones Unidas adoptó la Resolución 2758, que, desde el punto de vista político, jurídico y de procedimiento, resolvió de una vez por todas la cuestión de la representación de toda China en las Naciones Unidas, y dejó claro que sólo hay un asiento para China en esa organización, y que no existen las “dos Chinas” o “una China, un Taiwán”.
Enfatizó Ma Hui que el Gobierno de su país se opone firmemente a que Estados Unidos utilice la cuestión de Taiwán para interferir en los asuntos internos de China. Hace unos días, Estados Unidos y los medios de comunicación occidentales afirmaron falsamente que las recientes elecciones en la región de Taiwán eran una supuesta “victoria de la democracia”.
Denunció que Washington refuerza los contactos oficiales con Taiwán, instiga continuamente con la venta de armas, profundiza la colusión militar y procura que otros países intervengan en el conflicto.
Para concluir agradeció la firme postura del Gobierno, Partido y pueblo de la Isla del Caribe de reconocer una sola China, al igual que su país apoya la lucha justa del pueblo cubano para defender su soberanía nacional, rechaza la intervención y el bloqueo, y aprecia sus esfuerzos de combatir el terrorismo.
(*) Periodista cubano. Escribe para el diario Juventud Rebelde y el semanario Opciones. Es el autor de “La Emigración cubana en Estados Unidos”, “Historias Secretas de Médicos Cubanos en África” y “Miami, dinero sucio”, entre otros.
Ilustración de portada: Adán Iglesias Toledo.